tag:blogger.com,1999:blog-328989852024-02-28T06:51:25.229+01:00Ciudad de las IdeasHistoria/Política/HumanidadesUnknownnoreply@blogger.comBlogger252125tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-81320989543552753372013-04-10T19:54:00.002+02:002013-04-10T20:21:06.258+02:00El devenir de la igualdad: una historia de lo político | Nicolás Ocaranza<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgktWK5m9o23oSTEi80URxILPf3OhqwylKWk5OJprFhPJ9MK338ycfLANNqBVd7SWKDelkjWIsfQYA1vVq7DCtA5TU4olrG5uogDEXUzFo2HZraX2nnNFXI7EDDA1xQF7AUzqblLg/s1600/9782021023473_1_75.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: justify;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgktWK5m9o23oSTEi80URxILPf3OhqwylKWk5OJprFhPJ9MK338ycfLANNqBVd7SWKDelkjWIsfQYA1vVq7DCtA5TU4olrG5uogDEXUzFo2HZraX2nnNFXI7EDDA1xQF7AUzqblLg/s400/9782021023473_1_75.jpeg" width="257" /></a>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><div style="text-align: justify;">
En su famoso <i>Discurso sobre el origen y fundamento de la desigualdad entre los hombres</i> el filósofo ginebrino Jean-Jacques Rousseau planteaba que en la especie humana existen dos especies de desigualdad: “la primera, natural o física, porque ha sido establecida por la naturaleza, y que consiste en la diferencia de las edades, de la salud, de las fuerzas del cuerpo y de las cualidades del espíritu, o del alma; y otra, que puede llamarse desigualdad moral o política, porque depende de una suerte de convención que ha sido establecida, o por lo menos autorizada, por el consentimiento de los hombres. Ella consiste en los diferentes privilegios que algunos gozan en perjuicio de otros, como el ser más ricos, más respetados, más poderosos que ellos, o incluso hacerse obedecer”. Estas reflexiones, publicadas en 1755 en medio del <i>ancien régime</i>, devienen tan contemporáneas como la persistencia de la desigualdad en las nuevas estructuras de las sociedades democráticas.<a name='more'></a></div>
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Pierre Rosanvallon, director de estudios en l'EHESS, retoma el devenir de este problema a través de los debates teóricos, conflictos sociales y proyecciones económicas que acontecen en el mundo contemporáneo. <i>La société des égaux </i>es la versión corregida y aumentada de sus lecciones en el Collège de France, a las que es posible asistir disputando un lugar en los dos auditorios necesarios para acoger a los cientos de estudiantes, investigadores y ciudadanos interesados en la historia de lo político. En este mítico lugar -creado en el siglo XVII por el cardenal Richelieu y donde antes dictaron cátedra Michelet, Foucault y Bourdieu, no solo se confirma la popularidad, profundidad y sencillez de un intelectual comprometido como Rosanvallon, sino también que para la sociedad francesa el tema de la igualdad trasciende los círculos académicos, pues forma parte de la trinidad de su ethos político. Sin embargo, este aparente consenso en torno a la percepción de las desigualdades y el sentimiento de justicia presenta ciertos matices cuando una encuesta realizada en Francia en 2009 demostró que el 90% de las personas interrogadas consideraba que para que una sociedad sea justa debe garantizar la satisfacción de necesidades básicas como la habitación, la alimentación, la salud y la educación, al mismo tiempo que un 57% piensa que la desigualdad de ingresos es inevitable para que una economía sea dinámica y un 85% cree que las diferencias de sueldo son aceptables puesto que remuneran méritos individuales diferentes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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Rosanvallon se apoya en múltiples investigaciones y encuestas realizadas tanto en Europa como en China y Brasil que demuestran la existencia de un sentimiento muy extendido entre las personas de estar viviendo en una sociedad injusta donde sus acciones reivindicativas y elecciones políticas no cambiará el curso de las cosas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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El ensayo se interroga sobre el futuro de la igualdad en una época en la cual los individuos se vuelven más críticos frente a las crecientes desigualdades de la sociedad en que se desenvuelven. El objetivo trazado es simple y directo desde las primeras páginas, pues propone refundar la idea de igualdad. Para ello, recorre la historia de este concepto a través de los dos últimos siglos, desde el reconocimiento recíproco de la libre conciencia a inicios del siglo XIX hasta la búsqueda de una igualdad radical de oportunidades en la actualidad. Al volver sobre las diferentes formas de la igualdad, demuestra que cada redefinición de este concepto fue impulsada por una evolución conjunta de la desigualdad. Para Rosanvallon, la igualdad se formó en torno a tres polos distintos que define como la igualdad-equivalencia, la igualdad-autonomía y la igualdad-participación; estos polos se corresponden con otras nociones asociadas como la similitud, la independencia y la ciudadanía. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En la postrimería de la revolución industrial y de los cambios que produjo en términos económicos, sociales, políticos y jurídicos, la legitimación de la llamada desigualdad natural, ha tomado –según Rosanvallon- un giro más y más radical. Si a fines del siglo XVIII ciertas teorías afirmaban la igualdad biológica de los individuos, al mismo tiempo que la idea de dependencia de un individuo de otro sufrió los embates de la mentalidad emancipadora de la Ilustración, el pauperismo inducido por el desarrollo industrial vino a contrarrestar ese movimiento inicial. A ello se añade el crecimiento de una cierta xenofobia y de un proteccionismo nacional correlacionado con la aparición de la igualdad en un sentido de homogeneidad.</div>
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<div style="text-align: justify;">
Puesto que a raíz de la expansión del capitalismo en Europa y los Estados Unidos la demanda de igualdad se volvió incompatible para algunos con la búsqueda de libertad, con lo cual la desigualdad quedó instalada como un fenómeno natural e irremediable frente a la capacidad creadora del liberalismo económico, el autor reconoce que tanto el individualismo como el espíritu de competencia erosionaron la solidaridad y la cohesión social. Es la herida que ciertas ideologías y utopías, como el comunismo, intentaron revertir a partir de una idea de igualdad de alcances casi aritméticos. Rosanvallon analiza este doble movimiento en que la cohesión social no sólo ha estado amenazada por el individualismo sino que al mismo tiempo se encuentra protegida por un nacionalismo naciente. El resultado no ha sido otro sino el quiebre de los lazos de solidaridad entre ciudadanos y naciones que se enfrentan por modelos de sociedad contrapuestos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En los albores del siglo XX, el ascenso del Estado de bienestar vino a frenar, al menos temporalmente, este quiebre de la solidaridad, recreando una cierta unidad en las costumbres y limitando las fuerzas disociativas a través de la creación de los impuestos a los ingresos, las mutuales de seguros y la regulación del trabajo. Tal esquema de solidaridad, forzado por las dos guerras mundiales, aceleró el proceso de desindividualización del mundo. Sin embargo, este proceso no duraría mucho tiempo ya que Rosanvallon identifica hacia los años 1990 un retorno hacia la crisis mecánica y moral de las instituciones de solidaridad propias del siglo XIX. Es lo que estamos viviendo ahora, cuando los propios desequilibrios financieros del Estado de bienestar lo han puesto en entredicho y cuando el surgimiento de un renovado individualismo en el cual cada cual quiere ser reconocido por sus especificidades en un ambiente de igualdad de oportunidades, refleja un deterioro de los niveles de sociabilidad del mundo desarrollado. La igualdad ha retrocedido y una nueva filosofía del consumo sin límites se expande en aquellas sociedades donde el ideal democrático le había puesto márgenes de contención, dejando detrás suyo un ambiente desprovisto de toda teoría de la justicia y una noción de comunidad en completa decadencia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La rebelión de los jóvenes que tuvo lugar en los barrios pobres de Francia e Inglaterra, se conjuga peligrosamente con el surgimiento del populismo en Europa, que pretende reconstruir la cohesión social sobre la base de una sociedad fundada en la identidad y no en los derechos. Así, la democracia es atacada por los tres venenos destructivos de la desigualdad que Rosanvallon define como: la reproducción social (perpetuación e inmovilidad de las clases sociales), el exceso (mercantilización del mundo) y las secesiones (guetos). En definitiva, esta obra plantea que una democracia solo puede sobrevivir si se mantiene un mínimo de igualdad entre los individuos que la constituyen. Pero, ¿cómo y cuándo triunfó el individualismo? ¿Cuándo la aspiración a la diferencia, valor universalmente compartido, tejió el nuevo hilo de la igualdad de oportunidades oponiendo la igualdad a la la libertad de las personas? ¿Cómo refundar la igualdad?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Para los revolucionarios franceses y estadounidenses, las desigualdades económicas no podían empañar el brillo de la igualdad política postulada entre los hombres. Es por eso que para Jefferson y Sieyès, entre otros, la igualdad fue considerada como una cualidad democrática y no sólo como una medida de redistribución de la riqueza. Las páginas que dedica a este debate en torno a la cuestión de la igualdad como un valor central de las revoluciones en ambas orillas del Atlántico son valiosas y muy actuales cuando comprendemos que hacia 1789, la democracia vibraba por la toma de conciencia de un nuevo vínculo entre los hombres. Esta mirada retrospectiva al ocaso del siglo XVIII, época donde germinaron los debates sobre la igualdad política y social, ilumina un presente que puede ser caracterizado por su falta de igualdad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Para justificar empíricamente este diagnóstico, se analizan una serie de cifras y estadísticas referentes a la concentración de la riqueza, el desempleo y la precarización de las formas de trabajo en Europa y América en el período de reducción de la desigualdad a inicios del siglo XX y la recaída a una lógica de crecimiento de la brecha entre ricos y pobres unos decenios más tarde. En el caso francés, hacia 1913 el 1% de las personas más ricas poseían el 53% del patrimonio total mientras que hacia 1984, en el período de contracción de las desigualdades de ingresos y patrimonios en ambos continentes, esta cifra se redujo a un 20%. En los Estados Unidos, el 10% de los ingresos más altos se repartían el 50% del total de los ingresos antes de la crisis de 1929, porcentaje que se estabilizó bajo el 35% entre los años 1950 y el inicio de la década de 1980. Como puede observarse, la reducción de la desigualdad en estos períodos, aún cuando el modelo capitalista no había sufrido grandes variaciones, contrasta con el aumento progresivo de la desigualdad de ingresos y la concentración de la riqueza en la actualidad. Este crecimiento de la desigualdad supone el retorno a un ciudadano-propietario que amenazaría la solidez de nuestras sociedades al disolverse los vínculos de solidaridad entre los individuos. Las reivindicaciones a favor de la igualdad son para Rosanvallon perfectamente legítimas y bastante menos radicales que la imagen negativa que se ha construido sobre ella actualmente. Es por ello que a partir de los escritos de algunos de los principales actores políticos e intelectuales de la revolución norteamericana y francesa, nos recuerda que la igualdad y la libertad, hoy presentadas como nociones antinómicas o dos valores en tensión, fueron consideradas como indisociables unos siglos atrás. Al mismo tiempo pone al servicio de los críticos de la desigualdad las herramientas de una noción política que tiene larga legitimidad histórica, advirtiendo de paso que una sociedad de indignados se vuelve esquizofrénica si se limita a la protesta sin ponderar las implicancias políticas y éticas de la igualdad para la progresión de la democracia como régimen y forma de sociedad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</span><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right;">
<div style="text-align: right;">
<span style="line-height: 150%;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><a href="http://diario.latercera.com/2013/01/26/01/contenido/reportajes/25-128574-9-en-la-desigualdad-esta-el-problema.shtml">publicado en www.diario.latercera.com/2013/01/26/01</a></span></span></div>
</div>
<!--EndFragment-->Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-18533408254577753142013-04-10T19:00:00.000+02:002013-04-10T20:38:56.563+02:00París era más que una fiesta | Nicolás Ocaranza<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGdDinN5jdfHiXTwj8ej3XcBPEyBHtEGyeJzPk-if_GWTb1qqBrj_TTsnloyykOrFZ7T_r4RzIz6WRHLXVloRc27SdJhoKaRrEjgBoo4F53MooHu6_a6txoZNdI_TH2y45RN3gzA/s1600/Trois-am%25C3%25A9ricaines-%25C3%25A0-paris.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGdDinN5jdfHiXTwj8ej3XcBPEyBHtEGyeJzPk-if_GWTb1qqBrj_TTsnloyykOrFZ7T_r4RzIz6WRHLXVloRc27SdJhoKaRrEjgBoo4F53MooHu6_a6txoZNdI_TH2y45RN3gzA/s400/Trois-am%25C3%25A9ricaines-%25C3%25A0-paris.jpeg" width="273" /></a><!--[if gte mso 9]><xml>
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<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Durante los siglos XVIII y XIX París fue una de las ciudades
europeas que acogió a un gran número de artistas y científicos extranjeros.
Esta época, caracterizada por la realización de extensos viajes formativos en
Europa -más conocidos como <i>Grand
Tour</i>-, mantuvo una circulación permanente de turistas aristócratas y
burgueses provenientes de todas las latitudes del globo. Durante el siglo XX,
esta tendencia aumentó a causa de las guerras que asolaron al Viejo Continente
y que desplazaron de sus países de origen a miles de intelectuales, políticos,
músicos, pintores y estudiantes que encontraron en París un espacio para
desarrollarse.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Más allá de la bohemia y los aparentes desenfrenos que
caracterizaban a la estimulante ciudad de las luces retratada por Hemingway en <i>A Moveable Feast</i>, la fascinación por el
influjo cultural que ejercía París en las elites progresistas no cesó de atraer
a jóvenes estudiantes norteamericanos ansiosos de cruzar el Atlántico para
aprender la lengua de Montaigne y Baudelaire, profundizar los estudios universitarios
y caminar sin destino por algún quartier, boulevard o parque como lo hacen
lo(a)s flâneurs que componen el paisaje de ese modus vivendi llamado <i>la vie parisienne</i>.</span></div>
<a name='more'></a></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Tal como lo musicalizó Gershwin a fines de 1928 en su obra
sinfónica <i>An american in Paris</i>,
los años de postguerra en París fueron el escenario perfecto para estimular la
creación artística, desarrollar el pensamiento crítico, experimentar la
libertad y una forma de vida acorde al ritmo impuesto por una ciudad que vivía
su edad de oro. A través del cine se recuerda fácilmente el papel de Audrey
Hepburn en la película <i>Sabrina</i> de
Howard Hawks, donde tras un fallido intento de suicidio la hija del chófer de
una familia de clase alta era enviada a estudiar a París y regresaba a los
Estados Unidos convertida en una joven elegante y refinada.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Este es el contexto que la profesora de la Universidad de
Yale, Alice Kaplan, utiliza para reconstruir en un apasionante relato las
estadías en París de una ex Primera Dama, una ensayista y escritora y una
defensora de los derechos civiles. Estas tres mujeres legendarias no son otras
sino Jacqueline Kennedy, Susan Sontag y Angela Davis, jóvenes estudiantes que
vivieron una temporada en la capital francesa y que transformadas por el
espíritu parisino encarnan aún hoy el genio femenino americano, genio que debe
mucho al clisé del sueño francés instalado en la sociedad estadounidense a
través del imaginario hollywoodense.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Jacqueline Bouvier Kennedy aprovechó el programa del Smith
College para aprender la lengua y la cultura francesa entre 1949 y 1950. Su
origen francés, orgullosamente reivindicado, le ha permitido alardear de esa
diferencia frente al medio americano-irlandés del clan Kennedy, que la
consideró durante largo tiempo como una extraña cuya sofisticación resultaba
chocante. Susan Sontag, por su parte, vivió en París durante los años 1957 y
1958, allí encontró una forma de liberación sexual que pronto adoptó al mismo
tiempo que descubría los encantos de la <i>Nouvelle Vague</i> y el <i>Nouveau
Roman</i>, que luego contribuyó a introducir en los Estados Unidos. Si el viaje
transatlántico era bien visto para una joven de la alta burguesía como
Jacqueline Bouvier, este no dejó la misma percepción en el caso de Susan
Sontag, que dejó a su marido y a su pequeño hijo para inscribirse en la
Sorbonne, lugar donde jamás puso sus pies pues prefirió seguir un derrotero
afectivo e intelectual libre de compromisos. En el caso de Angela Davis, París
era el centro de todas la vanguardias y el vivero de los grupos políticos más
radicales. De esta manera, la estudiante mundana, la intelectual bohemia y la
militante contestataria encontraban en Paris una capital para la vida
intelectual más que un enorme museo.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><i>Trois Américaines à
Paris</i> no es un capítulo más de la ya conocida historia de los
(auto)exiliados en París. Su punto de partida, un simple año de intercambio o
una breve residencia, permite redescubrir tres tiempos de la vida social y
cultural francesa, retratados a través de las repercusiones de esas estadías en
la vida de tres mujeres iconos de la historia política e intelectual
estadounidense. Precisamente, la celebridad de estas tres mujeres llega después
de su paso por París. Jackie Kennedy se convierte en primera dama en 1961, a
mediados de la década de 1960 Susan Sontag deviene la más célebre representante
de la denominada French Theory en los círculos académicos estadounidenses y
Angela Davis alcanza fama mundial cuando el entonces gobernador de California,
Ronald Reagan, solicitaba que ella no diera clases en ninguna universidad
estatal por sus supuestas acciones subversivas y radical militancia política.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Una vez convertida en First Lady, Jacqueline Kennedy -que
leía a Saint-Simon y a Proust en francés- no dudó en hacer de la cultura
francesa un arma diplomática. Su visita oficial a París en junio de 1961, menos
de seis meses después de que JFK asumiera el poder, o el envío a los Estados
Unidos de exposiciones artísticas y actividades literarias patrocinadas por
André Malraux, son ejemplos de su ferviente francofilia y su afrancesado gusto
por la moda pese a las críticas de sus compatriotas que juzgaban su postura
elitista.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Encontrando en la ciudad de las luces las condiciones de una
libertad sexual y de una autoexploración sistemática, Susan Sontag se convirtió
–de acuerdo a su propio testimonio- en una “americana autoeuropeizada”. Lo que
a ella importaba no era exclusivamente el universo de referencias académicas
que allí descubrió (el existencialismo de Sartre, el pensamiento feminista de
Simone de Beauvoir, la presencia del absurdo en la dramaturgia de Ionesco, el
vanguardismo de Godard, y la crítica de Barthes), sino más bien una cierta
concepción del intelectual que mezclaba formalismo teórico, intervenciones
políticas y defensa de un modo de vida inconformista, que pronto se plasmaron
en su obra ensayística.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El breve paso de Angela Davis por París en el verano de 1962
refleja de manera más sorprendente una historia de las afinidades electivas
entre Francia y los Estados Unidos. Luego de una brillante carrera universitaria
cruzada por la lectura de Sartre y Camus en Brandeis, Davis partió a Europa a
profundizar sus estudios de filosofía. Mientras expandía su cultura literaria y
filosófica, reafirmó en esta ciudad su compromiso político, al cual sus
orígenes afroamericanos sin duda la predestinaban. El ataque cometido en 1963
contra una Iglesia Bautista negra en Birmingham (Alabama) -su ciudad de origen-
y el racismo antimagrebí que observó en Francia justo en una época en que las
brasas de la guerra de Argelia, recientemente acabada, aún no se apagaban,
alimentaron aún más su determinación como activa defensora de los derechos
civiles de los afroamericanos. A su regreso a los Estados Unidos, su ascendente
carrera académica en la UCLA se vio truncada por la vigilancia a la que fue
sometida por su filiación al Partido Comunista y su proximidad a los Black
Panthers, el ala más radical del movimiento de liberación afroamericano. En
1970 fue inculpada de cómplice en una toma de rehenes que buscaba liberar a
tres prisioneros políticos negros y el FBI presionó con éxito a sus jefes para
expulsarla de la universidad. Estos acontecimientos suscitaron en el mundo
entero, y particularmente en Francia, muestras de solidaridad y simpatía por su
activismo político. En 1971, el viejo Louis Aragon encabezó una marcha de
60.000 personas que desfilaron protestando por su causa luego del llamado que
hiciera el Partido Comunista francés y algunos integrantes de la <i>intelligentsia</i> como Foucault y
Genet.</span></div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Así, estas tres mujeres lograron traducir en términos
políticos y culturales, y cada una a su modo, lo que las calles parisinas le
ofrecían. Esta fusión de lo político, la literatura, el arte y la estética, que
produjo tantos debates y confusiones en el siglo XX, demuestran los cruces e
intersticios de una época de profundos cambios socioculturales que tendrían eco
más allá de las fronteras de esa nueva Atenas llamada París.</span></div>
</div>
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<br /></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">París respondía así a las expectativas contrastantes de la
esteta Jacqueline Kennedy, de la “bobo” Susan Sontag y de la militante Angela
Davis. Las tres encontrarían una ciudad que las hizo vivir un espíritu de
libertad que no reinaba en la puritana América. Ellas descubrirían una cultura
que, en la etapa más fructífera del existencialismo, de la n<i>ouvelle vague</i> y del
estructuralismo, cambiaría los dogmas y los códigos sociales establecidos, no
sin palpar realidades menos agradables: para algunas la falta de confort y
estrechez del hábitat parisino y de sus chambres de bonne y para otra el
racismo de las familias que la acogieron. A través de tres momentos
biográficos, Alice Kaplan invita a reflexionar sobre las transferencias
culturales entre las dos orillas del Atlántico, ofreciendo una bella historia
en espejo de la segunda mitad del siglo XX, época de la cual estas tres mujeres
fueron sino las musas al menos símbolos incuestionables.</span></div>
</div>
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<!--EndFragment--><br /></div>
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<br /></div>
<div style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; text-align: right;">
<a href="http://diario.latercera.com/2013/03/02/01/contenido/reportajes/25-131088-9-paris-era-mas-que-una-fiesta.shtml" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"></a><a href="http://diario.latercera.com/2013/03/02/01/contenido/reportajes/25-131088-9-paris-era-mas-que-una-fiesta.shtml">publicado en www.diario.latercera.com/2013/03/02/01</a></div>
</div>
<!--EndFragment-->Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-74406416277873798722013-04-10T17:54:00.001+02:002013-04-10T17:54:40.988+02:00El revolucionario | Jon Lee Anderson<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAiFZCfdQzHj-_IGGOmVx9taPt8jqfrG4meMyB6a4fy1B2VBUrjzqbKiwRbFZ6hMpBbNW0vJpU-_zYm-mKL6qrgQba2DqB5NYPL2MsFxSiTbzZ7lMR6p_zr587cg9qgSsU4BJs5w/s1600/Hugo_Chavez_8.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="226" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAiFZCfdQzHj-_IGGOmVx9taPt8jqfrG4meMyB6a4fy1B2VBUrjzqbKiwRbFZ6hMpBbNW0vJpU-_zYm-mKL6qrgQba2DqB5NYPL2MsFxSiTbzZ7lMR6p_zr587cg9qgSsU4BJs5w/s400/Hugo_Chavez_8.jpeg" width="400" /></a><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La clínica siquiátrica del doctor Edmundo Chirinos está en un distrito que antaño fue uno de los más refinados de Caracas. Chirinos es un hombre bajo, ya en sus 60, que tiene ojos traviesos y cejas pobladas. Por su consultorio han desfilado profesionales de alto rango y prominentes figuras políticas. Me dijo que desde 1958, cuando Venezuela se convirtió en una democracia multipartidista, ha tenido el gusto de conocer a siete de sus presidentes, que han llegado a ser sus amigos o sólo sus pacientes. Hugo Chávez es uno de esos presidentes y amigos personales. Dice que es el hombre más honesto que ha conocido.</span></div>
<br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
</span>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Chirinos quería conversar conmigo acerca del Presidente Hugo Chávez y me dijo que la manera más discreta de hacerlo era a través de un cuestionario diseñado por uno de sus colegas. Este exponía 50 rasgos personales que tanto se le podían atribuir al Libertador Simón Bolívar como al Presidente Chávez o a ambos.</span><br />
<a name='more'></a></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
<div style="text-align: justify;">
Comenzó a leer el cuestionario y enfatizó algunas de esas semejanzas: “Es una persona difícil y malhumorada cuando se siente frustrado. Cuando uno menos lo espera, saca su buen humor y platica con familiaridad con desconocidos y amigos por igual. En ocasiones es injusto con sus opiniones, pero en otras es demasiado tolerante. Su carácter es impredecible y desconcertante. Prefiere abrazar sueños que parecen imposibles en lugar de confrontar las duras realidades de la vida”.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando llegamos al rasgo 14 del cuestionario, que tenía que ver con la vanidad, Chirinos afirmó: “Esto es cierto, Chávez tiene rastros de narcisismo”. En la número 15 -¿Manifiesta un autoritarismo desenfrenado que predispone a la gente en su contra?-, me miró y dijo: “Sí, esta característica es muy pronunciada en Hugo”. Y así recorrimos todo el documento, en el que Chirinos describió a Chávez como hiperactivo e imprudente, impuntual y que sobrerreacciona a las críticas, rencoroso, políticamente astuto y manipulador, que nunca duerme más de dos o tres horas por noche.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando me despedí, me enfatizó que el presidente venezolano está mentalmente sano y normal: “Excepto por su poder, el presidente no es muy diferente a usted o a mí”.</div>
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<br /></div>
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Chávez es un “creole mestizo”, como lo era Bolívar, y esto a pesar de que muchos cuadros que pintan al “Libertador” lo muestran como un hombre de piel blanca. Los rasgos de Chávez son de color bronce oscuro; tiene labios sobresalientes; ojos profundos debajo de densas cejas; cabello negro y rizado; una larga nariz en forma de hacha. Parece tener una memoria casi fotográfica. Es todo un adulador con las personas con las que se ha encontrado tan sólo una vez y se dirige a ellas por sus nombres. También es un bromista empedernido y con poco tacto. En un encuentro con Putin en Moscú, se puso en posición de karate antes de saludarlo. Putin quedó perplejo. “Escuché que eres cinta negra -le dijo Chávez-. Yo soy beisbolista”.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Conversé con Chávez largo y tendido por primera vez en su residencia, una mansión estilo hacienda, conocida como La Casona. Eran cerca de las nueve de la noche y Chávez se encontraba sobre el césped en una mesa de madera, bajo un árbol de mangos. Llevaba zapatillas, jeans negros y una larga camisa tipo túnica. Papeles, bolígrafos y un par de celulares estaban sobre la mesa. Un empleado nos trajo café expreso, jugo de mango y galletas saladas. Chávez es un adicto a la cafeína. Cuando sus asistentes se dieron cuenta de que tomaba unos 26 expresos al día, bajaron la ración a 16.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me acordé de las observaciones del doctor Chirinos sobre la sensibilidad de Hugo Chávez y su tendencia a llorar, y le pregunté al presidente si compartía la trágica visión acerca de la vida que tenía Bolívar.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y es que Chávez habla siempre de su voluntad de morir al servicio de la patria y se especula que tiene complejo de mártir. Había meditado sobre eso días atrás, durante una ceremonia oficial para depositar una corona en la tumba del “Libertador”. Chávez llegó a la ceremonia acompañado de los presidentes de México y Colombia. Ambos usaban chalecos antibalas, pero Chávez no.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Le pregunté por qué. “Nunca uso”, me respondió. Este asunto vuelve paranoicos a sus guardaespaldas. Tanto, que hasta el mismo Fidel Castro, según Chávez, le ha dicho que se cuide mejor. “Es posible que tenga algo de eso ese sentido trágico de la vida”, me reconoció.</div>
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<br /></div>
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Chávez es un showman natural. Durante su acostumbrado programa de radio y televisiónAló, Presidente, que se transmite en vivo y dura horas y horas, acostumbra a regañar a sus críticos, amenaza a sus enemigos, canta, recita poesía, tira chistes y generalmente exagera su actuación. De manera insoportablemente detallada, les dice a sus televidentes todo lo que ha hecho o está por hacer; rememora su infancia; lee a Marx; la Biblia, y sobre todo, Bolívar. Cuando ha estado de viaje, señala sobre el mapa los lugares que ha visitado, exalta su belleza y describe la gente que encuentra. Estas cosas pegan bien con los venezolanos de origen pobre, pero otros consideran sus monólogos como algo muy irritante. “¿Viste a nuestro príncipe payaso la otra noche?”, es uno de los típicos comentarios después de <i>Aló, Presidente</i>. Muchos venezolanos de tez blanca y de la clase media desprecian a Chávez. Un financiero de impecable ascendencia ibérica me dijo, con cara de disgusto, “que se sentía avergonzado de tener a ese mono como presidente”.</div>
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<br /></div>
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Chávez está prácticamente aislado de los líderes de negocios de Venezuela, y según me dijo un ex funcionario del Departamento de Estado: “Esta gente, probablemente, nunca antes se había encontrado con alguien como él, a excepción tal vez del muchacho mandadero de la casa”.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La oposición a Chávez está aún desorganizada y fragmentaria, sin embargo, ha habido protestas y huelgas de sindicatos que sienten que él está tratando de diluir su poder. Cada vez que se siente desafiado, Chávez se pone a la defensiva y tilda a sus críticos de “oligarcas” y “mentirosos”, y los acusa de conspirar para sabotear al gobierno.</div>
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<br /></div>
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Rumores de movimientos dentro de las Fuerzas Armadas en contra de Chávez siempre están circulando por Caracas, pero parecen provenir del Frente Institucional Militar, constituido por oficiales retirados del ejército y dirigido por Fernando Ochoa Antich. “Yo soy de aquellos que creen que eventualmente las Fuerzas Armadas serán un factor desestabilizador para el régimen de Hugo Chávez”, me explicó. “Estamos convencidos de que una Venezuela democrática y pluralista no puede existir con Chávez. No hay otras alternativas mientras Chávez esté sobre el escenario”.</div>
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<br /></div>
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Por su parte, Chávez afirma que la mayoría de los miembros de las Fuerzas Armadas de Venezuela le son leales. Aunque a mí me reconoció personalmente que no en “un ciento por ciento”.</div>
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Hugo Chávez fue el segundo de seis hijos de Elena Frías y Hugo de los Reyes Chávez, ambos pobres y profesores de primaria en el estado occidental de Barinas. Hugo hijo era un ávido beisbolista y lector de historia. Ingresó al ejército como cadete a los 17 años y se graduó de la academia militar de Venezuela en 1975, con un título en artes y ciencias. Fue asignado a un batallón que tenía como órdenes aplastar el levantamiento liderado en Barinas por la neorganización maoísta “Bandera Roja”. Chávez ha dicho que fue durante la campaña antiguerrilla en Barinas cuando comenzó a sentir simpatía por el pueblo y la causa revolucionaria.</div>
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<br /></div>
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Ni él ni sus amigos tenían la menor idea de qué iban a hacer, pero a principios de los 80 fundaron la organización secreta Movimiento Revolucionario Bolivariano. Por ese tiempo, el hermano mayor de Hugo, Adán, un profesor universitario de marxismo, lo introdujo con Douglas Bravo, uno de los líderes guerrilleros más famoso de Venezuela. Adán Chávez era miembro del partido de Bravo, conocido como el Partido de la Revolución Venezolana, que abogaba por una toma revolucionaria marxista en Venezuela en una alianza entre civiles y militares.</div>
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<br /></div>
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Hugo Chávez trabajó con Douglas Bravo hasta poco antes del intento de golpe de Estado en 1992. Bravo me dijo que Chávez había traicionado sus principios izquierdistas a favor de un atentado puramente militar. El Presidente Chávez cuenta una historia diferente: dice que Bravo rompió relaciones con él más tarde, después de que decidiera buscar el poder por medio de la urna electoral en lugar de la pistola. De cualquier forma, esta ruptura es emblemática de los problemas de Chávez con algunos izquierdistas de Venezuela, los cuales tienen reparos acerca de sus antecedentes militares, sus políticas proempresa y sus amistades con personas de variadas filosofías políticas.</div>
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En ciertos barrios bajos de Caracas, algunos impacientes militantes de izquierda han formado una cuasi guerrilla clandestina y armada. Hasta ahora, se han dedicado a actividades de “limpieza social”, como la ejecución de traficantes de drogas. Una diputada de la bancada chavista, Marelis Pérez Marcano, me dijo que le preocupa el paso lento del cambio: “Mi gran miedo es que el clima revolucionario generado por el Presidente Chávez comenzará a caerse. Necesitamos estimular a la gente, mantener viva la llama de la revolución”. Por eso, está ayudando a organizar comités de ciudadanos. “Con estos mecanismos, la revolución será irreversible. Si a Chávez intentan removerlo por la fuerza, la gente será capaz de salir a las calles y defenderlo”.</div>
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<br /></div>
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Chávez nació en una casa de adobe con suelo de tierra en Sabaneta, un pueblo pequeño rodeado con pastos, palmeras y palos de mango, pero su familia se mudó hace un tiempo a la ciudad de Barinas, capital del Estado. En 1988, mientras corría para la presidencia, su padre hacía campaña para gobernador del estado. Y ganó. El padre del Presidente Chávez no se ha sentido muy bien -tiene cáncer de próstata- y sus hijos lo ayudan con sus labores de gobernador. Sus hijos Narciso, hombre de negocios; Argenis, ingeniero eléctrico; Aníbal, profesor de inglés, y Adeliz, banquero, han sido considerados una pandilla de ladronzuelos cuyas actividades han avergonzado a Chávez.</div>
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La mansión de su padre, el gobernador de Barinas, es una versión pequeña de La Casona: una casa laberíntica, con columnatas y un jardín lleno con árboles. Primero me recibió el hermano más joven de Chávez, Adeliz, un hombre de 40 años, con una gran mandíbula y pelo liso. Vestía terno gris y una corbata floreada. También tenía un anillo de oro con diamante. Recién se había convertido en vicepresidente corporativo del Banco Sofitasa.</div>
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Cuando Adeliz se retiró, don Hugo y doña Elena entraron en la oficina. El presidente Chávez heredó el color de piel de su padre, pero su cara y gruesa mandíbula las heredó de doña Elena. En ese día, ella era la que más hablaba: “Algunas veces creo que Hugo ha sido enviado por Dios para ayudar a su pueblo, pero está solo en esto. Yo le rezo a Dios y la Virgen que lo cuiden por mí, porque tiene muchos enemigos”. Ella y su marido acababan de regresar de Cuba, su primer viaje fuera de Venezuela. Fidel los había tratado magníficamente.</div>
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Pocos días después, el presidente me invitó a acompañarlo en un viaje al interior. Nuestra primera parada fue en Barinas, donde Chávez abrió una nueva sección de la autopista. Cuando los helicópteros tocaron tierra, la gente quebró el cordón de seguridad y se lanzó como enjambre sobre Chávez, gritando su nombre. Sostenían pancartas y cartas dirigidas a él. Chávez repartía besos y apretones de mano. Dos soldados que estaban detrás de Chávez llenaban los sacos con las cartas que la gente les lanzaba.</div>
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Ya era pasada la medianoche cuando retornamos a Caracas.</div>
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A la mañana siguiente, Chávez fue a La Esmeralda, un puesto de avanzada en la jungla amazónica y a una hora y media de vuelo de Maracaibo en el jet presidencial. En La Esmeralda se encuentra una misión salesiana, un cuartel de la Guardia Nacional, unas casas con techos de hojalata y palmera, un muelle. Algunas monjas y misioneros, soldados, funcionarios civiles y un grupo de muchachos y muchachas indígenas, todos descalzos, esperaban por Chávez en la pista. Había llegado a La Esmeralda para dar a las aisladas comunidades indígenas una flota de ambulancias para ríos, hechas de fibra de vidrio y con motores fuera de borda.</div>
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Al tiempo que la ceremonia comenzaba, representantes de varias comunidades indígenas deambulaban cerca, esperando una oportunidad para hablarle. De repente, un grupo de unos 30 indios yanomami apareció corriendo desde el bosque. Usaban taparrabos y sus torsos desnudos y piernas estaban cubiertos con pintura negra de guerra. Emitían gritos y agitaban sus armas. En medio del grupo, un pequeño yanomami gritaba en un castellano apenas inteligible. Estaba hiperventilado. Finalmente, comprendí que estaba informando de la queja de varias villas que habían sido excluidas de la entrega de las ambulancias flotantes.</div>
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La escena de los yanomami había pasado inadvertida para Chávez. Aún estaba discurseando y diciéndoles a los otros indígenas reunidos que ellos eran los originales venezolanos, y que todos los venezolanos, sean indios, negros o blancos, tenían los mismos derechos bajo la nueva Constitución. “Yo soy blanco, negro e indio, así como la mayoría de los venezolanos”, les gritó.</div>
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En el vuelo de retorno a Caracas, Chávez me llamó a su compartimiento privado. Sacó su agenda y me propuso que llegara por la mañana a su oficina en el Fuerte Tiuna. Le pregunté acerca de las cartas. Se puso a reír. Me dijo que tenía un equipo especial de asistentes que hacía un sumario de todas las cartas cada noche, y cada mañana él pasaba por ellas. “¿Todas las cartas?”, le pregunté. “Todas”, me aseguró.</div>
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El Fuerte Tiuna es un lugar calmado, limpio, con césped bien cortado y barracas y caballerizas recientemente pintadas. Los soldados saludan a cualquiera que se cruza con ellos. Hay una estatua de bronce de Simón Bolívar en el atrio del edificio del Ministerio de Defensa, que muestra al Libertador en el campo de batalla. Los balcones de varios pisos de oficinas dan hacia este atrio. La mañana que vi aquí a Chávez llevaba un uniforme militar, incrustado de listones y medallas.</div>
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“¿Sabías que este es el cuarto donde estuve prisionero el 4 de febrero de 1992 después que me rendí?, me dijo. “Me senté exactamente sobre ese sofá”, agregó, y señaló hacia un sofá. “Todo está exactamente igual”. Me dijo cómo había persuadido a los comandantes militares para que le permitieran estar en vivo por televisión y dirigirse a sus camaradas que todavía combatían. Chávez explicó que no ensayó nada. “Todo lo que sabía era que no quería aparecer ante la nación luciendo como un Noriega cuando se rindió a los gringos. Derrotado y con un número colgándome del cuello”. Me dijo que de repente una “voz interior” le empezó a hablar. “No sé qué habrá sido. Mi subconsciente o algo”. Las palabras simplemente le brotaron, continuó diciéndome. Y de repente, me dijo palabra por palabra el discurso que había dado esa noche.</div>
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Le pregunté por los problemas que ahora enfrentaba estando en el poder y dibujó una serie de flechas en un papel. Los dibujos representaban sus “acciones” y sus “obstáculos”. Me dijo que había ganado la primera fase de la revolución, la fase política, que incluía la victoria presidencial y el exitoso referéndum para la nueva Constitución. La siguiente fase, dijo, era la revolución socioeconómica. Luego dibujó una flecha recta y otra que giraba hacia un lado. La flecha recta, dijo, era “la revolución”, y la otra, la flecha flexible, representaba “el reformismo”.</div>
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“Tal vez dentro de dos años seremos capaces de decir que la revolución bolivariana triunfó sobre sus obstáculos”, dijo y señaló la flecha recta. “O que se le obligó a desviarse y terminó siendo una reforma”, agregó, indicando la flecha flexible. “Pero eso sería perjudicial, porque necesitamos una revolución y si no la alcanzamos ahora, surgirá más tarde, pero con otra cara. Tal vez de la misma forma como cuando salimos a medianoche con las pistolas”.</div>
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Chávez admitió que todavía “había confusión y malentendidos”, especialmente en Estados Unidos, sobre lo que exactamente eran sus políticas. “Hasta hace poco -dijo-, lo que se estaba argumentando o debatiendo, aquí y en el exterior, era cómo domar a Chávez. Tratémoslo bien para ver si lo podemos domar”. Comenzó entonces a reírse y dijo: “Pero parece que esta bestia no es domable”.</div>
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<a href="http://diario.latercera.com/2013/03/10/01/contenido/la-tercera-el-semanal/34-131771-9-el-revolucionario.shtml">publicado en www.diario.latercera.com/2013/03/10/01</a></div>
</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-63912218804239396812013-04-10T17:31:00.000+02:002013-04-10T17:40:07.611+02:00Fantasías de la temeridad | Miguel León-Portilla <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjr-fSPiQIP7C3POYwMj88414yH90PXU-IUSWaXO-SMMxg6FsFAWmFZzr0VIfCGmXf0oV3Oc4llJDQszpmRnXCIoYR05uZVsV-oDXrb6g5ZKB3ybpLTwYZxtowZzWR7JQo9cjpzPQ/s1600/0006-00005.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: justify;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjr-fSPiQIP7C3POYwMj88414yH90PXU-IUSWaXO-SMMxg6FsFAWmFZzr0VIfCGmXf0oV3Oc4llJDQszpmRnXCIoYR05uZVsV-oDXrb6g5ZKB3ybpLTwYZxtowZzWR7JQo9cjpzPQ/s400/0006-00005.jpeg" width="277" /></a><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><div style="text-align: justify;">
Hay libros que por dar a conocer algo que mucho importaba o por sostener una tesis merecedora de atención, hacen ruido. Hay otros que también lo hacen, aun cuando sea por poco tiempo, por ofrecer exactamente lo contrario. Después de lo que voy a exponer aquí, dejo al prudente lector juzgar por sí mismo a qué categoría pertenece el libro que voy a comentar.</div>
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Su autor es el historiador francés Christian Duverger. Su libro ostenta el título de <i>Crónica de la eternidad</i>. Recién publicado con el sello de Editorial Taurus, en él sostiene Duverger que Bernal Díaz del Castillo no pudo ser el autor de la <i>Historia verdadera de la conquista de la Nueva España</i> sino que la autoría corresponde nada menos que a Hernán Cortés.</div>
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Tesis tan novedosa contradice lo que se ha reconocido a lo largo de más de 450 años, desde 1568 en que escribió Bernal que había concluido su <i>Historia</i>. Y contradice también lo expresado por dos bien conocidos autores del mismo siglo XVI: Alonso de Zorita, oidor en Guatemala de 1553 a 1557, afirma supo de labios de Bernal —quien le mostró sus escritos— que tenía redactada ya parte de su <i>Historia</i>; y por fray Juan de Torquemada que en su Monarquía Indiana sostiene conoció a Bernal en Guatemala y supo que escribía acerca de la conquista. Y podrían añadirse los nombres de otros, no pocos, incluyendo el del cronista Antonio de Herrera y el de fray Alonso Remón que la publicó en Madrid, en 1632, atribuyéndola a Bernal.<a name='more'></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Los principales argumentos de Duverger para negar la autoría a Bernal se centran en que, por tratarse de un hombre rudo, un soldado, es probable que incluso fuera analfabeto y desde luego no hombre de letras. Otro argumento aducido es que a la avanzada edad en que se dice que Bernal escribía es imposible que pudiera recordar lo que refiere. </div>
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En cuanto a lo primero, se conservan otros escritos de él, algunos como miembro del cabildo de Guatemala. Me remito a la obra de Bernard Grunberg, <i>Dictionnaire des conquistadores de Mexico</i> (París, 2001), que registra buen número de documentos suscritos y presentados por Bernal, que incluso fue enviado a España como procurador. </div>
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<div style="text-align: justify;">
El que fuera un soldado no es prueba de ser incapaz de escribir. Recordemos a Miguel de Cervantes Saavedra, contemporáneo suyo, también soldado sin estudios universitarios, genio de la literatura española.</div>
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En cuanto a que, siendo muy anciano, no pudo recordar bien lo acaecido en la conquista, consta por reiteradas referencias que comenzó a escribir su <i>Historia</i> hacia 1555, como lo afirma el citado oidor Alonso de Zorita. </div>
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Pruebas de que la <i>Historia</i> es obra suya la ofrecen su estilo salpicado de anécdotas al recordar distintos episodios y las frecuentes críticas que hace a la <i>Historia de la conquista de México</i> de Francisco López de Gómara, publicada en 1552, que en el fondo es una elogiosa biografía de Hernán Cortés. Como muestra de anécdotas recordaré lo que expresó respecto de lo que sentía y hacía antes de entrar en batalla: experimentaba una temblorina, orinaba y rezaba a Nuestra Señora y luego, reanimado, empuñaba sus armas. </div>
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<div style="text-align: justify;">
Como puede verse, no existe prueba ni indicio alguno para sostener que fue imposible que Bernal escribiera la <i>Historia verdadera</i>. </div>
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<br /></div>
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Atendamos ahora los principales argumentos que aduce Duverger para atribuir como autor de la Historia verdadera a Hernán Cortés. Diré antes que nadie ha visto el supuesto texto escrito por Cortés. Si como lo pretende Duverger, su redacción ocurrió durante los últimos años de vida de Cortés, hallándose en España, debió explicar de dónde sacó tiempo Cortés, que continuaba enfrascado en alegatos y litigios en relación con el juicio de residencia al que se le pretendía someter o el asunto del número de sus vasallos en Nueva España o los dineros que la Corona le adeudaba. </div>
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Y además, cabe preguntarse qué pudo mover a Cortés a escribir esa <i>Historia</i> que nadie ha visto. La razón de esta pregunta se debe al hecho de que el mismo Cortés había escrito ya ampliamente sobre la conquista en sus <i>Cartas de relación</i> a Carlos V, que para entonces habían sido editadas varias veces y traducidas al latín y a otras lenguas. Además, como ya lo recordé, Francisco López de Gómara había escrito una especie de biografía elogiosa del conquistador. </div>
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<br /></div>
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José Luis Martínez, y el mismo Duverger, en su libro <i>Cortés</i> (2005), no dicen ni pío sobre la supuesta <i>Historia</i>. Y ahora, apoyándose en meras suposiciones, o mejor en fantasías, dice Duverger que esa <i>Historia</i> de Cortés la enviaron a sus hijos al tiempo de la famosa Conjuración (1567) como para dar argumentos de apoyo a su causa. Y añade que luego de México la hicieron llegar a Guatemala, tal vez porque sabían acerca de Bernal. Aquí hay que recordar que, para esas fechas, Bernal había concluido su <i>Historia</i>, según su propio testimonio. </div>
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<br /></div>
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Terminaré citando lo mostrado por el historiador español, profesor Guillermo Serrés, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona. Expresa él que Duverger sostiene que la existencia de Bernal por primera vez aparece documentada en 1554, cuando en realidad lo estuvo desde 1539, según testimonio conservado en el Archivo de Indias. Y, asimismo, Duverger afirma que la Audiencia centroamericana en 1568 residía en Panamá cuando en realidad desde 1563 se encontraba ya en Guatemala. </div>
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<br /></div>
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La conclusión es clara. El libro no presenta testimonio alguno que pruebe lo que en él se afirma. Más que <i>Crónica de la eternidad</i> se trata de fantasías de la temeridad.</div>
</span><span style="background-color: white; letter-spacing: 1px; line-height: 20px;"><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
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<a href="http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=2204021"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">publicado en www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=2204021</span></a></div>
</span>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-56012157003876544852013-04-10T17:21:00.002+02:002013-04-10T17:35:50.653+02:00El euro sobrevive, pero ¿qué ha sido de los europeos? | Timothy Garton Ash<br />
<div style="background-color: white; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkKv3piTgYp351XyYe_ZbdokJDsdli3fKQsNYH4Vwvmm_LmvWhjNWuWjkHHPw3okFDgB0AsCl7FhvW702OhV6sDbpDEqPMg5i-1oA9ipQhvdw92Vh-ByeHru1eOgyGUdqjJspy1g/s1600/Captura-de-pantalla-2013-02-05-a-las-13.23.21.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkKv3piTgYp351XyYe_ZbdokJDsdli3fKQsNYH4Vwvmm_LmvWhjNWuWjkHHPw3okFDgB0AsCl7FhvW702OhV6sDbpDEqPMg5i-1oA9ipQhvdw92Vh-ByeHru1eOgyGUdqjJspy1g/s400/Captura-de-pantalla-2013-02-05-a-las-13.23.21.png" width="400" /></a><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">"Hemos hecho Italia, ahora tenemos que hacer italianos", afirma un viejo dicho. Hoy, después de que hiciéramos el euro, su crisis está deshaciendo europeos. Muchas personas que se sentían llenas de entusiasmo por el proyecto europeo hace 10 años están hoy regresando a airados estereotipos nacionales.<br /><br />“Hitler-Merkel”, decía una pancarta que llevaban jóvenes manifestantes chipriotas hace unos días. Junto a esas palabras figuraba una imagen de la bandera europea, con sus estrellas amarillas sobre fondo azul furiosamente tachadas con unos trazos rojos. Se oyen sin cesar grandes generalizaciones negativas sobre los europeos del “sur” y del “norte”, casi como si fueran dos especies distintas.</span><br />
<a name='more'></a><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Pero seamos serios. ¿Qué historiador digno de tal nombre puede decir que Milán tiene más cosas en común con Nicosia que con Niza o Ginebra? Vemos incluso a europeístas muy formados y preparados que dicen en público cosas sobre otros países que hace una década no se habrían atrevido a pensar, y mucho menos a manifestar. Al mismo tiempo que cada vez más partes de Europa se han ido volviendo fervientemente antialemanas, cada vez más partes de Alemania se han vuelto antieuropeas. Se cierne en el horizonte una espiral peligrosa, como un tornado en una carretera rural del medio oeste estadounidense.<br /><br />Deberíamos tomar nota con alivio de las cosas que no han ocurrido o, por lo menos, no todavía ni de forma generalizada. Con la excepción de partidos neofascistas como Aurora Dorada en Grecia, la indignación de los europeos no se ha vuelto aún en contra de los inmigrantes, las minorías ni unas imaginarias quintas columnas. Los alemanes no culpan de sus problemas a unos judíos, musulmanes o masones desarraigados; responsabilizan a los inútiles de los griegos. Los griegos no achacan sus dificultades a unos judíos, musulmanes y masones que no tienen raíces; la culpa es de los despiadados alemanes.<br /><br />Aun así, se trata de una situación muy peligrosa. No cabe duda de que 2013 no es 1913. Es posible que Alemania sea la que mande en la eurozona, pero no es una posición que hubiera buscado de antemano. A los alemanes no les preguntaron jamás si estaban dispuestos a renunciar al marco —la respuesta habría sido “no”—, y aproximadamente uno de cada tres dice hoy que le gustaría volver a él. Cuando hacen esa afirmación, están demostrando que no entienden en absoluto dónde están los intereses económicos de su país, pero esa es otra cuestión.<br /><br />La Unión Europea constituye el imperio creado más a regañadientes de toda la historia del continente, y dentro de ese imperio a su pesar Alemania es un imperio más a su pesar todavía. El riesgo de que se produzca una guerra entre Estados en la Europa de la Unión es insignificante. La analogía de 1913 es más válida hoy para Asia, donde China asumiría el papel de la Alemania del káiser Guillermo. No obstante, existe un verdadero peligro de que los vínculos sentimentales y de hermandad esenciales para construir cualquier comunidad política estén haciéndose añicos.<br /><br />Conviene recordar que, para países como Chipre, lo peor está aún por venir. Casi no me atrevo a evocar la posibilidad —a “pintar el demonio en el muro”, como dicen en alemán—, pero ¿qué ocurriría si algún griego o chipriota en paro y con problemas mentales le pegara de pronto un tiro a un político alemán? Con suerte, la conmoción enfriaría la retórica recalentada y uniría a los europeos. Pero no deberíamos tener que esperar a que suene ese disparo.<br /><br />¿Por qué nos encontramos en esta espiral descendente de mutuo resentimiento? Desde luego, por los fallos básicos de diseño del euro. Y también por unas políticas económicas equivocadas en algunos de los países que constituyen la llamada periferia de la eurozona y —en los últimos tiempos— de varios países del núcleo del norte (como expliqué en mi columna de hace 15 días, el mayor problema de la política económica alemana no es lo que pide a otros que hagan, sino lo que no hace ella. Debería estar contribuyendo a facilitar el ajuste en toda la eurozona a base de impulsar su propia demanda interna). Mientras tanto, cada medida que se toma para arreglar algo en la eurozona a corto plazo no hace más que sembrar las semillas para otra nueva crisis. Por ejemplo, el recorte del 50% que se acordó aplicar a los poseedores de deuda pública griega en el otoño de 2011 ayudó a que los bancos de Chipre cayeran en el abismo.<br /><br />Sin embargo, la causa más profunda de los problemas actuales es la disparidad entre la existencia de una zona monetaria única y 17 entidades políticas nacionales. La economía es continental, pero la política sigue siendo nacional. Aún más, es una política democrática. No estamos en 1913, pero tampoco estamos en los años treinta. En lugar de “la Europa de los dictadores” tenemos una Europa de democracias. En lugar de la “revolución permanente” de Trotski, lo que son permanentes son nuestras elecciones.<br /><br />En todo momento hay algún dirigente en algún lugar de Europa que está obligado a tener en cuenta de dónde sopla el viento porque se avecinan unas elecciones. Este año, resulta que esa dirigente es Angela Merkel, que afronta unas elecciones generales el próximo mes de septiembre. Todos y cada uno de los 17 líderes nacionales de la eurozona y los 27 de la UE piensan primero en la política, los medios de comunicación y los sondeos de opinión de sus propios países. Aunque resulte tentador decir “Hemos hecho Europa, ahora debemos hacer europeos”, lo cierto es que, en este sentido, no hemos hecho ninguna Europa.<br /><br />¿Qué podemos hacer al respecto? Un ingenioso profesor italiano, Giorgio Basevi, de la Universidad de Bolonia, me envió hace poco una propuesta de algo que podría contribuir a mitigar el problema: la sincronización de las elecciones nacionales y europeas. Se trata de una idea brillante, pero, como es natural, implanteable. ¡Cualquiera convence a los electorados de Europa! Otros sugieren que el próximo presidente de la Comisión Europea se designe mediante elección directa, tal vez entre unos candidatos presentados por cada una de las grandes familias políticas que constituyen el Parlamento Europeo. ¿Por qué no? Ahora bien, si creen que eso va a hacer que los griegos en paro y los alemanes resentidos recuperen de pronto su cálido europeísmo, no están bien de la cabeza.<br /><br />Por el momento, no existe nada que sustituya a unos políticos capaces de enfrentarse a la opinión pública de sus países y explicar, en su propia lengua y con sus propios giros, que los griegos no son todos unos despilfarradores inútiles, ni los alemanes unos teutones despiadados, etcétera, con arreglo a lo que corresponda en cada país y circunstancia. Son ellos los que deben aprovechar cada oportunidad para explicar con detalle por qué, aunque en el barco europeo estemos padeciendo fríos y humedades, tendríamos mucho más frío y más humedad si nos cayéramos al agua.<br /><br />¿Y si lo que hace falta es un nuevo enemigo común? Normalmente, me encantaría proponer como chivo expiatorio étnico a mis admirables compatriotas, los ingleses. Estamos acostumbrados. Podemos encajarlo. Pero, con todas las cosas de las que se puede echar la culpa a los ingleses, si hay algo que no se les puede achacar es la bronca que vive la eurozona.</span></div>
<div style="text-align: right;">
<a href="http://elpais.com/elpais/2013/03/28/opinion/1364484529_367165.html"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">publicado en www.elpais.com/elpais/2013/03/28</span></a></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-52384702275288157482013-04-10T17:10:00.002+02:002013-04-10T17:10:20.081+02:00Los 500 años de Florida y el New York Times | Jorge Cañizares-Esguerra<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFTfbz4CFxGjxQ9XyTBcYTwG3J-Jf4m6gKa_WucwE0omc02QMxh8cP2L03MnI2_-YOiI7nM8dt5V2ujwQkzRQnnZ_Qq9VHTqjDnUICaBr9lT49rZhe10hcocudnvzHBTMbC8VYvQ/s1600/1364404819_005730_1364405891_noticia_grande.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="305" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFTfbz4CFxGjxQ9XyTBcYTwG3J-Jf4m6gKa_WucwE0omc02QMxh8cP2L03MnI2_-YOiI7nM8dt5V2ujwQkzRQnnZ_Qq9VHTqjDnUICaBr9lT49rZhe10hcocudnvzHBTMbC8VYvQ/s400/1364404819_005730_1364405891_noticia_grande.jpeg" width="400" /></a><br />
<div style="background-color: white; line-height: 25px; margin-bottom: 0.5em; margin-right: 0.3em; margin-top: 0.4em; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Se acaban de cumplir 500 años de la llegada de Juan Ponce de León a la península de Florida. Con tal motivo (1/4/2013) T. D. Allman ha publicado en el <i>New York Times</i> el artículo «<a href="http://www.nytimes.com/2013/04/02/opinion/ponce-de-leon-exposed.html?_r=0">Ponce de León, exposed</a>». No es su ignorancia, de proporciones fantásticas, similares a las que atribuye a Ponce de León, lo que llama la atención. La audacia de la ignorancia de los hombres no sorprende, a menos que uno sea un extraterrestre. No, lo que sorprende es que hubiese aparecido en la página editorial de este periódico, sin duda el órgano de opinión más serio de los USA. Toda página editorial del NYT es cuidadosamente escrudiñada en busca de errores y prejuicios. Ensayos que insulten a grupos étnicos no tienen cabida. Si un ensayista como Allman hubiese presentado a Jefferson o a poblaciones afro-americanas como imbéciles no tendría agentes literarios ni acceso a periódicos de nota. Estaría dedicado a otros menesteres, quizás a miliciano, o a distribuidor de pizzas, o a senador de los Estados Unidos. No es el caso de Allman. Sus escritos y sus prejuicios ahora retumban en la caja de resonancia del NYT. Disturba también que los comentarios de lectores en su página sean, en su gran mayoría, celebratorios.</span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 25px; margin-bottom: 0.5em; margin-right: 0.3em; margin-top: 0.4em; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"></span><br />
<a name='more'></a></div>
<div style="background-color: white; line-height: 25px; margin-bottom: 0.5em; margin-right: 0.3em; margin-top: 0.4em; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Allman argumenta que desde un principio «Florida» ha sido una ilusión que consume. Lo fue para Ponce de León, quien imaginó una Florida de minas de oro (no con fuentes de juventud como el vulgo pretende) sólo para descubrir una Florida de gangrena: los indios lo flecharon y regresó herido a terminar sus días podrido en una hamaca en la Habana. Lo fue también para Hernando de Soto, quien no sólo despilfarró el oro de sus aventuras en el Perú, sino que terminó loco después de una campaña de pillaje y exterminio en la península. Lo fue para los pacíficos franceses, que se establecieron en el norte de Florida en 1565 sólo para terminar masacrados por un lugarteniente sanguinario de Felipe II, Pedro Menéndez de Avilés. Lo fue para Henry Fluger, quien en los 1880s, inspirado por las fantasías de Washington Irving, invirtió millones en ferrocarriles y un gigantesco hotel en San Agustín, El Ponce de León, para atraer turistas que nunca llegaron. Lo fue para los miles de turistas que desde 1920 fueron engatusados por Walter Frazer, quien les vendió la ilusión de un pantano como la Fuente de la Juventud, idea original de Ponce de León. Allman insiste en que Florida es una ilusión que todavía engatusa. A propietarios de condominios que construyen en tierras pantanosas, a ingenuos que celebran la «fundación» de Florida por Ponce de León.</span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 25px; margin-bottom: 0.5em; margin-right: 0.3em; margin-top: 0.4em; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 25px; margin-bottom: 0.5em; margin-right: 0.3em; margin-top: 0.4em; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Ciertamente la historia está hecha de embelecos. No se trata de reivindicar a Ponce de León, ni a Hernando de Soto, ni a Pedro Menéndez de Avilés. Porque la ignorancia y prejuicios de Allman, esto es lo grave, residen en sus cadencias y en sus silencios.</span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 25px; margin-bottom: 0.5em; margin-right: 0.3em; margin-top: 0.4em; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 25px; margin-bottom: 0.5em; margin-right: 0.3em; margin-top: 0.4em; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Primero sus cadencias. Cito a Allman: «El mismo Ponce fue herido por una flecha. La herida no fue seria, pero los españoles eran tan indiferentes a la gangrena como alertas a la herejía. ¿Y qué si Ponce hubiese regresado a España con pequeños frascos reclamando que contenían el elixir de la juventud? Hubiese sido transferido sumariamente a las manos de la Inquisición. Si acaso. No, Ponce de León murió de fiebre en la Habana, habiendo descubierto nada, fundado nada, logrado nada». Es por tanto la ignorancia y estupidez hispánica lo que Allman busca vendernos. Ese es su elixir, su ilusión. Es el código que le hace simpático a sus lectores y a los editores del NYT: La España de Ponce de León no fue el imperio de la modernidad que transformó al mundo, para bien o mal, a raíz de 1492. No, la España de Ponce de León de Soto, de Menéndez de Avilés, es el imperio de la ignorancia, de la crueldad, de la ingenuidad, de la tortura, de la estupidez, del pillaje, de la violencia que extermina indios y pacíficos franceses. Es el mundo que vincula a España con el «México» de los millones de indocumentados que deambulan entre Florida y Seattle, manteniendo la ilusión de esa América de Allman, blanca, protestante, educada y socarrona.</span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 25px; margin-bottom: 0.5em; margin-right: 0.3em; margin-top: 0.4em; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 25px; margin-bottom: 0.5em; margin-right: 0.3em; margin-top: 0.4em; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Ahora sus silencios. Allman súbitamente salta en sus ejemplos de 1565 a 1880 y en el proceso olvida mucho. Olvida la violencia de los fundadores protestantes de Georgia y Carolina del Sur de los siglos XVII y XVIII, quienes usaron la península como cantera de esclavos. Docenas de miles de indígenas fueron cazados en Florida para mantener las plantaciones británicas en Jamaica. Olvida la ilusión de las dos guerras semínolas de la primera mitad del XIX. En ellas los ejércitos estadounidenses exterminaron a las poblaciones palenqueras afro-hispanas-indígenas. Cortaron cabezas y profanaron cementerios para coleccionar cráneos, enviados luego a los gabinetes decimonónicos de naturalistas en Filadelfia y Washington. Esas ilusiones poco menos socarronas, algo más espeluznantes, esas Allman no las recuerda. Se puede ser socarrón con el hispano. Ese es el mensaje de Allman, quien tiene derecho a sus prejuicios. Pero ese es también el mensaje de quienes lo invitan: los editores del NYT, cuya habilidad para leer prejuicios es directamente proporcional al poder político de las poblaciones a las que se insulta. Ese el mensaje para sus sonrientes y satisfechos lectores, cuyos comentarios en línea mayoritariamente lo aprueban. La ilusión de Allman, del NYT y de sus lectores, es olvidar la bomba demográfica que supone lo hispano. Esperemos que esos hispanos que crecen exponencialmente, pero que también fueron educados en la Leyenda Negra, empiecen pronto a recordar Florida de manera diferente.</span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 25px; margin-bottom: 0.5em; margin-right: 0.3em; margin-top: 0.4em; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 25px; margin-bottom: 0.5em; margin-right: 0.3em; margin-top: 0.4em; padding: 0px; text-align: justify;">
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong style="margin: 0px; padding: 0px;">Jorge Cañizares Esguerra </strong></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="line-height: 16px; text-align: left;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Alice Drysdale Sheffield Professor of History,</span></span><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Universidad de Texas, Austin.</span></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><a href="http://www.abc.es/historico-opinion/index.asp?ff=20130406&idn=151115771382">publicado en www.abc.es/historico-opinion</a></span></div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-68259136403995361032013-04-10T16:59:00.003+02:002013-04-10T16:59:24.843+02:00¿A qué llamarle “memoria visual” de la dictadura? | Nelly Richard<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDQMLXREyYe4i-IirnAmPBJEoJxwY7QF5ftMAAi3xDSTUOFHCEU0GOQZ-gv1qVJm_RzH5qcNWMs9sri9W2NZLjwz9eTZcEiqfdbDp_mQACoUy8kpoGTM4wjH4Vxs3UO0TuVQZ2ng/s1600/Leiva_002-10_03.jpeg" imageanchor="1"><img border="0" height="129" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDQMLXREyYe4i-IirnAmPBJEoJxwY7QF5ftMAAi3xDSTUOFHCEU0GOQZ-gv1qVJm_RzH5qcNWMs9sri9W2NZLjwz9eTZcEiqfdbDp_mQACoUy8kpoGTM4wjH4Vxs3UO0TuVQZ2ng/s640/Leiva_002-10_03.jpeg" width="640" /></a><br />
<div style="line-height: 19px; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El año 2013 marca la conmemoración de los cuarenta años del golpe militar que instaló la dictadura de Augusto Pinochet en Chile. El resurgimiento del pasado como cita de la historia evoca y convoca a las memorias en disputa sobre el valor crítico del recuerdo. Lo que el teórico Andreas Huyssen ha llamado el “boom de la memoria” designa la multiplicación de los archivos, documentos y testimonios que denuncian las inhumanidades cometidas por los regímenes de fuerza, para transmitir desde el presente una conciencia hacia el futuro, una conciencia que respete el imperativo categórico del “¡Nunca más!”.</span></div>
<div style="line-height: 19px; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Las dictaduras latinoamericanas han revisitado una y otra vez su pasado de violencias exterminadoras, dándole voz a quienes las padecieron en cuerpo propio para que la sufrida experiencia de las víctimas sirva de prueba de autentificación de la magnitud del daño. Esta rememoración en primera persona del pasado violento se impone como demostración de que los hechos negados por el terrorismo de estado sí ocurrieron, pese a todos los dispositivos del terror que intentaban mantener su criminalidad en secreto.</span></div>
<div style="line-height: 19px; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Las transiciones democráticas lograron inscribir el tema de la violación de los derechos humanos en la esfera pública (verdad, justicia y reparación), conformando un sentido común que lleva la sociedad civil a condenar casi unánimemente las atrocidades del pasado, aunque difieren e incluso se contraponen los argumentos que explican las causas de la ruptura de la institucionalidad democrática. Esto hace que el tema de la memoria se enuncie desde el lado de las víctimas de la dictadura, por las que toma partido una ciudadanía ya alertada respecto de la gravedad de las denuncias comprobadas en materia de crímenes de lesa humanidad. La crítica cultural –al solidarizar con los vencidos de la historia– también se inclina hacia aquellos materiales o fragmentos de relatos que llevan grabadas la estampa perversa del mal.</span><br />
<a name='more'></a></div>
<div style="line-height: 19px; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Y es así como la crítica cultural, al focalizar su atención en el corpus documental y testimonial que retiene la memoria del sufrimiento y la catástrofe, ha dejado de lado como material de estudio la organización de los relatos con los que la historia oficial escribió su oscura narrativa del poder autoritario y totalitario. Ha permanecido casi desprovista de análisis crítico, en las investigaciones chilenas, el repertorio de códigos con el que la dictadura se representó a sí misma, además de los bandos oficiales y los artículos de ley, en esculturas públicas, patrimonio urbano e imaginerías populares.</span></div>
<div style="line-height: 19px; margin-bottom: 15px;">
</div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El primer aporte que realiza meritoriamente el libro <i>El golpe estético</i>, en vísperas de las conmemoraciones del 11 de septiembre 2013, tiene que ver con esto que faltaba: volver a analizar la relación entre estética, ideología y representación con la que el paradigma dictatorial elaboró su narrativa fundacional, cumpliendo la tarea –casi inédita– de descifrar la simbología del régimen militar cuya siniestra operatoria de la “destrucción” (de los cuerpos y las identidades; de los afectos y los vínculos comunitarios) se disfrazó de gloriosa épica de la “reconstrucción” nacional. Junto con el lirismo del discurso de la heroicidad militar y el rescate de la tradición chilena como glorificación del orden, la unidad y pureza del “ser nacional”, el gobierno militar instala muy luego su otro discurso del “progreso” asociado al crecimiento económico que luego se hizo llamar “modernización” para, en nombre del “desarrollo”, volver productivo lo destructivo. Ya había acontecido –salvajemente– el experimento neoliberal de los Chicago Boys con su doctrina monetarista del shock. Mientras el frenesí del libre comercio se vale del capitalismo transnacional para expandirse fuera de Chile con el mercado de las exportaciones, el gobierno militar, dentro de Chile, emprende una secuencia feroz de privatizaciones que conlleva la desregulación financiera, los incalculables beneficios para las empresas, la defensa a ultranza de la propiedad privada y su correlato: el desmantelamiento de lo público (de más está decir que así pasó con la educación).</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Este libro recolecta una precisa y preciosa selección de imágenes que va desde la monumentalidad del discurso heroico–patriótico retratado en arquitecturas o esculturas y proclamado en ceremonias hasta la miniaturización de sus consignas y símbolos en billetes, monedas y sellos postales. Los textos e imágenes son elocuentes en mostrar cómo el poder militar no sólo dictamina órdenes, viola las libertades y abusa de los cuerpos, sino crea figuras –metáforas y alegorías– que diseminan sus mensajes (orden, progreso, unidad, mando) para modelar cotidianamente cuerpos y mentes, hábitos y conductas, sensibilidades y conciencias, percepciones y concepciones, gustos y valores.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Los autores del libro –Luis Hernán Errázuriz y Gonzalo Leiva– parten diciendo que “recorriendo avenidas, plazas y parques en diversas ciudades”… reparamos en la existencia de una serie de plataformas heroicas, monolitos, placas conmemorativas y mástiles para izar la bandera en ceremonias cívico–militares. Fue allí cuando comprendimos que el legado estético de la dictadura de Augusto Pinochet se había filtrado en el paisaje”.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El libro concluye con lo siguiente: “Una señal elocuente de que se puede disolver el pasado es la erradicación del Altar de la Patria, el monumento más emblemático que instaló el régimen militar (1977) frente al palacio de gobierno, para las celebraciones y conmemoraciones del golpe de Estado, donde “flamearía eternamente la llama de la Libertad”. ¿Quién hubiera pensado que este monumento símbolo, tan significativo para los militares y sus adherentes más fanáticos,… sería desmantelado de un modo tan pacífico y en breve plazo? Tanto es así que resulta difícil encontrar siquiera una fotografía para recordar cómo era el “altar de la patria. Simplemente desapareció sin dejar rastro, y ya no existe”. Se produce un lapso de indefinición que media entre las constataciones del comienzo (el recuerdo de las estéticas de la dictadura) y las del final del libro (el progresivo olvido del impacto urbano dejado por ese recuerdo del pasado militar).</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Al cursar el itinerario de este valioso libro que nos lleva a revisitar el pasado de la dictadura desde ángulos inexplorados, me di cuenta que era la extrañeza de este lapso indefinido entre recuerdo y olvido la que debía ser interrogada para saber qué entender exactamente por “memoria visual” de la dictadura. Y que esto sólo podía ocurrir tensionando un desplazamiento crítico entre lo visible del “marco” que se auto–asigna el libro (las imágenes de la cultura visual de la dictadura seleccionadas en su recuadro investigativo) y lo invisible de un diluido “fuera–de–marco” que permanece al margen de su selección: un “fuera de marco” tan saturado de restos camuflados de escenas todavía en curso que ya casi no ofrece contrastes entre lo que fue (pasado) y lo que dejó de ser (presente).</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En sus textos de los ochenta sobre la cultura autoritaria, el sociólogo José Joaquín Brunner nos explicaba cómo la dictadura militar en Chile combinó tres medios de control: “la represión”, el “mercado” y la “televisión” (<i>Un espejo trizado; ensayos sobre cultura y políticas culturales</i>, Santiago, FLACSO, 1988) . Mientras la represión castigaba ferozmente a los enemigos del régimen, la alianza entre mercado y televisión se valía de las industrias del consumo y de la entretención para desviar la atención pública de los cuerpos humillados por la tortura. El mercado y la televisión ayudaron a sustituir las ideologías que inspiraban a las militancias políticas por las cosméticas del gusto y su fetichismo de la imagen plana, lisa, sin adherencias traumáticas.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">No fueron ni las arquitecturas ni los monumentos, ni las iconografías ni las escenografías militares o patrióticas las encargadas de transmitir la herencia de la dictadura, sino –de manera difusa y ramificada– “el mercado y la televisión”. Este es el operativo de modelamiento acrítico de los sentidos cuyos resortes comunicativos se valieron de lo comercial y de lo publicitario para que la serie–mercancía y su oferta de productos ya listos reemplazaran a los proyectos de construcción de las identidades sociales que mutiló la dictadura y que no reincorporó ni vitalizó la transición. Estas son las marcas implantadas por la doctrina económica del gobierno militar –las de la masificación del consumo de bienes y servicios como tributos a la hegemonía neoliberal– que resistieron la borradura del tiempo (a diferencia de los Altares de la Patria), hasta el punto de que ni veinte años de los cuatro gobiernos de la Concertación pudieron disolverlas.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Estas marcas de lo publicitario y de lo comercial tienen directamente que ver con la minuciosa conversión de los “ciudadanos” en “consumidores” que había denunciado con implacable lucidez Tomás Moulian en <i>Chile Actual. Anatomía de un mito</i> (1998), anticipándose así con sus tesis al escándalo de La Polar (2011). ¿Para qué hubiese querido el gobierno militar de A. Pinochet perpetuarse en esculturas, monumentos o edificios si el operativo de despolitización de la ciudadanía que operó la economía de mercado logró vaciar de contenidos participativos a las estructuras de la política formal que tanto cuidó la retórica del consenso? ¿Qué otra herencia podría haber querido traspasarnos el gobierno de Pinochet si la ilegitimidad de la Constitución del 1980 aun mantiene sus articulados vigentes para restringir y condicionar la democracia? La esfera televisiva de las comunicaciones que controlan las pautas de los medios dominantes nos acostumbró, incluso, a que la distracción de la mirada considere normal lo siguiente: al finalizar los noticiarios de las 14 horas del Canal 13, sigue siendo el mismo Pablo Honorato –cuarenta años después– el que sigue despachando sus informes desde los Tribunales de Justicia, ocupando los mismos pasillos de cuya sospechosa hospitalidad abusó, en los tiempos del régimen militar, para entrevistar de forma cómplice al tenebroso Fiscal Militar Fernando Torres, al amenazante Procurador General de la República Ambrosio Rodríguez: el mismo Pablo Honorato que desinformaba respecto de las ejecuciones de presos políticos informándolas como “enfrentamientos entre militares y opositores al régimen”.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Desaparecieron varios Altares de la Patria, pero la televisión nos hace volver una y otra vez sobre lo que –figuradamente– podríamos llamar la “escena del crimen” (la verdad obstruida, la justicia incumplida). ¿No es esa una de las huellas –la de Pablo Honorato aun reporteando imperturbable desde los Tribunales de Justicia– que, al haberse vuelto anodina entre tantos reality shows, nos señala que el cotidiano mediático (“el mercado y la televisión”) contiene muchos recuerdos del gobierno militar que, cuarenta años después, sobreviven indemnes a la condena del pasado? Este libro describe, por un lado, cómo el lirismo patriótico–nacionalista del régimen militar ocupó escenografías e iconografías salvadoras para exaltar su discurso fundacional de la reconstrucción nacional. Y, por otro lado, nos lleva a constatar la actual falta de pregnancia de estas marcas en el paisaje chileno.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Al hacerlo, este libro nos orienta hacia un fuera–de–marco que excede las imágenes cuidadosamente recolectadas en su interior, para que busquemos las huellas de la “memoria visual de la dictadura” en lo que se fuga del recuerdo fotográfico. Pareciera que el verdadero “golpe estético” del régimen militar, en el sentido que le da Ranciére a esa palabra: la de un “reparto de lo sensible”, quizás haya que buscarlo, entonces, en las rutinas de la política administrativa que, hasta el estallido en 2011 del movimiento estudiantil, vaciaron a la democracia de todo impulso utópico–contestatario; en el encadenamiento de los cuerpos y las mentes a las servidumbres del mercado que termina rematando las vidas ordinarias en la deuda y la hipoteca: en la desestructuración de los lazos sociales y en la competencia económica que recurre a la libre empresa para convertir a las privatizaciones en el agente confiscador de toda sustancia pública de lo común–comunitario; en la sistemática producción de desigualdades sociales; en las tramas de lo bancario y lo crediticio como sistemas de endeudamiento perpetuo y de sobrexplotación de las fantasías de integración de la gente a la masificación del consumo; en la vocación antisocial de un modelo que desconfía de aquellos colectivos ciudadanos que sueñan con horizontes de sentido alternativos a los de la simple gratificación mercantil. Y ese otro “golpe estético” del régimen militar sigue vigente.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: right;">
<br /></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: right;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><a href="http://eldesconcierto.cl/a-que-llamarle-memoria-visual-de-la-dictadura/">publicado en www.eldesconcierto.cl/a-que-llamarle-memoria-visual-de-la-dictadura</a></span></div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-80893785315331296232013-04-10T16:53:00.002+02:002013-04-10T16:54:18.913+02:00El arte de la evasión en puntas de pie | Juan Forn<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHJ8rQHQyn4A4deEiaNa57jUm8Z4tyCPwXYli4y0bV_afPzLl-AwGEhDUPJtLfJuABpYpyT4_gYHybRAH9jh86CWHkxITJLmBHTiKtnFUWIpIKLkC8vZgypiGbauS3whlJE9zjXw/s1600/anton-chejov.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="292" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHJ8rQHQyn4A4deEiaNa57jUm8Z4tyCPwXYli4y0bV_afPzLl-AwGEhDUPJtLfJuABpYpyT4_gYHybRAH9jh86CWHkxITJLmBHTiKtnFUWIpIKLkC8vZgypiGbauS3whlJE9zjXw/s400/anton-chejov.jpeg" width="400" /></a><br />
<div style="line-height: 1.5em; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Cuando Chejov llegaba a su casa de campo en Melikhovo, ochenta kilómetros al sur de Moscú, hacía izar una bandera para que los campesinos de la zona supieran que estaba. Había comprado esa casa, donde tenía viviendo a toda su familia, con el dinero que ganó como escritor, pero había empezado a escribir sólo para pagarse la carrera de médico (de hecho, firmaba con seudónimo esas “bagatelas”, para no arruinarse el nombre). Cuando triunfó, casi sin proponérselo, y sin creerse nunca del todo su calidad como escritor, a los únicos pacientes que atendía los atendía gratis, a la hora en que le golpearan la puerta. Una noche, tarde, estaba en Melikhovo sentado frente al fuego con amigos cuando lo mandaron llamar de afuera. Se demoró en volver y cuando le preguntaron el motivo de la tardanza dijo secamente: “Era una consulta”. ¿Tan tarde? ¿Alguien conocido? Chejov contestó, mirando al fuego: “Era una campesina. No la había visto en mi vida. Necesitaba láudano”. No se lo habría dado sin más, dijeron sus amigos. Luego de un largo silencio, Chejov contestó: “Vi en sus ojos que había tomado una decisión. Hay un puente de piedra sobre el río, acá cerca. Si se tira, va a padecer horriblemente antes de morir. Con el láudano le será más fácil”. Y, para cambiar de tema, se puso a hablar de literatura (cuando hablaba de literatura también lo hacía con el filo de un bisturí: a cada aspirante a escritor que le mandaba sus manuscritos le daba el mismo consejo: “Corten, corten, corten donde mienten. A todo cuento que escriban córtenle el principio y el final, porque ésos son los lugares donde más mienten todos los escritores”).</span><br />
<a name='more'></a></div>
<div style="line-height: 1.5em; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Cuando hablamos de Chejov siempre parece que habláramos de un hombre mayor. En todas sus fotos parece haber nacido médico, sensato, sabio, salvo en una que le sacó su hermano en Melikhovo, el mismo año en que ocurrió el incidente del láudano. Chejov tenía treinta y cuatro años; aunque aún parecía un estudiante revoltoso, le quedaban menos de diez años de vida, ya escupía sangre cuando tosía y tenía dos hermanos muertos de tuberculosis, además de doce hermosas mujeres esperando en vano su propuesta de matrimonio. ¿Sabía para entonces que tenía fecha pronta de salida? ¿Vivió así, y escribió así, porque sabía? Miren la foto y recuerden que la pregunta que Chejov se hizo siempre fue la misma que trataba de transmitir a cada paciente que examinaba: “¿Cómo debería vivir, siendo el que soy, sabiendo lo que sé?”.</span></div>
<div style="line-height: 1.5em; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Lo que sabemos es que fue siempre enfermizamente privado, el rey de la elipsis, el maestro de la evasión en puntas de pie, tanto en la vida como en lo que escribió. Cuando ensayaban <i>La Gaviota</i>, y un actor le pidió que le explicara cómo era el personaje que debía representar, contestó espantado: “Pero si usa pantalones a cuadros”. Las mujeres casaderas de Moscú decían que era “elusivo como un meteoro” (él, por su parte, se limitaba a repetir: “Denme una esposa que, como la luna, no aparezca todas las noches en mi cielo”). En Melikhovo quería la casa siempre llena de gente, pero se construyó una cabaña apartada para poder escabullirse a su antojo de familia, amigos y pacientes. Cuando le vino la fama, en lugar de disfrutarla en Moscú o Petersburgo (“Uno sólo puede acostumbrarse a la fama como un hombre a la verruga que tiene en la frente”) se fue a la isla de Sajalín, en Siberia: estuvo tres meses censando las miserias de la población carcelaria, haciendo una ficha de cada uno de los presos, a razón de 160 por día, en jornadas de catorce horas de trabajo; nadie le había pedido tal cosa, lo hizo sólo para que Rusia tuviera delante de sus ojos aquello que no quería ver. Volvió por mar, cruzando a Japón y de ahí a Ceilán, donde tuvo la experiencia sexual más gloriosa de su vida, y escribió desde allá: “Al fin puedo decirlo. He vivido. He estado en el infierno y en el paraíso, hijos de perra”. Aunque en otro tramo de su correspondencia dice, famosamente: “No me gusta hablar por carta de cosas que me importen mucho”.</span></div>
<div style="line-height: 1.5em; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Dicen que era bueno y generoso sin amar, cariñoso y atento sin apego, accesible pero insondable. Desde muy chico le inculcaron la modestia, a la manera rusa (“Recuerdo bien el momento en que mi padre empezó a educarme, o debería decir azotarme, yo tenía cuatro años”). De grande descubrió que no podía deshacerse de ella, y tampoco de la aversión invencible que le producía la grandilocuencia rusa (“Siempre me parece que engaño a la gente, o les parezco demasiado alegre o indiferente”). En 1901, cuando le quedaban menos de tres años de vida, se casó en secreto con la actriz Olga Knipper. Su madre, sus hermanos y sus amigos se enteraron por los diarios, días después. Olga se ganó el corazón de Chejov porque era desenfadada en la cama y sensata fuera de ella: ordenada, trabajadora, autosuficiente económicamente y, además, la mayoría del tiempo estaba a mil kilómetros de distancia (para entonces, la tuberculosis había obligado a Chejov a mudarse a Yalta, mientras Olga triunfaba en Moscú, en el teatro donde Stanislavski montaba las obras de su marido). Chejov decía que la había elegido porque tenía una caligrafía hermosa y buen ojo para los detalles cuando escribía cartas, pero también es cierto que le servía para controlar a la distancia las puestas que hacía Stanislavski de sus obras, así como Stanislavski y su socio Nemirovich-Danchenko (que era amante de Olga) necesitaban de ella para que el ya muy enfermo Chejov les entregara la gran obra que les había prometido: El jardín de los cerezos.</span></div>
<div style="line-height: 1.5em; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Después de la luna de miel, Olga y Chejov estuvieron casi seis meses sin verse. Cuando por fin ella fue a Yalta, se quedó cinco días y luego se lo llevó a un pueblo montañas adentro, donde lo convenció de someterse a una cura de kumis: una leche fermentada de yegua cuyos bacilos se decía que combatían con éxito al de la tuberculosis (había que beber cuatro litros por día de esa sustancia espesa y agria). Antes de volverse a los escenarios de Moscú, Olga le pidió que le informara puntualmente de los progresos. Quince días después, Chejov le escribía: “Aumenté otros tres kilos esta semana. Ahora me siento más fuerte cuando toso sangre”.</span></div>
<div style="line-height: 1.5em; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Cuando estalló la Guerra Ruso-Japonesa en 1904, quiso ir como voluntario al frente, pero un médico enfermo más que médico es un paciente, y Olga lo convenció, en cambio, de ir al spa de Badenweiler, en Alemania. Ir a morir adonde otros iban a reponerse, más chejoviano imposible. Raymond Carver contó la muerte de Chejov en el cuento “Rosas amarillas”. Máximo Gorki contó el entierro en Moscú: una multitud esperaba en la estación de tren, pero siguió por error el féretro del general Keller, que venía de Manchuria. Cuando llegaron al cementerio y la banda se puso a tocar marchas militares comprendieron que estaban en el funeral equivocado: el ataúd de Chejov iba en otro vagón, que llevaba ostras. En una escena de Tío Vania, un personaje se desmaya y otro pide: “Rápido, un vaso de agua”, pero cuando se lo alcanzan no se lo da a la víctima, sino que se lo bebe él, con total naturalidad. Ahí está Chejov, como cuando dijo: “La literatura tiene de bueno que uno se puede pasar con la pluma en la mano días enteros, sin advertir cómo pasan las horas y al mismo tiempo sintiendo algo que se parece a la vida”.</span></div>
<div style="line-height: 1.5em; margin-bottom: 15px; margin-top: 15px; text-align: right;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><a href="http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-216852-2013-03-29.html">publicado en www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/</a></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-4725661938014095802013-04-10T16:45:00.000+02:002013-04-10T16:54:07.291+02:00Vida y Obra: Charles Bukowski | Andrés Hax<br />
<div style="clear: left; line-height: 22px; margin-bottom: 16px; padding: 0px; text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_WOeEkc2EM3FgYGthf4D3cvhz4BfvTix9B1COXp0jBCvPL2TtdTN9GoFjqUulDZImu1AdUyKCupkKUZ5AM4vbs-quI50eJP2h99VGtH2_l9K2aIUUkIqnhmoof6npRPtUs29r_g/s1600/charles-bukowski-1988.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_WOeEkc2EM3FgYGthf4D3cvhz4BfvTix9B1COXp0jBCvPL2TtdTN9GoFjqUulDZImu1AdUyKCupkKUZ5AM4vbs-quI50eJP2h99VGtH2_l9K2aIUUkIqnhmoof6npRPtUs29r_g/s320/charles-bukowski-1988.jpeg" /></a><span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Para espanto de las ilustres academias y torres de marfil, Charles Bukowski fue y sigue siendo uno de los poetas más adorados del mundo. Vivió casi toda su vida en Los Ángeles y tuvo, a su manera, una vida encantada. Sufrió pobreza, hambre y rechazo social. Trabajó 12 años en el servicio postal. Era un alcohólico empedernido y un devoto de las carreras de caballos. Descubrió la escritura y la lectura de chico, aunque le costó un enorme trabajo desarollarse como escritor. Nunca tuvo apoyo financiero de ningún tipo y no terminó la universidad, por lo que siempre trabajó en centenares de empleos precarios, en fábricas, de lo que fuera. Por fin, a los 50 años, pudo comenzar a vivir de su escritura. Tras 15 años publicando en medios <em>underground</em> apareció un hombre que quería lanzar una casa editorial. Le aseguró a Bukowski $100 por mes si dejaba de trabajar en el servicio postal y se dedicaba solamente a escribir. Black Sparrow Press, de John Martin, terminó publicando toda su obra. Al fin de cuentas, Bukowski escribió más de 50 libros, incluyendo cinco novelas autobiográficas. Sus versos sobre la desidia, el ocio, el alcoholismo, el sexo borracho, las carreras de caballos, el hastío del trabajo y la violencia doméstica son sencillos pero inimitables. Ha sido traducido a decenas de idiomas y siguen apareciendo colecciones póstumas con material inédito.</span></span><br />
<a name='more'></a></div>
<div style="clear: left; line-height: 22px; margin-bottom: 16px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Charles Bukowski nació en Andernach, Alemania, en 1920 y dos años más tarde sus padres se mudaron a Los Ángeles. La casa donde fue criado aún existe en 2122 S. Longwood Ave, Los Ángeles (y <a _mce_href="https://maps.google.com/maps?q=2122+longwood+avenue+los+angeles&ie=UTF-8&hq=&hnear=0x80c2b9acaa86e281:0xfc5f05b3f7ac6ad0,2122+S+Longwood+Ave,+Los+Angeles,+CA+90016&ei=FrVQUf6-IYz-8AT62YG4Dw&ved=0CDIQ8gEwAA" href="https://maps.google.com/maps?q=2122+longwood+avenue+los+angeles&ie=UTF-8&hq=&hnear=0x80c2b9acaa86e281:0xfc5f05b3f7ac6ad0,2122+S+Longwood+Ave,+Los+Angeles,+CA+90016&ei=FrVQUf6-IYz-8AT62YG4Dw&ved=0CDIQ8gEwAA" style="outline: none 0px; text-decoration: none;">se puede ver en Google Street View</a>). Bukowski fue hijo único y tuvo una infancia y una adolescencia horrendas en esa casa. Su padre era un hombre arbitrariamente estricto y, eventualmente, un ser profundamente resentido y violento. Su madre era callada y servil; no ayudó para nada en controlar la tiranía paternal.</span></span></div>
<div style="clear: left; line-height: 22px; margin-bottom: 16px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En el pasaje de la niñez a la adolescencia, dos cosas convirtieron la vida de Bukowski en una tortura. Por un lado, desarrolló un acné tan extremo que los médicos del hospital público donde fue tratado dijeron que nunca habían visto un caso igual. Por otro, su padre comenzó a golpearlo sistemáticamente con un asentador (el cinturón de cuero <a _mce_href="http://es.wikipedia.org/wiki/Asentador" href="http://es.wikipedia.org/wiki/Asentador" style="outline: none 0px; text-decoration: none;">con el que se suaviza el filo de las navajas de afeitar</a>).</span></span></div>
<div style="clear: left; line-height: 22px; margin-bottom: 16px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Bukowski vivía en un barrio obrero y de clase media baja, con el problema de que durante su infancia la mayoría de los hombres, por la depresión económica, no tenía trabajo. El padre de Bukowski, también desempleado, todas las mañanas se levantaba y desaparecía, disimulando que iba a trabajar, durante todo el día. La madre tuvo que compensar ganando dinero en empleos ocasionales. El ambiente del barrio era violento y hostil, tanto entre los adultos como entre los niños. Bukowski, por su predisposición a la soledad y por la horrenda condición de su piel, fue condenado al ostracismo. Para peor, siempre se le pegaba un lumpen social de su clase del que, por lástima, nunca se deshacía.</span></span></div>
<div style="clear: left; line-height: 22px; margin-bottom: 16px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Al final de su adolescencia, Bukowski tuvo su bautismo en el alcohol y en la escritura, los ejes principales del resto de su vida (salvando las mujeres y las carreras de caballos, que vendrían después). Sobre la primera vez que probó vino –robado de los barriles del padre de un amigo- escribió: “Era mágico. ¿Por qué nadie me lo había dicho? Con esto, la vida era maravillosa, un hombre era perfecto, nada lo podía tocar.”</span></span></div>
<div style="clear: left; line-height: 22px; margin-bottom: 16px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Descubrió su talento de escritor cuando su profesora del quinto grado pidió a sus alumnos que fueran a ver, durante un fin de semana, un acto público del presidente de la nación, Herbert Hoover, de visita en Los Ángeles. Bukowski no se animó a pedirle a su padre que lo llevara, por lo que inventó la crónica. La profesora se dio cuenta y lo puso en evidencia delante toda la clase, pero lejos de enojarse, lo alabó por su imaginación.</span></span></div>
<div style="clear: left; line-height: 22px; margin-bottom: 16px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Años después, cuando tenía catorce años, entró en tratamiento por su condición de <em>acné vulgaris</em>. Los médicos tuvieron que agujerear los forúnculos llenos de pus que le tapaban la cara, el pecho y la espalda. Ese episodio fue literalmente una tortura; y el tratamiento, con la excepción de una enfermera, condescendiente y cruel. Sobre el hospital Bukowski escribió: “Experimentaban con los pobres y, si funcionaba, lo usaban para los ricos. Y si no, siempre había más pobres.”</span></span></div>
<div style="clear: left; line-height: 22px; margin-bottom: 16px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Al fin, abandonó el tratamiento y se fue del hospital vendado como una momia. Durante un largo reposo en casa, aburrido, comenzó a escribir en unos cuadros del colegio, inventando cuentos sobre un aviador alemán, as de la Primera Guerra Mundial. Estos cuadernos juveniles no existen porque el padre de Bukowski los tiró a la basura en un ataque de ira, indignado de que su hijo perdiera tiempo en semejantes estupideces.</span></span></div>
<div style="clear: left; line-height: 22px; margin-bottom: 16px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Una cosa más le pasó a Bukowski durante su juventud que terminaría marcándole la vida: descubrió la lectura (en la biblioteca publica, igual que Ray Bradbury, quién, como Bukowski, nació en 1920 y también era de Los Ángeles). Fue un descubrimiento parecido al del alcohol: le produjo un gigantesco alivio existencial. Después escribió sobre esta epifanía: “¡Que emoción! Las palabras no eran aburridas, las palabras eran cosas que podían hacer zumbar tu mente. Si las leías y te permitías sentir su magia, podías vivir sin dolor, con esperanza, sin importar qué te pasara.”</span></span></div>
<div style="clear: left; line-height: 22px; margin-bottom: 16px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">A su padre, por supuesto, no le gustaba que leyera.</span></span></div>
<div style="clear: left; line-height: 22px; margin-bottom: 16px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Bukowski asistió a la Universidad pública de Los Ángeles solo dos años. Allí comenzó a beber en serio y también a escribir en serio. En 1939, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Bukowski abandonó la universidad y se mudó a Nueva York; en 1944, fue arrestado por la FBI por evadir la conscripción obligatoria, pero fue perdonado y excusado de ir a la guerra por que no aprobó el examen psicológico del ejército.</span></span></div>
<div style="clear: left; line-height: 22px; margin-bottom: 16px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En estos años, Bukowski se dedicó al arte de escribir con una fiera disciplina. Viajaba mucho por el país, vagabundeando, y buscaba trabajos no especializados, en fábricas, en restaurantes, lo que fuera con el objetivo de tener la mayor cantidad de tiempo libre para escribir. Subsistía con una barra de chocolate por día. Escribía cuentos y los enviaba a las grandes revistas literarias y culturales, como <em>The Atlantic</em>, <em>Harpers</em> y <em>The New Yorker</em>. Siempre fueron rechazadas, pero Bukowski no se desanimaba. Siempre recordaría esos años como mágicos.</span></span></div>
<div style="clear: left; line-height: 22px; margin-bottom: 16px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Y ahora pasa algo muy raro.</span></span></div>
<div style="clear: left; line-height: 22px; margin-bottom: 16px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Cuando tenía 24 años, un cuento suyo fue aceptado en una pequeña pero prestigiosa revista llamada <em>Story Magazine</em>. Un importante agente literario de Nueva York le escribió a Bukowski diciéndole que lo quería representar.</span></span></div>
<div style="clear: left; line-height: 22px; margin-bottom: 16px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En ese momento, que para cualquier otro ser humano sería el triunfal inicio de una carrera literaria (o por lo menos su intento), para Bukowski fue un punto de abandono. Le contestó al agente que aún no estaba preparado. En lugar de comenzar su carrera literaria, se agarró una borrachera de diez años. Vivió en Los Ángeles, siempre trabajando en empleos penosos y serviles, y viviendo en pensiones miserables.</span></span></div>
<div style="clear: left; line-height: 22px; margin-bottom: 16px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Estos diez años sin escribir son el corazón de la vida de Bukowski, el escritor. Entonces acumuló las experiencias y vivencias que se convertirían en su obra. A los 35 años, tuvo una hemorragia estomacal y estuvo al borde de la muerte. El médico que lo atendió le dijo que si tomaba un trago más, se moría. Por sugerencia de su novia de turno, comenzó ir a las carreras de caballos para distraerse del ansia por beber. Pero al fin, como descubrió después de pocos meses, el diagnóstico de abstinencia había sido una exageración. Bukowski vivió hasta los 73 años (1994) bebiendo y escribiendo todos los días, hasta el final.</span></span></div>
<div style="clear: left; line-height: 22px; margin-bottom: 16px; padding: 0px; text-align: right;">
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><a href="http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/poesia/Vida-Obra-Charles-Bukowski_0_895710682.html">publicado en www.revistaenie.clarin.com/Vida-Obra-Charles-Bukowski</a></span></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-32142982059921526852013-01-22T02:33:00.000+01:002013-01-22T02:41:16.199+01:00La odisea de Albert Hirschman | Jeremy Adelman<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhD6nWkadsleLcX8IOHxM_waWqGTq4eJud-7ACWpLMe5q6PGgwRbgo1xbDHH2TVr7UFrSOJrLpq_lBiFSMil9rr6V_h5F_bgvEwV6455MIFFzaabPcqge84LleYnr02egT762AC3Q/s1600/aoh.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="218" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhD6nWkadsleLcX8IOHxM_waWqGTq4eJud-7ACWpLMe5q6PGgwRbgo1xbDHH2TVr7UFrSOJrLpq_lBiFSMil9rr6V_h5F_bgvEwV6455MIFFzaabPcqge84LleYnr02egT762AC3Q/s400/aoh.png" width="400" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 22px;">La vida de Albert Hirschman puede verse como una parábola de los horrores y esperanzas del siglo XX. Hirschman nació en Berlín en 1915 y a principios de 1933 huyó con el ascenso de Hitler y la trágica muerte de su padre. Podría decirse que el fin de la adolescencia cerró la puerta al sueño de un niño, un sueño encarnado en el espíritu de tolerancia, experimentación y reforma que asociamos con la República de Weimar. Pero no fue así. El amor a Goethe y la dedicación a la lucha y la comprensión de los valores cosmopolitas de su república muerta acompañaron a Hirschman toda la vida.</span></div>
<a name='more'></a><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; line-height: 22px;">La huida de Berlín fue la primera de muchas, ya que la intolerancia lo persiguió de país en país. Alguien más vulnerable a la amargura podría haber considerado esa característica de la vida en la era moderna como un indicio de declinación respecto de las ideas exaltadas de la Ilustración. Viene a la mente el nombre de Hannah Arendt, así como el de muchos otros exiliados de la Mitteleuropa (o Europa Central) lanzados al mundo para transformar su panorama artístico e intelectual, para extender, de forma muy comprensible, una sombra de duda y pesimismo respecto de la condición moderna.</span></span></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; line-height: 22px;">
</span></span>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 22px;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
Pero Hirschman no era uno de ellos. Una de las características de su política –y de su genio intelectual– era ver una fuente de opciones en lo que parece inmutable, obstinado e impermeable al cambio. Con un poco de imaginación, pensamiento lateral y audacia, había alternativas posibles. “¿No nos interesa lo que es (apenas) posible en lugar de lo que es probable?”, se preguntó una vez. En lugar de obsesionarse por la certeza y la predicción –que le recordaban la oposición de Flaubert a la rage de vouloir conclure por considerar que no puede sino llevarnos a puntos muertos y resultados clausurados–, tal vez deberíamos ser más humildes y optimistas.</div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
Su credo plantó bandera contra la decepción ante la reforma, el desarrollo y la modernización al presentarle al mundo una figura que llamó “el posibilista” en un famoso ensayo que escribió no mucho después de un viaje a Argentina en 1970. La brújula ética del posibilista era un concepto de libertad definida, en palabras de Hirschman, como “el derecho a un futuro no pronosticado”, la libertad de explorar destinos no previstos o pronosticados por las leyes de hierro de las ciencias sociales.</div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
Los elementos del pensamiento de Hirschman surgieron de una vida de vivir y actuar en el mundo. Si bien tuvo un intelecto precoz desde la infancia, fue en la combinación de su vita contemplativa y su vita activa que compuso una visión del mundo. La huida de Berlín lo llevó a París, donde se sumó a la creciente cantidad de refugiados: mencheviques rusos, socialistas italianos, comunistas alemanes. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
En París, y luego en la London School of Economics y la Universidad de Trieste, aprendió economía. Tal vez sea más correcto decir que se enseñó economía. De cualquiera de las dos maneras, desde un primer momento dio forma a un compuesto original a partir de la lectura de clásicos como Adam Smith y Karl Marx, los debates franceses sobre la balanza de pagos y el interés italiano por la producción industrial. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
Fue contra el telón de fondo de la Depresión, así como por la extensión de la autarquía económica y el imperialismo que hizo sus primeras incursiones en la disciplina. Se percibe que, desde el inicio, estuvo libre de ortodoxias de todo tipo. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
Mientras estaba en Londres, Keynes publicó su monumental <i>Teoría general</i>. Sus detractores, Lionel Robbins y Friedrich Hayek, eran figuras prominentes en la LSE. A Hirschman, sin embargo, no le entusiasmaban demasiado las grandes afirmaciones teóricas en disputa. Su interés estaba en otro lado, en cómo entender los orígenes del caos económico de Europa, preocupaciones que terminarían por llevarlo a la inestabilidad y el desequilibrio del proceso de desarrollo en términos más generales.</div>
</span><strong style="background-color: #f5f4ef;"><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
<strong>Contra la tiranía</strong></div>
</span></strong><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
Lo que lo formó fue más que la Depresión. También lo hizo la crisis política que se extendió por Europa. París era un centro de intrigas para una diáspora continental. Hirschman pronto se apartó de los comunistas y socialistas alemanes a los que se había acercado, para pasar a un círculo italiano mucho menos interesado en llegar al diagnóstico ideológico “correcto” que en cambiar la historia por medio de la acción. Sobre todo bajo la influencia de su futuro cuñado, Eugenio Colorni, cuya heterodoxia política y filosófica fue un modelo, Hirschman se hizo mucho más ecléctico en sus lecturas –Colorni le contagió su entusiasmo por Montaigne y la belleza del ensayo– y más abierto en el plano político. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
En cuanto el generalísimo Franco se rebeló contra el gobierno republicano en Madrid, los italianos empezaron a organizar los primeros voluntarios en París. Hirschman estaba entre ellos. Unas semanas después del estallido de la Guerra Civil Española, se encontraba en Barcelona. Ahí permaneció, luchó y resultó herido en el frente aragonés. Cuando el Partido Comunista intentó controlar a los milicianos, anarquistas y progresistas varios, Hirschman, estupefacto ante el mismo espíritu de intransigencia que había visto en los últimos días de la República de Weimar, salió rumbo a Italia para participar en un nuevo frente de la lucha continental. Los decretos antisemitas de 1938 de Mussolini interrumpieron su estadía en Italia, si bien no antes de que Hirschman obtuviera su doctorado en la Universidad de Trieste. Una vez más huía a París.</div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
La guerra dispersó mucha gente por el mundo. Lo extraordinario de la movilidad de Hirschman era que se relacionaba con su condición de voluntario profesional en ejércitos de otros, no como mercenario sino como leal a una causa. Tratándose de uno de los grandes teóricos de la respuesta humana a la declinación organizacional, como evidencia su trabajo pionero –<i>Exit, voice and Loyalty</i> (1971)– cambiantes compromisos y partidas tenían una larga historia personal. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
En lo relativo a la tiranía no había duda de dónde estaba su lealtad. Después de 1939 se incorporó a dos ejércitos diferentes –el francés y el estadounidense– para luchar contra el fascismo. En ambos casos lo hizo como extranjero. Pero la vida de un soldado significaba someterse a las reglas entumecidas y la burocracia de la organización masiva. Más de su gusto era la colaboración con el periodista estadounidense Varian Frey en una operación en Marsella que derivó en el rescate de centenares de refugiados de Europa, entre ellos Marc Chagall, André Breton y Hannah Arendt. Era una forma furtiva de lucha que resultaba mucho más atractiva al temperamento de Hirschman, por lo menos hasta que la policía lo persiguió a través de los Pirineos.</div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
Es fácil olvidar que hubo un tiempo en el cual la vida de la mente no estaba tan separada de la participación en el mundo. Durante buena parte de la vida de Hirschman, la formación de un intelectual no siempre implicaba la formación de un académico. De hecho, para cuando obtuvo su primer cargo real como economista, Hirschman no trabajaba para una universidad sino para la Junta de la Reserva Federal en Washington sobre el Plan Marshall y la reconstrucción europea, situación que se mantuvo hasta que la paranoia reaccionaria de la purga mccarthysta de la administración pública estadounidense lo llevó una vez más a atravesar fronteras en busca de seguridad y, de ser posible, aventura. En 1952 se trasladó a Colombia con su esposa, Sarah, y dos hijas.</div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
Así comenzó la latinoamericanización de Hirschman y su consiguiente reinvención. Para entonces, algunas características básicas de su estilo se iban haciendo más claras. No era un pensador ortodoxo. Desafiaba la categorización. En momentos sombríos era cuando más importancia tenía pensar de manera diferente sobre el origen del problema y sus posibles remedios. Pero fue el encuentro con los retos del desarrollo del capitalismo y la democracia en América Latina lo que liberó su imaginación. En Colombia, no trabajó en una torre de marfil, sino como consultor que contribuía a resolver problemas cotidianos de inversión en proyectos habitacionales y de riego. Los años que dedicó a trabajar y observar en ese campo se reflejarían en las publicaciones que reorientaría su carrera y lo catapultarían, en la mediana edad, a los enclaves de la educación superior estadounidense: Yale, Columbia, Harvard y, por último, el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton.</div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
Los encuentros en América Latina alimentaron un cuarto de siglo de trabajo innovador, desde <i>La estrategia del desarrollo económico</i> (1958) y <i>Viajes hacia el progreso </i>(1963), hasta un ensayo brillante que se ha subestimado, <i>Getting Ahead Collectively </i>(1983). Seguir el trabajo de Hirschman es como rastrear los encantamientos y desencantos de la forma en que pensamos sobre el desarrollo tal como lo expresan los planificadores, el Banco Mundial, los ingenieros –los activistas de base– los que practican el arte del progreso. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
Al economista le correspondía, pensaba, “cantar la epopeya” del trabajo de sus trabajos. No es raro, entonces, que entre los aforismos que más le gustaban se encontrara la comparación de Camus de la lucha por el cambio mediante la superación de las resistencias con “una larga confrontación entre el hombre y una situación”. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
Era siempre un abordaje más atractivo que el exceso irreflexivo de confianza en la solución de todos los problemas o su equivalente, el fatalismo de que nada puede cambiarse.</div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
En el estilo narrativo de Hirschman hay un hilo que vale la pena destacar: el delicado equilibrio entre observación apasionada y participación crítica. Se trata de un saber que apunta a cambiar la comprensión del mundo. Se apuntaba a que la experiencia de lectura de un libro o un ensayo de Hirschman desestabilizara el sentido común y la ortodoxia. Ya se tratara de los gurús del “crecimiento equilibrado” de los años 60 o de los miltonfriedmanistas fanáticos de los 80, el propósito de Hirschman era desafiar las certezas clausuradas. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
Tampoco sus colegas de izquierda se salvaron. Era escéptico en relación con las teorías de la “dependencia” y las explicaciones “estructuralistas” de los problemas de América Latina. Suele olvidarse que en el famoso libro en el que expone el discurso de los que ahora llamamos apóstoles “neoliberales”, <i>Retórica de la reacción </i>(1991), uno de los capítulos estaba dedicado a las formas progresistas de intransigencia.</div>
</span><strong style="background-color: #f5f4ef;"><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
<strong>Desde los márgenes</strong></div>
</span></strong><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
Hirschman era un maestro en invertir frases familiares y neologismos comunes precisamente para llevar al lector a descubrir que las realidades no son tan fijas como parecen. Esa fue una de las razones por las que Hirschman ingresó tempranamente a la psicología y el análisis social. Ahora se lo reconoce como uno de los fundadores de una ciencia social de la conducta más amplia, y es por eso que es objeto de un redescubrimiento luego de muchos años de desprecio por parte de los puristas. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
Con frecuencia me preguntan por qué no ganó un Nobel de economía, y en su reciente obituario <i>The Economist</i> destacó cuánto lo merecía. Al igual que la relación de Borges con el canon literario, Hirschman desafió las formas familiares en que la academia y sus disciplinas organizaban sus feudos intelectuales. Lo que lo hacía tan original era que procedía de los márgenes de la universidad, por lo que nunca perteneció del todo a ésta. Eso le dio la libertad de atravesar límites sin inhibiciones. Pero las reuniones de profesores y los ritos de la vida académica lo aburrían hasta la desesperación.</div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
Paradójicamente, sin embargo, escribía ante todo para intelectuales. Podría decirse que eran tanto el objeto como el público de su trabajo. Al descubrir que uno de los principales factores del desarrollo era la forma en que los intelectuales imaginaban las posibilidades del progreso, se hizo evidente que la manera en que entendemos el mundo incide sobre cómo podríamos cambiarlo, y los intelectuales desempeñaron un papel central en lo que respecta a la creación de campos de sentido. En los 60, instó a los pensadores latinoamericanos a superar su pesimismo. Hizo lo mismo en el caso del pensamiento social estadounidense en la década de 1980. Entre esos años, escribió un ensayo deslumbrante sobre la historia del pensamiento sobre el capitalismo, <i>Las pasiones y los intereses: Argumentos políticos a favor del capitalismo antes de su triunfo</i> (1977), en el que insistía en que había formas alternativas de pensar los mercados y la política, formas que eran más humanas, más creativas y, en última instancia, más liberadoras que los esquemas producto de insensibles defensores y críticos del capitalismo.</div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="background-color: #f5f4ef; line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
Como dijo en la última línea de ese gran libro, tal vez sea en la historia de las ideas donde podamos hallar claves para mejorar el nivel del debate. Pocos nos dejaron más claves precisamente para ese fin que Hirschman. Sería difícil imaginar un momento mejor que el actual para elevar el nivel del debate.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
<a href="http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/odisea-Albert-Hirschman_0_850114993.html">http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/odisea</a></div>
</span></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-87618749418399078232013-01-21T13:25:00.000+01:002013-01-21T17:02:38.875+01:00Occidente contra la fatalidad | Nicolás Ocaranza<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwPT8NvcikWgghc1L4YeQGZPtCFoW4jpL2s2MBf23oBHbHC8C83EzEyzDQ8VhJQvyj-VuwR4DFw9VD7AyIYcqvX0pMaP-KoZwTl45HLOJFrco9YYFG-dmWmd3fVW969Jwylgtqlw/s1600/civilizacion.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwPT8NvcikWgghc1L4YeQGZPtCFoW4jpL2s2MBf23oBHbHC8C83EzEyzDQ8VhJQvyj-VuwR4DFw9VD7AyIYcqvX0pMaP-KoZwTl45HLOJFrco9YYFG-dmWmd3fVW969Jwylgtqlw/s320/civilizacion.jpeg" width="207" /></a></div>
<br />
<div style="background-color: white; border: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1.2em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Basta una rápida mirada a la producción intelectual de la historia moderna y contemporánea para constatar que en épocas de crisis e incertidumbre, los historiadores y eruditos más perceptivos se han lanzado a la tarea de dilucidar las causas del auge, decadencia y transformación de los imperios y civilizaciones. La rápida expansión de la actual crisis económica y sus repercusiones en Europa y Estados Unidos, ha sido objeto de los más variados análisis sobre la deficitaria política monetaria europea y el fracaso del Estado de Bienestar. Pero en lugar de seguir alimentando las hipótesis sobre un dudoso fin del capitalismo y el debilitamiento del coloso norteamericano en el concierto internacional, la trama de <i>Civilización,</i> último libro de Niall Ferguson, sigue un camino diferente al delineado anteriormente por historiadores y politólogos como Fernand Braudel, Kenneth Clark, Paul Kennedy y Samuel Huntington, intentando descifrar cómo la civilización occidental logró imponer sus reglas al resto del mundo durante siglos.</span><br />
<a name='more'></a></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1.2em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El problema de la hegemonía de Occidente ha sido una especie de obsesión etnocéntrica que los intelectuales han abordado desde múltiples perspectivas. Norbert Elias intentó explicarla a través de presupuestos sociológicos culturalistas que resaltaban la excepcionalidad de las costumbres civilizatorias. Desde la vereda del marxismo, las propuestas de Eric Hobsbawm e Immanuel Wallerstein se enfocaron en explicaciones referidas tanto a la expansión global del capitalismo, como a las interacciones centro-periferia que organizan el sistema-mundo. Los defensores del liberalismo político, por su parte, han insistido una y otra vez en la preeminencia de aquellas instituciones y legislaciones que organizan la vida política de las democracias occidentales. Por otro lado, la historia imperial y más recientemente, la historia global, han puesto mayor atención al fenómeno de la mundialización temprana o de una globalización <i>avant la lettre, </i>cuyas formas de circulación transfronterizas, relaciones comerciales y estructuras de dominación configuraron un colonialismo europeo que dominó el mundo hasta bien avanzado el siglo XX.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1.2em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Sin embargo, para Ferguson, mediático y polémico profesor de Harvard, Stanford y Oxford, estos marcos metodológicos son insuficientes para comprender una historia del mundo en la que el predominio occidental es el fenómeno a explicar. A diferencia de una historia convencional sobre la riqueza, influencia y poder de Occidente, esta obra no sólo aborda un proceso complejo por la infinidad de detalles y escalas de tiempo que maneja, sino que, además, logra explicar, a través de comparaciones y sutiles preguntas e interpretaciones contrafácticas derivadas de documentos históricos, fuentes literarias, imágenes y artefactos culturales, que la historia del auge y decadencia de un<i> locus</i> como Occidente no puede ser comprendida sin una mirada global que considere también a sus contrapartes, a saber, el Oriente y el resto del mundo.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1.2em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Este libro, que primero fue una serie de televisión emitida por la BBC, se inicia con una severa crítica al fragmentario sentido histórico que proporciona el modelo educativo de las escuelas y universidades occidentales y una serie de polémicas reflexiones sobre los aspectos positivos de la civilización europea, que algunos académicos no tardaron en calificar de elitistas, eurocentristas y proimperialistas, pese a que el mismo autor reconoce en su texto que como todas las grandes civilizaciones, la de Occidente ha sido un Jano bifronte: capaz de nobleza, pero -en medida no menor- capaz también de vileza.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1.2em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><i>Civilización</i> plantea que el principal impulsor del cambio histórico es la interacción de las civilizaciones, tanto entre ellas como con sus propios entornos, y lo ejemplifica apuntando que hacia 1913, 11 imperios occidentales controlaban las tres quintas partes de todo el territorio y población del mundo, además de las tres cuartas partes de la producción económica global. Al mismo tiempo, discute el relativismo cultural afirmando que en la segunda mitad del siglo XX las sociedades orientales siguieron el ejemplo de Japón adoptando algunas de las instituciones y formas de funcionamiento de Occidente, lo que explicaría que el éxito de China y de las otras potencias asiáticas se inserta en un debate económico occidental que gira en torno a las tensiones entre el libre mercado y la intervención estatal.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1.2em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Antes de exponer su argumento central, Ferguson cita la pregunta que un lexicógrafo inglés se hiciera hacia 1759: ¿Por qué medios... son los europeos tan poderosos?, ¿o por qué, dado que ellos pueden viajar a Asia y Africa tan fácilmente por razones de comercio o de conquista, no pueden los asiáticos y africanos invadir sus costas, establecer colonias en sus puertos y dar leyes a sus príncipes naturales? Ni el imperialismo ni el desarrollo de la técnica ni el proceso civilizatorio desarrollado al interior de las cortes europeas ni tampoco el individualismo derivado de la ética protestante que forjó el espíritu del capitalismo pueden explicar la hegemonía de Occidente.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1.2em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La competencia, la ciencia, los derechos de propiedad, la medicina, la sociedad de consumo y la ética del trabajo fueron -según el autor- los seis resortes del poder global occidental. Estos elementos, reforzados por la solidez de sus instituciones políticas y económicas y la debilidad fortuita de los rivales orientales, permitieron que la supremacía occidental fuera, más que una modernización superficial, una transformación cultural que instaló un conjunto de normas, comportamientos e instituciones en unas fronteras en extremo difusas.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1.2em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Según estas premisas, la expansión occidental que se inicia en el siglo XV con los viajes de exploración y las rutas comerciales abiertas por las ciudades-estado italianas y por los imperios ibéricos en Asia y América, no culmina con los procesos de descolonización que se desarrollaron en Africa y Medio Oriente durante el siglo XX, sino que es un fenómeno que va más allá de la consumación de las soberanías imperiales y la imposición de un modelo económico aparentemente irreversible. Esquivando el clásico argumento de los ciclos vitales que determinan el devenir de las civilizaciones, Ferguson concluye que éstas son sistemas complejos que operan entre el orden y el desorden, y que si bien pueden existir de manera estable durante períodos extensos, una leve perturbación puede desencadenar una fase de transición de un equilibrio benigno a una crisis que puede precipitar su desmoronamiento. Está por verse si los acontecimientos que seguirán a la coyuntura crítica que nuestro sentido histórico inmediato percibe como una fase de transición de la hegemonía, termina por confirmar o refutar el efecto amplificador de la crisis civilizatoria anunciada por Ferguson y el futuro desplazamiento del centro de gravedad desde Occidente hacia China.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1.2em; padding: 0px; text-align: right; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><a href="http://diario.latercera.com/2012/11/17/01/contenido/reportajes/25-123285-9-occidente-contra-la-fatalidad.shtml">publicado en www.diario.latercera.com/2012/11/17/01</a></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-65583701678377453642013-01-21T13:19:00.000+01:002013-01-21T16:54:59.898+01:00Una temporada en el infierno mexicano | Pablo Riquelme Richeda<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJKu4sLyFOv93Y-dbg9Vd3wOjmThZdotvkJSztcR-xkwS_NNCWeblcVW87MQ2V9SGFUZIyTjGtkYb9WciNaHSYfUXP7B_3C2ppjkeRvcmW8Rt87gXwHJn6kF1JC5mZ6EDI057Fhw/s1600/Am%25C3%25A9xica.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJKu4sLyFOv93Y-dbg9Vd3wOjmThZdotvkJSztcR-xkwS_NNCWeblcVW87MQ2V9SGFUZIyTjGtkYb9WciNaHSYfUXP7B_3C2ppjkeRvcmW8Rt87gXwHJn6kF1JC5mZ6EDI057Fhw/s400/Am%25C3%25A9xica.jpeg" width="267" /></a></div>
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<br />
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span class="apple-converted-space"><span lang="ES-CL">Hacia
</span></span><span lang="ES-CL">el final de<span class="apple-converted-space"> </span><i>Los
detectives salvajes</i>, novela de Roberto Bolaño, los jóvenes poetas Ulises
Lima y Arturo Belano, más dos acompañantes, atraviesan el desierto de Sonora a
bordo de un Chevrolet Impala, huyendo de un proxeneta de Ciudad de México y
siguiendo el rastro de la poeta Cesárea Tinajero. Recorren Caborca, Altar,
Sonoyta, Agua Prieta, Nogales y Santa Teresa, entre otras ciudades, bordeando
la frontera con Estados Unidos. El viaje transcurre con relativa calma a
principios de 1976. El mismo periplo, ahora, sería fatal para los jóvenes. Ese
territorio es disputado por los carteles de Sinaloa, Beltrán Leyva y Juárez. Y
por el ejército mexicano, que intenta recuperarlo.</span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span lang="ES-CL"></span></span><br />
<a name='more'></a></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Esta adversidad la vivió el reportero
Ed Vulliamy (1954), veterano de las guerras de Bosnia e Irak, en los viajes que
hizo en 2008 y 2009, cuando serpenteó los 3.380 kilómetros de la frontera que
comparten Estados Unidos y México. El resultado es<span class="apple-converted-space"> </span><i>Améxica</i>, una tensa crónica
sobre el paisaje físico, humano e industrial de la zona fronteriza con mayor
tránsito de personas y mercancías del planeta, cruzada diariamente por un
millón de almas y cuyo intercambio comercial asciende a 367.400 millones de
dólares al año.</span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Actualmente, la vida ahí está
condicionada por la guerra civil librada desde el año 2000, tras la derrota del
PRI, entre los carteles de narcos para hacerse de “La Plaza”, el río de drogas
que fluye hacia el norte y que mueve 323.000 millones de dólares al año y que
sólo entre 2006 y 2010 dejó 40 mil muertos. A esto hay que añadir la presencia
del Ejército mexicano, sacado a las calles en 2006, en el marco de la llamada
“guerra contra el narcotráfico” del Presidente Felipe Calderón, dirigida desde
el Palacio Nacional en el DF y monitoreada por la Casa Blanca. Según Vulliamy,
desde que los soldados están en las calles, la violencia no ha disminuido; ha
aumentado.</span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Pero esta frontera está lejos de
Washington y el DF, los centros de poder donde se promulgan las leyes. La
frontera mexicano-estadounidense es, según Vulliamy, un “territorio por derecho
propio”, con un estilo de música (el norteño) y un argot (el espanglish)
característicos. Una dinámica particular desborda la separación política. A
esta región híbrida el autor le llama Améxica, en un juego de palabras que
alude a los mexicas, el pueblo azteca de lengua náhuatl, que emigró desde el
desierto hacia el sur para levantar su gran ciudad en Tenochtitlán -la futura
Ciudad de México-, mucho antes del Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848, que
puso fin a las guerras mexicano-estadounidenses y que fijó la frontera actual.</span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El viaje de Vulliamy va de Oeste a
Este, del Pacífico al Golfo de México, y tiene tres etapas. Comienza en Tijuana,
frente a San Diego, donde los carteles de Beltrán Leyva, Sinaloa y Tijuana
están enfrentados con feroz crudeza. Luego atraviesa los desiertos de Sonora y
Arizona, donde se encuentra “El camino del Diablo”, el ancho pasillo de arena
que recorren los<span class="apple-converted-space"> </span><i>ilegales<span class="apple-converted-space"> </span></i>que entran a Estados Unidos
(muchos no llegan a destino). El negocio del tráfico humano es disputado por
los carteles como una forma de diversificar el negocio. El corazón del trayecto
es Ciudad Juárez, cuna de la Revolución de 1910 y, actualmente, la ciudad más
peligrosa del mundo, con una tasa de 191 asesinatos por cada 100 mil
habitantes. Allí, la anarquía criminal ha precipitado una guerra de todos
contra todos (carteles, bandas callejeras, policías, militares), alcanzando
cotas de crueldad inimaginables para una mente sana.</span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La tercera etapa del viaje comprende
dos tramos. Primero, entre Ciudad Acuña y Nuevo Laredo, pulmón industrial de la
frontera, donde el paisaje fue colonizado por las maquiladoras, las fábricas de
montaje en cadena exentas de aranceles que ofrecen condiciones de trabajo
miserables, pero que hacen girar los engranajes de la economía regional. En
Nuevo Laredo se encuentra el Puente Internacional Portal a las Américas, donde
ejércitos de camiones transportan el 40% del comercio entre Estados Unidos y
México: 97% de ese tráfico es legal; el resto son drogas que van hacia el norte
y armas (“ríos de hierro”), que van hacia el sur. Estas armas de última
generación suelen ser usadas en el último tramo del viaje, entre Nuevo Laredo y
Matamoros. Allí, hasta 2010 regía una Pax Mafiosa impuesta por el cartel del
Golfo y su brazo paramilitar, Los Zetas, sobre el derrotado cartel de Sinaloa.
Pero en 2010 la paz se quebró. Los Zetas se “independizaron” del cartel del
Golfo y pasaron a disputarle el poder a su matriz. Es la zona más caliente del
actual conflicto y el último incidente ocurrió hace unas semanas, cuando el
líder de Los Zetas, Heriberto “El Verdugo” Lazcano Lazcano, fue ultimado por la
marina mexicana. Su cadáver fue robado por Los Zetas horas más tarde, en un
episodio aún no aclarado.</span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La tesis que soporta este libro es
radical. Vulliamy dice que la violencia mexicana de las últimas dos décadas se
acentuó en 1994, con la entrada en vigor del Nafta, el Tratado de Libre
Comercio entre Canadá, Estados Unidos y México, que aceleró el flujo de drogas
y la migración ilegal hacia el norte y la instalación de maquiladoras en lado
mexicano de la frontera. La Pax Mafiosa establecida por el PRI con los carteles
-que les otorgaba territorios autónomos donde operar a cambio de cooperación-
se quebró con el triunfo del PAN, el 2000, obligando a los carteles a
reformularse para el mercado global.</span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En este sentido, afirma Vulliamy, los
carteles de narcos son empresas como cualquier otra, que aplican la lógica
comercial y siguen los mismos modelos de negocios que las multinacionales. Por
ejemplo, externalizando servicios: contratando sicarios y pandillas que no
forman parte del cartel, pero que por dinero trabajan para ellos. Son bandas
que, eventualmente, algún día serán carteles, como ocurrió con Los Zetas.</span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La guerra del narco, dice Vulliamy,
es una guerra de nuestros tiempos “pospolíticos”, “la primera verdadera guerra
del siglo XXI”. A diferencia de las guerras ideológicas, étnicas o religiosas
que se libraban por una causa o ideal, ésta se libra sólo por dinero. Por
dinero y por los mercados que lo aseguran. Y si hay algo que caracteriza a este
conflicto -además de su brutalidad a rajatabla- es que “ni la izquierda ni la
derecha han conseguido plantear la menor resistencia”.</span></span><br />
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span>
<div style="text-align: right;">
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><a href="http://diario.latercera.com/2012/10/20/01/contenido/reportajes/25-120946-9-una-temporada-en-el-infierno-mexicano.shtml">publicado en www.diario.latercera.com/2012/10/20/01</a></span></span></div>
</div>
<div style="background: white; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span lang="ES-CL"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<!--EndFragment-->Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-7881295954709462442013-01-21T13:18:00.000+01:002013-01-21T16:33:30.051+01:00Chavismo sin Chávez | Elías Pino Iturrieta<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj10CbZytpcWSywBYbjp4DO8JQ9YEA3DJvSVUv5nvHHbrYvCoVEYeZ0Ud8VxNTwRX6w9EMSIVIdUwzfBeoxXkbf4ScIm57eAw6dTKANWZoPladAUsvzu9edreZVc4lXR95ybpibRg/s1600/Chavez-Cuba-someterse-tratamiento-especial_EDIIMA20121127_0439_4.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj10CbZytpcWSywBYbjp4DO8JQ9YEA3DJvSVUv5nvHHbrYvCoVEYeZ0Ud8VxNTwRX6w9EMSIVIdUwzfBeoxXkbf4ScIm57eAw6dTKANWZoPladAUsvzu9edreZVc4lXR95ybpibRg/s400/Chavez-Cuba-someterse-tratamiento-especial_EDIIMA20121127_0439_4.jpeg" width="400" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">No hay duda de que existirá el chavismo sin Chávez. Dejará de ser lo que es ahora, desde luego, debido a que la ausencia de una figura tan presente e influyente en los últimos años, en caso de que desaparezca físicamente como anuncian las noticias y los rumores sobre su enfermedad, obligará a una transformación del juego político, a un cambio que no se limitará a los maquillajes, pero se ha edificado una estructura de poder y se han fomentado unos intereses cuyo desmantelamiento solo puede ser esperado por la ingenuidad. Pero ingenuidad es lo que sobra, razón por la cual tal vez convenga, sin la esperanza de lograr demasiados entusiasmos, escribir lo que viene de seguidas.</span><span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"> </span><br />
<a name='more'></a></div>
<br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
<span style="background-color: white;"></span></span>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white;">Solamente la miopía más pronunciada puede negarse a observar la trascendencia de hombre cuya muerte o cuya incapacidad para el ejercicio de un nuevo mandato parecen inminentes. Su tránsito de catorce años no puede pasar en vano. Su vínculo con capas amplias de la población es un hecho indiscutible. Los afectos y los rencores que ha concitado mueven a la sociedad, sin que exista la posibilidad de ignorarlos. Su discurso, pese a lo que ha tenido de superficial y de previsible, forma parte de un entendimiento del país que ni siquiera pueden borrar las escandalosas limitaciones intelectuales de quien lo pronunció, los estereotipos y las simplezas que lo han caracterizado. El eco de sus sonidos ha llegado a todos los rincones de la sociedad, pese a que muchos no quieren escucharlo. No toda su retórica fue un galimatías, debido a que no dejó de sazonarla con verdades innegables, con acusaciones irrebatibles y con la denuncia de injusticias que claman al cielo. Si se considera la insistencia de esas palabras, nadie puede esperar que el viento se las lleve mañana. </span></span></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white;">
</span><div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="background-color: white;"><div style="text-align: justify;">
En especial porque, partiendo de tal discurso y de poses orientadas a sembrar sensaciones de innovación, se ha establecido una cúpula cuya vocación es la permanencia por sobre todas las cosas. No se trata de un par de periodos constitucionales como los de antes. No es asunto de cambiar un partido por otro en el ejercicio del gobierno. No se trata de vivir tranquilos porque el que viene se parece al anterior, o no es en realidad amenazante. No es el juego viejo, ni nada por el estilo. El líder no pensó su proyecto como una situación pasajera, como un capítulo al que seguirían otros con republicana naturalidad, sino como la fundación de una era dorada que se debe prolongar a través del tiempo sin el incordio de la alternabilidad a la que nos habíamos acostumbrado desde la segunda mitad del siglo XX. Reino de largo plazo, utopía que no quiere ver el fin sino cuando haya cumplido una tarea histórica, mandato sin alternativa de variación, imperio indefinido sin que nadie lo deba interrumpir, dispone el testamento que deja el comandante a sus albaceas. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="background-color: white;"><div style="text-align: justify;">
Los últimos procesos electorales dan cuenta de cómo se ha empeñado el régimen en garantizar su continuismo. Hechos con una misma estrategia "corazonada" para convertir en un solo episodio la elección presidencial y la elección de los gobernadores, prevista la segunda como corolario de la primera después de ocultar la gravedad de las dolencias del candidato principal, corazón que desfallece sin anuncio público, pero que será reemplazado por los ventrílocuos de sus procónsules, indica la desfachatada puesta en escena de un plan concebido tras el objeto de permanecer en las alturas a toda costa. Si se agregan el uso irrefrenable del erario, el ventajismo ejercido sin recato, la complicidad de las autoridades electorales y de las fuerzas armadas, es evidente que los recientes meses exhiben en todo su esplendor una voluntad de permanencia cuyos testimonios parecían perdidos en la calculada frialdad del gomecismo, que no congeniaba con las elecciones pero que manejaba a su antojo la vida de los venezolanos como solo ahora se siente y se padece. No parece accesible la lucha victoriosa contra un designio de tal magnitud, tan apoyado por la plata y tan distanciado de los escrúpulos, en especial si comenzamos a imaginar los ritos de canonización, las vestiduras rasgadas a juro, las analogías con el Libertador, las letanías lloronas, los sollozos en diversas latitudes de América y Europa, los ditirambos de cualquier especie que se fomentarán cuando el Presidente repose en su última morada dentro de poco, como parece probable. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="background-color: white;"><div style="text-align: justify;">
Pero conviene detenerse en otro factor, debido a cuya inconsistencia se puede apostar por el chavismo sin Chávez: la debilidad de una oposición que no ha encontrado la fórmula capaz de ofrecer a la sociedad una referencia digna de confianza, o una propuesta capaz de entusiasmar de veras. Ha hecho lo que ha podido, pero con más pena que gloria. Se ha fajado como los buenos gladiadores, pero sin aproximarse siquiera a una medalla de plata, esperando una nueva olimpiada a ver si, por lo menos, puede desfilar en la ceremonia de inauguración. Ha asomado caras nuevas y ha repetido caras viejas que llaman la atención y merecen respeto, pero sin acercarse a la popularidad y a la pasión del hombre que, según parece, está a punto de despedirse. Las armas afiladas y certeras que se requieren para lidiar con un antagonista formidable todavía no se advierten en las trincheras de la otra orilla. Ahora si es verdad que "inventamos o erramos" en las filas de la oposición, como sugiere el maestro Simón Rodríguez, uno de los abonadores del frondoso árbol de las tres raíces, mientras las señales de un movimiento sin cabeza, pero con agallas y con ganas de seguir en el candelero, nos ayudan a ensayar un camino. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
<a href="http://www.eluniversal.com/opinion/130106/chavismo-sin-chavez#.UPLRR3A1m6A.twitter">publicado en www.eluniversal.com/opinion/130106/chavismo-sin-chavez</a></div>
</span></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-5300066923449159362013-01-21T13:10:00.000+01:002013-01-21T16:21:39.528+01:00Robots y capitalistas sin escrúpulos | Paul Krugman<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrvM06DIbZVAgcYOiUlQ6QnDVbfXmJfKaLBqoegnD1hEA-CTVjsTt4Y31ayD44K8cEFGMy2P2_JzYkmDJ_0X2jfkKiW-penfZIOyyZBhaVGnS-KaiHbwvM0EXd-lWxLRl3uLAP9Q/s1600/hombre-en-la-encrucijada.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrvM06DIbZVAgcYOiUlQ6QnDVbfXmJfKaLBqoegnD1hEA-CTVjsTt4Y31ayD44K8cEFGMy2P2_JzYkmDJ_0X2jfkKiW-penfZIOyyZBhaVGnS-KaiHbwvM0EXd-lWxLRl3uLAP9Q/s640/hombre-en-la-encrucijada.jpeg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div style="background-color: white; line-height: 20px; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Según casi todos los indicadores, la economía estadounidense sigue estando profundamente deprimida. Pero los beneficios empresariales alcanzan máximos históricos. ¿Cómo es eso posible? Es sencillo: los beneficios expresados como porcentaje de la renta nacional han aumentado vertiginosamente, mientras que los salarios y otras compensaciones laborales están bajando. El bizcocho no está creciendo como debería; pero al capital le va muy bien y se está llevando un pedazo más grande que nunca, a expensas de los trabajadores.</span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 20px; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Un momento; ¿de verdad vamos a volver a hablar del enfrentamiento entre el capital y los trabajadores? ¿No es ese un debate pasado de moda, casi marxista, obsoleto en nuestra moderna economía de la información? Bueno, eso es lo que muchos pensaban; porque los debates de la generación anterior sobre la desigualdad se han centrado principalmente no en el enfrentamiento entre el capital y la mano de obra, sino en problemas de distribución de los trabajadores, ya sea por las diferencias entre los trabajadores más y menos formados o por el aumento vertiginoso de los ingresos de un puñado de superestrellas de las finanzas y otros campos. Pero puede que eso sea agua pasada.</span><br />
<a name='more'></a></div>
<div style="background-color: white; line-height: 20px; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Más concretamente, aunque es verdad que los tipos de las finanzas siguen teniendo un éxito tremendo (en parte porque, como ahora sabemos, algunos de ellos son en realidad ladrones), la diferencia salarial entre los trabajadores con formación universitaria y los que no la tienen, que aumentó mucho en los años ochenta y a principios de los noventa, no ha variado demasiado desde entonces. De hecho, los ingresos de los universitarios recién licenciados se habían estancado incluso antes de que nos golpease la crisis financiera. Cada vez más, los beneficios han ido aumentando a costa de los trabajadores en general, incluidos los que tienen unas cualificaciones que se supone que deberían conducirles al éxito en la economía actual.</span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 20px; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¿Por qué está pasando esto? Hasta donde yo sé, hay dos explicaciones plausibles y ambas podrían ser acertadas hasta cierto punto. Una es que la tecnología ha tomado un rumbo que hace que la mano de obra esté en desventaja; la otra es que estamos contemplando los efectos de un enorme aumento del poder de los monopolios. Piensen en estas dos historias imaginando que por un lado hay robots, y por el otro, capitalistas sin escrúpulos.</span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 20px; margin-bottom: 15px;">
</div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Respecto a los robots: no cabe duda de que, en algunos sectores destacados, la tecnología está desplazando a trabajadores de todas o casi todas las categorías. Por ejemplo, una de las razones por las que últimamente las fábricas de alta tecnología están volviendo a EE UU es que, hoy día, la pieza más valiosa de un ordenador, la placa madre, la fabrican robots, de modo que la mano de obra barata asiática ya no es un motivo para producir en el extranjero.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En un libro publicado hace poco, <em>Race against the machine</em> (Carrera contra la máquina), Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee, del MIT, sostienen que se están dando fenómenos similares en muchos campos, entre ellos, en servicios como los de traducción e investigación legal. Lo que sorprende de sus ejemplos es que muchos de los puestos de trabajo que se están eliminando son altamente cualificados y de salarios elevados; los inconvenientes de la tecnología no se limitan a los trabajadores no cualificados.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Aun así, ¿pueden la innovación y el progreso perjudicar realmente a una gran cantidad de trabajadores, quizá incluso a los trabajadores en general? A menudo me topo con aseveraciones de que eso no puede suceder. Pero la verdad es que es posible, y los economistas serios son conscientes de esa posibilidad desde hace casi dos siglos. El economista de principios del siglo XIX David Ricardo es famoso por la teoría de la ventaja comparativa, que constituye un argumento en favor del libre comercio; pero el mismo libro de 1817 en el que exponía esa teoría también contenía un capítulo sobre el modo en que las nuevas tecnologías de la revolución industrial, que exigen mucho capital, podrían hacer que los trabajadores salieran perdiendo, al menos durante un tiempo (algo que de hecho, según los académicos modernos, es posible que esté ocurriendo desde hace varias décadas).</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¿Y qué hay de los capitalistas sin escrúpulos? No se habla mucho de monopolio últimamente; las leyes antimonopolio desaparecieron en gran medida durante la época de Reagan y nunca se han recuperado realmente. Pero Barry Lynn y Phillip Longman, de New American Foundation, sostienen, en mi opinión de un modo persuasivo, que el aumento de la concentración empresarial podría ser un factor importante en el estancamiento de la demanda de mano de obra, ya que las empresas usan su creciente poder monopolístico para subir los precios sin que los beneficios repercutan en sus empleados.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px;">
</div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">No sé hasta qué punto la tecnología o los monopolios explican la devaluación de la mano de obra, en parte porque se ha debatido muy poco acerca de lo que está pasando. Creo que es justo decir que el asunto del desplazamiento de los beneficios de los trabajadores hacia el capital todavía no se ha introducido en nuestras conversaciones nacionales.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Pero ese desplazamiento se está produciendo; y tiene consecuencias muy importantes. Por ejemplo, existe una gran presión, generosamente financiada, para que se reduzcan los tipos de impuestos que pagan las empresas; ¿es esto realmente lo que queremos hacer en un momento en el que los beneficios se están disparando a costa de los trabajadores? ¿O qué pasa con la presión para que se reduzcan o eliminen los impuestos sobre sucesiones? Si estamos volviendo a un mundo en el que el capital financiero, no las cualificaciones o la educación, es lo que determina los ingresos, ¿realmente queremos que heredar riqueza resulte todavía más fácil?</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Como he dicho, este es un debate que apenas se ha iniciado; pero es hora de ir empezando, antes de que los robots y los capitalistas sin escrúpulos conviertan nuestra sociedad en algo irreconocible.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: right;">
<a href="http://economia.elpais.com/economia/2012/12/14/actualidad/1355509963_633692.html"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">publicado en www.economia.elpais.com/economia/2012/12/14</span></a></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-50953583394540555902013-01-21T13:08:00.000+01:002013-01-21T16:26:31.114+01:00Educación y cultura: entre prácticas y represetaciones | Roger Chartier<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Video de la conferencia realizada el miércoles 5 de diciembre de 2012 en el Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile.</span></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</span><div style="text-align: justify;">
<iframe frameborder="0" height="437" scrolling="no" src="http://www.ustream.tv/embed/recorded/27514649?v=3&wmode=direct" style="border: 0px none transparent;" width="720"> </iframe></div>
<br /><a href="http://www.ustream.tv/" style="background: #ffffff; color: black; display: block; font-size: 10px; font-weight: normal; padding: 2px 0px 4px; text-align: center; text-decoration: underline; width: 400px;" target="_blank">Video streaming by Ustream</a><br />
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-7086263934245085122013-01-21T13:07:00.000+01:002013-01-21T16:48:07.907+01:00El largo camino al Sahara Occidental | Pablo Riquelme Richeda<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiR3aw2MZHKya58zJv2YP49dIEiK3lGTD_LyrMA2PpXYIR8n78pievcThW1Hz9EYjv6xjNP7F55tVGyxyn0XmFkJtEv52gb73zgk9nTU5Taet8jGJp-QVDlr6QNaPs1GD5EOoC3zg/s1600/campamento-de-refugiados-de-dajla_2858551.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiR3aw2MZHKya58zJv2YP49dIEiK3lGTD_LyrMA2PpXYIR8n78pievcThW1Hz9EYjv6xjNP7F55tVGyxyn0XmFkJtEv52gb73zgk9nTU5Taet8jGJp-QVDlr6QNaPs1GD5EOoC3zg/s400/campamento-de-refugiados-de-dajla_2858551.jpeg" width="400" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Km 0, Marrakech. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Son las cinco de la tarde y el termómetro frente a la estación de trenes de Marrakech registra 45 grados Celsius. El viento caliente parece un secador de pelo abriéndose paso desde las montañas. Mi lengua es una lija, mi cuerpo necesita agua. En el frontis, dos niños juegan a mojar a la gente con las mismas botellas con pulverizador que los peluqueros usan para humedecer cabelleras. Al pasar, entre risas, me tiran agua.</span></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">La estación de trenes queda frente al Teatro Municipal, en el Guéliz, barrio de palmeras, edificios y tiendas de ropa exclusivas, adyacente a la ciudad amurallada. Refaccionada completamente en 2008, tiene wifi gratis, un McDonald's y un Kentucky Fried Chicken, entre otros cafés y restaurantes, y a diferencia del centro de la ciudad, aquí se puede tomar cerveza sin restricciones. En un pasillo frente al baño de hombres hay una pieza con la puerta abierta y varios pares de zapatos ordenados en la entrada. Un cartel dice "Sala de oraciones" en árabe y francés, y muestra la imagen de un hombre de rodillas sobre una pequeña alfombra realizando una plegaria.</span><br />
<a name='more'></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">Las líneas de tren que conectan el norte de Marruecos llegan hasta aquí. Antiguamente, los viajeros seguían hacia el sur en camello. Yo iré en un bus de Supratours, empresa que es una extensión de ONCF, la compañía nacional de ferrocarriles. Supratours cubre las rutas donde no llega el tren: hacia las montañas del interior, el sur de Marruecos (Agadir, Tan Tan, Tarfaya) y también al Sahara Occidental, hasta Dajla, lugar donde me dirijo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">A diferencia del norte de Marruecos, que está lleno de turistas, esta zona es apenas conocida. Recuerdo una cita de Paul Bowles: "Nadie que haya permanecido en el Sahara por algún tiempo sigue siendo la misma persona que cuando fue allí". Y no hay Sahara más genuino que éste. Las guías de viaje no tienen buena información sobre el Sahara Occidental, y la ruta no está exenta de riesgos debido a la tensión política y social. Esta zona es el único lugar de África donde el proceso de descolonización realmente no ha terminado;.Según la ONU, es territorio en disputa, ocupado por Marruecos. Este paño de desierto y costa -tres veces la Región de Aysén- es reclamado por la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). La ONU espera -hace dos décadas- un referendo de autodeterminación que zanje la soberanía. Yo espero el bus.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">El chofer tiene unos 50 años y fuma cigarros mientras lee el diario apoyado en nuestro transporte: un bus marca Irizar, que es una empresa carrozera española con sede productiva en Marruecos, lo cual comienza a dar pistas sobre los estrechos vínculos e intereses comerciales que unen a ambos países. La máquina tiene capacidad para 40 pasajeros y no tiene baño. Los pasajeros somos cinco residentes y cinco turistas -dos jubilados andaluces, dos veinteañeras francesas y yo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">Km 726, llegando a Tarfaya. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">Comienza a clarear: una señalética indica que faltan 17 kilómetros para Tarfaya. Ahora soy el único turista en un bus copado de marroquíes. Los andaluces y las francesas se bajaron en Agadir.Durante la tarde anterior cruzamos el Alto Atlas, donde fue rodada la escena en que Cate Blanchett recibe un balazo en la película Babel. En el cabeceo, la imagen de una bala perdida entre las frías colinas resultó inquietante: ¿qué podríamos hacer a bordo con un herido a bala?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">Bajando las curvas de las montañas el sol se escondió tras el Atlántico y a las 10 de la noche llegamos a Agadir, donde hicimos una escala de tres horas. Hubo tiempo para comer, rezar y caminar.Agadir es conocida como la "Miami" de Marruecos. Con sus playas, palmeras y resorts, Agadir es el centro del turismo y motor económico del sur marroquí, su puerto principal y, además, la última ciudad con más de 200 mil habitantes hasta Nuakchot, la capital mauritana, 1.700 kilómetros hacia el sur.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">Fui el último en regresar al bus, que esperaba con el motor encendido para dejar Agadir atrás. En mi lugar encontré a una señora envuelta en un colorido velo conversando con otra señora. Sin tiempo para recobrar mi asiento, me ubiqué en el único vacío, la ventana tras las dos señoras. A poco de partir, las mujeres reclinaron sus respaldos a más no poder y roncaron el resto de la noche mientras el bus bordeaba el Atlántico bajo la noche norafricana. Nadie en el bus parecía interesado en el paisaje excepto yo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">Ahora, unos pocos kilómetros antes de Tarfaya observo pequeños campamentos con jaimas, las tiendas usadas por los nómades del desierto. Bidones de plástico amontonados y basura acumulada por meses dan la sensación de que la vida allí es más bien sedentaria. Al salir el sol, los camioneros detienen sus máquinas y rezan en pleno desierto, al borde de la carretera.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">Km 743, Tarfaya.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">El bus se detiene en Tarfaya por un problema con el motor. La aparición de un mecánico recién despertado da tiempo para dar una vuelta por las deshabitadas calles del pueblo. El lugar es una caleta de pescadores de cuatro mil almas enclavada en la soledad del Cabo Juby. Unos 100 kilómetros mar adentro se encuentra Fuerteventura, la isla más próxima de Canarias. Pero a pesar de la cercanía física, el tráfico con el archipiélago español está prácticamente cortado: en 2007, la Naviera Armas comenzó a explotar comercialmente la ruta, pero el proyecto fracasó en 2008 con el accidente del Assalama, uno de sus barcos, que encalló algunos kilómetros al sur de Tarfaya, víctima de los vientos que gobiernan la zona. La empresa se declaró en quiebra antes de pagar el remolque del naufragio. Hoy la única manera de conectar con Canarias es en avioneta, mediante vuelos chárter.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">Desde el pequeño puerto se aprecian, adentrados en el agua, restos de un edificio hecho de piedras. Tiene dos pisos, ventanas y parece un castillo medieval en ruinas. Es la Casamar, único vestigio de Puerto Victoria, factoría establecida por capitales ingleses en 1879, en plena carrera colonialista europea. El lugar sería comprado dos décadas después por el abuelo de Mohamed VI, actual rey de Marruecos. Administrativamente, desde entonces, Tarfaya se convirtió en la posesión más austral del reino. La frontera sur. Aquí conviene aclarar algunas cosas. A comienzos del siglo veinte Marruecos fue repartido entre potencias: norte para Francia y sur para España. Hacia 1916, Tarfaya pasó a llamarse Villa Bens y se transformó en la frontera norte del Sahara Español, que incluía todo el Sahara Occidental, hasta la frontera con otra colonia francesa, Mauritania. La región a la que nos dirigimos fue habitada anteriormente por fenicios y desde el siglo doce por un pueblo nómade que llegó desde el norte, escapando de los bereberes: los saharauis.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">En la solitaria playa el silencio es interrumpido por las gaviotas y las olas. Desde el pueblo se acerca un adolescente flaco y curtido por el sol que viste la camiseta del Real Madrid. Se presenta como Hamsa y quiere ser mi guía a cambio de unos dírhams. Me lleva hasta la pequeña estatua de un Breguet 14, biplano de cabina abierta y fabricación francesa, en honor al aviador y escritor Antoine de Saint-Exupéry, que a mediados de los años 20 usó Villa Bens como escala en su ruta hacia Senegal. El francés y otros pilotos volaban para la Compañía General Aeropostal, con sede en Toulouse y pionera en el transporte aéreo de correo entre Europa, África y América. Stacy Schiff, biógrafa del escritor galo, cuenta que en 1927 Saint-Exupéry se instaló a vivir aquí (junto a "la pista aérea más desolada del planeta") con el objetivo de establecer vínculos con las autoridades militares españolas y "procurar el rescate de cualquier aviador en peligro", ya que era común que éstos fueran secuestrados por los autóctonos para cobrar rescate o se estrellaran en medio de la nada. Aquí, según la biógrafa, Saint-Exupéry escribió su segunda novela, Correo Sur, y concibió El Principito.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">Hamsa me pide que lo siga hasta el centro del pueblo, donde hay un museo que lleva el nombre del escritor. De pronto escucho los bocinazos del bus y el rugido del motor.Km 772, frontera con el Sahara OccidentalEl bus se detiene frente a un control militar. En el techo de una caseta flamea una deshilachada bandera marroquí. Dos soldados con ametralladoras suben y piden identificaciones.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">A fines de 1975, mientras Franco y su régimen agonizaban en Madrid, el rey Hasán II de Marruecos -padre de Mohamed VI, actual soberano- movilizó 50 mil militares y 400 mil civiles desde Tarfaya para ocupar El Aaiún, la capital del Sahara español. La llamada Marcha Verde produjo la decisión del régimen franquista de abandonar instalaciones y "renunciar" a un territorio generoso en fosfato, bancos de peces y quizás gas y petróleo. El vacío político dejado por España precipitó una carnicería de 15 años entre Marruecos, Mauritania, Argelia y el Frente Polisario, brazo político-militar de los saharauis. Marruecos ganó la guerra y miles de saharauis se desperdigaron por el desierto. El Frente Polisario instaló el centro de su república temporalmente en Tinduf, territorio argelino.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">Al enterarse de que soy periodista los militares me bajan, hacen preguntas y controlan mi visa en el pasaporte. Al interior del control hay afiches con fotos y nombres de los terroristas más buscados, pertenecientes a la organización llamada Al Qaeda del Magreb Islámico, que opera en el interior del desierto y en octubre de 2011 secuestró a dos cooperantes españoles y uno italiano. Éstos fueron trasladados a Mali, a un sector del desierto que no controlaba el gobierno anterior ni controlan los militares que hace poco se hicieron del poder mediante un golpe de Estado. Los cooperantes fueron liberados en julio de este año tras intensas negociaciones.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">Un teniente con bigotes canosos y dientes de conejo anota en una bitácora mi nombre, número de pasaporte y ocupación. Luego difunde los datos por una radio de onda corta, que comunica con otros controles del territorio, y espera que le confirmen o descarten algo sobre mí. En la espera pregunta cuál es mi interés en el Sahara. Interrumpe el teléfono. El teniente contesta a gritos y da órdenes en árabe. Pienso que mis días en Marruecos se han acabado. Los periodistas son enemigos del reino: hace algunos meses, por ejemplo, fue prohibida la distribución del diario español El País luego de que éste publicara extractos del libro El rey depredador, trabajo de dos periodistas galos que relata el irregular enriquecimiento y manejo económico del país por parte de Mohamed VI desde que asumió el poder en 1999. Por si acaso, se acaba de saber en 4 mil kilómetros a la redonda que ando dando vueltas por el Sahara. En los futuros controles me estarán esperando. Esto generará incomodidad y molestia en algunos pasajeros del bus, particularmente en un cuarentón con anteojos que, apuntando a su reloj, vociferará como un loco que llegaremos tarde por mi culpa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">Km 839, El Aaiún.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">El bus entra a la ciudad desde el norte por un puente que cruza Saguía el Hamra, una laguna-río rodeada de palmeras que abastece al valle con agua dulce y refresca a los camellos sedientos que viajan desde el interior. Sin Marruecos presente, este oasis sería la capital política de la República Saharaui.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">El Aaiún fue el centro de operaciones del Sahara Español desde 1938. Las primeras instalaciones militares se levantaron alrededor de una pequeña plaza de armas y una iglesia católica, con trazado en damero, igual que las ciudades chilenas. Parece el último bastión de la cristiandad en medio de la "marroquización" del territorio. El amo y señor de la ciudad es Mohamed VI. Su imagen es omnipresente: ferias, hoteles, restaurantes y peluquerías por igual cuelgan su foto enmarcada, a veces junto a su esposa e hijos. Todo billete o moneda de dírham circulante lleva su cara o la de su familia. En las calles hay paneles publicitarios gigantes con el soberano vestido de traje y la bandera de Marruecos de fondo. A sus casi 50 años, Mohamed VI parece querer presentarse ante sus súbditos como un rey cercano, tal vez un hermano mayor más que un padre: su elegancia y extremo cuidado con detalles como las uñas o la barba milimétricamente afeitada, sin embargo, delatan su vanidad, y por lo pronto no logran maquillar el inevitable paso de los años, con dos entradas de calvicie ascendente y algunos kilos de más.Según Al Jazeera, los primeros síntomas de la Primavera Árabe se manifestaron aquí, en esta aislada ciudad de 180 mil habitantes.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">En noviembre de 2010, tres meses antes del estallido revolucionario en Túnez y Egipto, 20 mil saharahuis caminaron desde los campamentos del interior del desierto y pusieron sus jaimas en las afueras de El Aaiún. Exigieron trabajo, viviendas y el fin de la ocupación.Era la mayor protesta desde 1976; el ejército marroquí la redujo prendiendo fuego a las tiendas. Total: 2 mil detenidos, 20 muertos y 159 desaparecidos. Todo frente a los ojos de los funcionarios de la ONU, cuyo centro de operaciones está en el céntrico Hotel Nagjir. A la costa de El Aaiún se llega en colectivo. Son 30 kilómetros de una carretera a ratos ocupada por bancos de arena creados por el viento, que periódicamente deben ser removidos por maquinaria pesada. Según la BBC, el puerto abastece a Marruecos con el 40 por ciento de su consumo de productos del mar. Hace unos meses, la Eurocámara vetó la extensión del millonario acuerdo de explotación pesquero entre la Unión Europea y Marruecos -que beneficia principalmente a España- al considerarlo ilegal, pues legitima la ocupación marroquí. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">Por la noche, en una pequeña habitación del Hotel Jodesa (13 dólares, baño incluido) me duermo viendo en el canal estatal la alocución del Rey a sus súbditos. El rey de Marruecos no sólo es el líder religioso y jefe espiritual de los marroquíes, sino también un gran filántropo: entre muchas otras cosas, financió de su propio bolsillo la famosa mezquita de Coquimbo, que lleva su nombre.Al día siguiente, el bus a Dajla sale a las siete de la mañana, pero no aparece. Una resignada señora saharaui espera conmigo: habla perfectamente el castellano. Se ajusta el velo morado que la cubre entera (salvo la cara y las manos) y sigilosamente me enseña su cédula de identidad española. Se llama Marta. Cuenta que las cosas están mal, que su hija estudió literatura pero que hoy trabaja de cajera en un supermercado de Agadir. El Supratours llega al mediodía, cinco horas tarde. Nadie entrega una explicación por el retraso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">Km 1.020, última estación de bencina hasta Dajla. </span><span style="background-color: white;">Cargamos combustible y estiramos piernas en la estación Sahara, rústica gasolinera en mitad de la nada, lo único que hay entre El Aaiún y Dajla. Es hora del rezo de la tarde: los pasajeros recogen agua con baldes de unos bidones, lavan sus pies y realizan plegarias en dirección a La Meca. Rezan en alfombras comunitarias donde caben hasta 20 personas. Los hombres oran sobre una alfombra y las mujeres sobre otra, siempre separados. Mientras, me alimento con los azucarados dátiles que me ofrece Marta.</span></div>
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<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
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<span style="background-color: white;">Km 1.384, Dajla. </span></div>
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<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
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<span style="background-color: white;">La península Río de Oro es una franja de 40 kilómetros que se extiende paralela al continente africano. Allí está Dajla, que en árabe significa "la interior". En la medida que nos adentramos en la península y dejamos atrás el continente aparece el mar y la hermosa bahía.</span></div>
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<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;">El bus nos deja en la plaza central de la ciudad, donde las tapas metálicas del alcantarillado muestran el nombre que esta localidad tenía en tiempos españoles: Villa Cisneros. Igual que cientos de poblados castellanos, Dajla creció en torno a los campanazos de la iglesia Nuestra Señora del Carmen, construida en 1955. Hoy el centro está frente a la hermosa mezquita nueva, hacia donde se trasladó el comercio. Hay restaurantes españoles (Agua Dulce, Boca Morena), aunque dominan los cafés y mercados árabes. El céntrico y exclusivo Hotel Sahara Regency se escapa de mi presupuesto y termino en una fresca y cómoda habitación del periférico Hotel Palais de Touareg (20 dólares la noche), con balcón y vista a la bahía y donde puedo ver el continente en la línea del horizonte. Vagando por el centro atravieso los bazares de la ciudad llenos de tiendas con dulces árabes, telas, menaje y baratijas electrónicas. Decido arrendar un auto. Es la mejor forma para ir a las playas. Está La Laguna, la tierra prometida del kitesurf, una especie de herradura cerrada ideal para los deportes acuáticos. Los turistas viajan a alojarse a unos campamentos que son verdaderos hoteles cinco estrellas camuflados entre las dunas del Sahara. La Lonely Planet bromea diciendo que, si el norte de Marruecos es para turistas, el sur es para viajeros. Falso: Dajla fue recientemente elegida por un sitio web londinense como la más cool para practicar windsurf y kitesurf. En avión está a sólo cinco horas de Europa, vía Casablanca.</span></div>
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<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
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<span style="background-color: white;">En La Laguna conozco a Helmut y Astrid, dos alemanes de unos 40 años que viajan con sus tablas y velas en una Hummer negra con tracción, cama y cocina. Vienen desde Senegal y van de vuelta a su Hamburgo natal. Les explico que me gustaría cruzar los 400 kilómetros que faltan para Mauritania, imposibles de hacer si no es en auto con tracción, y tal vez visitar La Güera, última ciudad del Sahara Occidental. Helmut dice que la costa fronteriza entre Marruecos y Mauritania está repleta de barcos varados y minas antipersonales. Que La Güera fue abandonada, cubierta por la arena y ahora está controlada militarmente por Mauritania. Algunos nómades se han instalado a vivir allí, pero no hay nada. Tierra de nadie, comenta Astrid. Una ciudad fantasma, replica Helmut. No hay un Sahara más genuino que éste. Y la ruta no está exenta de riesgos.El camino que va hacia Tarfaya sirvió de locación para la película Babel. </span></div>
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<span style="background-color: white;"><br /></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="background-color: white;"><a href="http://diario.elmercurio.com/detalle/index.asp?id={b5d210b0-6502-4f4d-8183-ddebb0ec0d02}">publicado en www.diario.elmercurio.com/detalle/index</a></span></div>
</span>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-90842179943180615402013-01-21T13:04:00.000+01:002013-01-21T16:22:15.850+01:00Gran Bretaña ante la nueva Europa | Timothy Garton Ash<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0HgdGm9nbG3usPFBL-fFY3WybPUrWm1EZO8F-L2AT66hsMIUpQR0X81f1WQGVW0f3X4VCMcCp0VrSgeNqzmdcPo3tDbWbIgH3B61y0hxtQHpg3t786IADZFVw7-sGZMtWR13yZg/s1600/1356089440_079361_1356353608_noticia_normal.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0HgdGm9nbG3usPFBL-fFY3WybPUrWm1EZO8F-L2AT66hsMIUpQR0X81f1WQGVW0f3X4VCMcCp0VrSgeNqzmdcPo3tDbWbIgH3B61y0hxtQHpg3t786IADZFVw7-sGZMtWR13yZg/s400/1356089440_079361_1356353608_noticia_normal.jpeg" width="263" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 20px; margin-bottom: 15px;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Ahora que nos aproximamos al 40º aniversario de la entrada de Gran Bretaña en lo que entonces no era más que la Comunidad Económica Europea, en 1973, no existe más que una forma correcta de avanzar por las tortuosas intrigas nacionales de la llamada política europea del Reino Unido. Se trata de que los responsables de los tres principales partidos en el Parlamento de Westminster, conservadores, laboristas y demócratas liberales, se comprometan a celebrar un referéndum que no pregunte más que “dentro o fuera”, en cuanto se aclare cómo va a ser la nueva Unión Europea que está saliendo de la crisis de la eurozona y qué condiciones se le ofrecerán a Gran Bretaña dentro de ella. Dado que ahora parece probable que la eurozona se salve, pero muy despacio, paso a paso, al estilo de Merkel, y dado que la posición británica solo puede aclararse cuando se vean las consecuencias políticas de haber salvado la eurozona, ese momento llegará durante el mandato del próximo parlamento británico: entre 2015 y 2020, según los planes actuales.</span><br />
<a name='more'></a></div>
</div>
<div style="background-color: white; line-height: 20px; margin-bottom: 15px;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Eso es lo que debería prometer el primer ministro David Cameron en su gran discurso sobre Europa, aplazado varias veces y que ahora está previsto para mediados de enero. Si el líder laborista, Ed Miliband, y el demócrata liberal, Nick Clegg, tienen el coraje necesario y toman la iniciativa, se adelantarán a Cameron y le robarán protagonismo; para no hablar de que con ello desactivarían en parte las posiciones anti-UE del Partido de la Independencia del Reino Unido. Todos ellos pueden hacer mención de la exhaustiva revisión del “equilibrio de competencias” entre el Reino Unido y la UE que se está llevando a cabo en muchos ministerios británicos y que no terminará hasta 2014, y utilizarla como punto de partida razonable para la conversación con la otra orilla del Canal. Esa sería la forma de fijar una posición nacional. Los británicos tendremos la oportunidad de decidir si queremos estar dentro o fuera en cuanto dispongamos de una respuesta a la pregunta fundamental: “¿Dentro o fuera de qué?”.</span></div>
</div>
<div style="background-color: white; line-height: 20px; margin-bottom: 15px;">
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Los británicos desean que se les pregunte. En una encuesta de YouGov realizada este año, el 67% decía que estaba a favor de “celebrar un referéndum sobre la relación de Gran Bretaña con Europa en los próximos años”. Aunque en una democracia representativa hay que utilizar los referendos con moderación, en el Reino Unido se han convertido en una parte establecida de su desarrollo constitucional. Cuarenta años después de la última vez en la que el pueblo británico hizo oír su voz directamente sobre el tema, en el referéndum de 1975, está bien que tenga otra ocasión de hacerlo, porque la Unión Europea actual, más amplia y profunda, es muy distinta de lo que la mayoría de los británicos llamaba en aquel entonces el "Mercado Común”.</span></div>
</div>
<div style="margin-bottom: 15px;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Celebrar un referéndum antes de 2015, como insisten algunos conservadores euroescépticos, sería una total pérdida de tiempo y un despilfarro del dinero de los contribuyentes. No sabemos todavía cómo será la UE después de la crisis, y no es posible tener una “renegociación” del lugar que pueda ocupar o la relación semidespegada que pueda tener el Reino Unido con una incógnita. “Renegociación” y “repatriación de poderes” son expresiones que les gusta utilizar a los euroescépticos y que los laboristas y demócratas liberales probablemente no querrán emplear. Pero la verdad es que la UE es una negociación permanente, y ahora más que nunca. Además, incluso una "renegociación" puede ser, en la práctica, cualquier cosa, desde un par de retoques marginales (como demostró el entonces primer ministro laborista Harold Wilson en su mínima “renegociación” antes del referéndum de 1975) hasta un acuerdo totalmente nuevo de separación institucional, que colocaría a Gran Bretaña en el mismo fiordo que Noruega (que no es miembro de la UE pero tiene que respetar la mayor parte de sus normas para poder tener acceso a su mercado).</span></div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Por consiguiente, este compromiso de convocar un referéndum básico sobre si estar dentro o fuera es el que deberían hacer los dirigentes de los tres partidos; y es también el que hasta ahora han estado evitando los tres. ¿Por qué? Cameron tiene miedo de que estropee su mandato de primer ministro y acabe creando una escisión en su partido. Miliband teme que se convierta en un lastre para su gobierno, si el Partido Laborista gana las elecciones de 2015. Clegg cree que con ello los demócratas liberales perderían los pocos votantes que les quedan, según las últimas encuestas. En resumen, están todos aterrados. Es como si Monty Python hiciera una parodia de la gran escena del tiroteo al final de la película <em>El bueno, el feo y el malo</em>. Tres pistoleros se observan entre sí bajo un sol abrasador, salvo que, en esta versión británica, están bajo la lluvia, armados con pistolas de agua y todos deseando, en privado, poder irse a tomar una taza de té.</span></div>
</div>
<div style="margin-bottom: 15px;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Pero no pueden irse, ni deben. Es cierto que Europa no es una de las grandes prioridades de los electores británicos. La gente está preocupada por el desempleo, el precio del combustible, los colegios, los hospitales, la criminalidad, la inmigración. Pero también le preocupa Europa. Cuando las cosas estén mejor en el país —si lo están alguna vez— y se haya aclarado cómo va a ser la UE después de la crisis, los ciudadanos querrán que se les consulte. Si los líderes de los tres grandes partidos, el Bueno, el Feo y el Malo —repartan los papeles según sus preferencias— se pusieran de acuerdo en esto, podrían incluso lograr que la cuestión europea no tenga tanta importancia en la política británica durante los dos próximos años.</span></div>
</div>
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</div>
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<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Ahora bien, no se trata de que aparquen el problema y confíen en que “el mañana nunca llegue”. El mañana llegará, en algún momento entre 2015 y 2020. Después de más de 40 años, volveremos a tener la oportunidad de mantener un serio debate sobre el lugar que ocupa el Reino Unido en Europa y el mundo, no la guerra artificial y manipulada por la prensa sensacionalista que hemos experimentado en los 20 años transcurridos desde los esfuerzos del entonces primer ministro conservador, John Major, para negociar el Tratado de Maastricht. El gobierno actual de conservadores y demócratas liberales y el gobierno posterior, sea de la tendencia política que sea, deberán preparar el terreno lo mejor posible, en colaboración con nuestros socios europeos, para obtener el acuerdo que sea más favorable a Gran Bretaña. Como acaba de demostrar el pacto sobre la unión bancaria en la eurozona, se puede hacer. En la UE hay gente a la que le alegraría librarse de nosotros (o como lo digan en francés), pero también hay muchos, entre otros los alemanes y los polacos, que quieren de verdad que el Reino Unido se quede.</span></div>
</div>
<div style="margin-bottom: 15px;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Como británico que lleva toda su vida profesional relacionado con Europa, la perspectiva de este gran debate sobre el referéndum me parece fantástica. A diferencia del pesimismo de muchos de mis amigos proeuropeos, creo que lo ganaremos. No creo que los británicos se hayan dejado atontar por los mitos euroescépticos y sensacionalistas de<em>The Sun</em> y <em>The Daily Mail</em> tanto como para decidir, después de enterarse de verdad de lo que es ser como Noruega (sin el petróleo) o Suiza, que la salida —Brexit, o Brixit— es la mejor opción para nuestro país. ¿Y si, a pesar de todo, eso es lo que deciden? Pues será un error histórico, pero será la decisión del pueblo. Yo creo en el proyecto europeo, pero creo todavía más en la democracia. Que hagan la pregunta, y que ganen los mejores argumentos.</span></div>
</div>
<div style="text-align: right;">
<a href="http://elpais.com/elpais/2012/12/21/opinion/1356089440_079361.html">publicado en www.elpais.com/elpais/2012/12/21/opinion</a></div>
Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-74490324898473064952013-01-21T13:00:00.000+01:002013-01-21T16:22:48.217+01:00La serpiente del paraíso | Alfredo Jocelyn-Holt<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlOb0x6D8GTuErNopuo_D7Dclbi5qBk5mNs4YVwNQm-yCvQj1q9vGKsTTadz_NxSrI3Huoc97lN4xjWZtCz7q6RRah4mnw_WK9p2BH63nrtX7ol7ltsfv1iu1o8k6H8qdTimlTrg/s1600/peggy-1.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlOb0x6D8GTuErNopuo_D7Dclbi5qBk5mNs4YVwNQm-yCvQj1q9vGKsTTadz_NxSrI3Huoc97lN4xjWZtCz7q6RRah4mnw_WK9p2BH63nrtX7ol7ltsfv1iu1o8k6H8qdTimlTrg/s320/peggy-1.jpeg" width="253" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Según Werner Muensterberger, “coleccionar es una de esas defensas que promete alivio temporal y provee nueva vitalidad porque cada nuevo objeto efectivamente otorga la sensación fantasiosa de omnipotencia”. El coleccionismo opera como “coraza protectora narcisista”. Estamos ante personas -los coleccionistas- quienes constantemente responden a heridas o experiencias de pérdida latentes, lo más probable que afectivas, que los predispone compulsivamente a hacerse de y acaparar objetos, antídotos contrafóbicos, a fin de apaciguar la frustración y, así, recuperar cierto equilibrio y autoestima, hasta volver a dar con un nuevo objeto. Tentación permanente: Collecting: An Unruly Passion (1994).</span><br />
<a name='more'></a></div>
<br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
</span>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Si les interesa el tema y a lo magnífico que nos puede llevar, no se pierdan la espléndida exposición de obras de la colección de Peggy Guggenheim en el Centro Cultural de La Moneda. Ella, una “Mansa Woman”, femme fatale, “Jewish-American Princess” (disculpen el estereotipo racista, pero algo dice de su biografía), extraordinaria marchand d´art, mecenas y, sobre todo, coleccionista de un cuanto hay: arte, amigos (Herbert Read, Duchamp, Breton, Matta, Calder, Mondrian, Alfred Barr), maridos (Max Ernst, entre varios), amantes (Roland Penrose, Tanguy, Samuel Beckett, Pollock…). Ella misma decía que se había encamado “prácticamente con todos los hombres que había conocido” (aunque sus gustos y ojo eran más acertados y variados que los del vulgar general Petraeus). Por último, como suele ocurrir con omnívoros sexuales insaciables, a la postre terminó contentándose con perros (Cappucino, Peacock, Toro, Foglia, Mme Butterfly, Sir Herbert, Sable, Cellida…); seres más fieles y, por cierto, no dados a opinar o a llevarle la contra a uno, con los cuales terminó “acostada”, para siempre, en la tumba de su palacio de Venecia. Perros, no gatos; igual, tenía algo medio “egipcio” esta virago y pope surrealista.</span></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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Otra dimensión a que nos lleva a reflexionar la notable muestra es la filantropía. El caso de Peggy Guggenheim, como todo con ella, es peculiar y extravagante. Si bien nació con plata, su riqueza era mucho menor que la del resto de su familia (en parte de origen salitrero, ergo la conexión con Chile); su padre murió joven en el Titanic y Peggy debió “ganarse” la vida como comerciante en arte, haciendo de mecenas a la vez que hábil mujer de negocios. De hecho, su afán altruista es distinto al de otros millonarios y benefactores norteamericanos famosos (Morgan, Vanderbilt, Mellon, Rockefeller). Pertenece a una generación posterior. Así, pues, se dedicó al arte contemporáneo, no porque lo prefiriera, sino porque resultaba una inversión más barata: los “grandes maestros” o habían sido ya comprados, o sus precios andaban por las nubes. Compraba a huevo y, en rachas compulsivas, hasta una obra a diario.</div>
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<br /></div>
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Tampoco hay atisbos de esa otra motivación de la filantropía en arte, la de querer apaciguar la mala conciencia, esa suerte de complejo puritano en que se pretende “pagar de vuelta” y congraciarse con una sociedad democrática. Peggy Guggenheim era progresista-vanguardista a la par que capitalista sin tapujos. Muy de nuestra época, su llegada a un Santiago en pleno capitalismo-víbora sin escrúpulos no puede ser más a tiempo.</div>
</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-11006657840099075452012-11-05T00:49:00.000+01:002012-11-05T00:54:22.029+01:00La sociedad de los iguales | Entrevista a Pierre Rosanvallon (José María Ridao)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZXpua-f-oNEUgn3obfxbAzWHtz9FeEKbCG89QAJsKOfMkn7EhX6oKNC2FoIeUbxV1PuUO2JWUbF0dRtR2AnvHzOOAR-TDlziKIfcZ71vWBLGNYafWBLDHTr8_JIbhuF76QZVHBQ/s1600/rosanvallon-sociedad-iguales.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZXpua-f-oNEUgn3obfxbAzWHtz9FeEKbCG89QAJsKOfMkn7EhX6oKNC2FoIeUbxV1PuUO2JWUbF0dRtR2AnvHzOOAR-TDlziKIfcZ71vWBLGNYafWBLDHTr8_JIbhuF76QZVHBQ/s400/rosanvallon-sociedad-iguales.jpeg" width="254" /></a></div>
<br />
<div style="background-color: white; line-height: 20px; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Con <em>La sociedad de los iguales (RBA), </em>el pensador <a href="http://elpais.com/tag/pierre_rosanvallon/a/" style="border-bottom-color: rgb(222, 42, 112); border-bottom-style: dotted; border-bottom-width: 1px; color: #de2a70; outline: none; padding: 2px 0px 1px; text-decoration: none;" target="_blank">Pierre Rosanvallon</a> (Blois, 1948) propone recuperar el papel central que la igualdad tuvo en la teoría y la práctica políticas hasta finales del siglo XX. Rosanvallon ocupa desde 2001 la cátedra de Historia de la política moderna y contemporánea en el <a href="http://www.college-de-france.fr/site/college/index.htm" style="border-bottom-color: rgb(222, 42, 112); border-bottom-style: dotted; border-bottom-width: 1px; color: #de2a70; outline: none; padding: 2px 0px 1px; text-decoration: none;" target="_blank">Collège de France</a> y, al tiempo, es director de la <a href="http://www.ehess.fr/fr/" style="border-bottom-color: rgb(222, 42, 112); border-bottom-style: dotted; border-bottom-width: 1px; color: #de2a70; outline: none; padding: 2px 0px 1px; text-decoration: none;" target="_blank">Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales</a>. Intelectual afín al Partido Socialista francés y obsesionado por las formas de repensar la democracia —no en vano a este fin creó en 2002 un “taller intelectual” denominado La República de las Ideas—, en su nueva obra aborda cómo la caída del sistema comunista, por un lado, y la revolución conservadora encabezada por Margaret Thatcher y Ronald Reagan, por otro, desplazaron el centro de interés hacia la eficiencia en la gestión económica, que se identificó con el funcionamiento de los mercados desregulados. La abundancia que se generaría haría irrelevante la preocupación por la igualdad.</span><br />
<a name='more'></a></div>
<div style="background-color: white; line-height: 20px; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>Pregunta.</strong> Usted no propone identificar nuevos instrumentos para promover la igualdad sino redefinir el concepto.</span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 20px; margin-bottom: 15px;">
</div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>Respuesta.</strong> Hasta ahora la igualdad se ha pensado remitiéndola a la idea de justicia y también identificándola con el igualitarismo, como sucedió en el siglo XIX. El concepto que sugiero entiende la igualdad como relación social. De lo que se trata es de vivir como iguales, reconociendo la singularidad de cada cual. La experiencia de las utopías igualitarias, que acabaron en el totalitarismo, hizo que incluso la izquierda prefiriese hablar de equidad y no de igualdad. A mi juicio, claro que hay que hablar de igualdad, pero entendiéndola como relación social y no como distribución igualitaria.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>P.</strong> Se ha preferido hablar de equidad pero también circunscribir la igualdad a la igualdad de oportunidades. Usted ve esta evolución con reservas.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>R</strong>. En último extremo, se convierte en una forma de legitimar la desigualdad. Si se alcanzara una igualdad de oportunidades perfecta, entonces las desigualdades serían naturales y, por tanto, habría que resignarse a aceptarlas. Dada la infinita variedad de talentos y habilidades de los individuos, la sociedad sería inhabitable. Mi idea es que son necesarias políticas que fomenten la igualdad de oportunidades —pensemos en la sanidad o en la educación—, pero que la igualdad de oportunidades no puede convertirse en una filosofía.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>P.</strong> Políticas, en definitiva, que corrijan el desequilibrio que usted observa entre ciudadanía política y ciudadanía social.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px;">
</div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>R.</strong> Al desaparecer el horizonte del igualitarismo tras el fracaso del socialismo de la colectivización, solo sobrevivió la idea de la igualdad de oportunidades. Blair y la tercera vía la colocaron en el primer plano de la reflexión y de la acción de gobierno, pero no definieron una visión social alternativa. Las desigualdades crecieron y, como dijo Rousseau, la desigualdad material no es un problema en sí misma, sino solo en la medida en que destruye la relación social. Una diferencia económica abismal entre los individuos acaba con cualquier posibilidad de que habiten un mundo común.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>P.</strong> Definir una visión social alternativa partiendo de la igualdad, ¿no es lo que hicieron las utopías del siglo XX?</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>R.</strong> Para esas utopías la humanidad es la vez única y múltiple, porque los individuos son individuos pero deben acabar pareciéndose. Yo parto de una visión distinta de la emancipación. A mi juicio, la emancipación consiste en promover la singularidad y, al mismo tiempo, la vida en común desde la singularidad. No se trata de que los individuos sean iguales, sino que vivan como iguales. Es, por ejemplo, el caso de la pareja moderna, que no se entiende como célula social, sino como un vínculo entre dos singularidades.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>P.</strong> Usted sostiene que el crecimiento de la desigualdad no es hoy una herencia del pasado, sino una ruptura con él.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>R.</strong> Antes de que estallase la Primera Guerra Mundial se inició una transformación silenciosa inspirada por imperativos morales pero también por el miedo a la revolución. Los gobiernos estaban convencidos de que, para evitarla, era preciso emprender reformas sociales que redujeran la desigualdad. A partir de los años 70 del siglo pasado empiezan a cambiar las cosas. Se pasa de un capitalismo de organización a un capitalismo de innovación. Coincide, además, con que el miedo a la revolución desaparece tras la caída del muro de Berlín. Deja de existir cualquier horizonte alternativo.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>P.</strong> Sorprende su afirmación de que es preciso renacionalizar para fortalecer el espacio común de los ciudadanos. Al menos en España, la experiencia parece ser la contraria.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px;">
</div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>R.</strong> Hablo de renacionalización en el sentido de rehacer el Estado de bienestar, no en el de profundizar las identidades. Entiendo la nación como el espacio pertinente de solidaridad y redistribución. Pero resulta que los fundamentos morales y filosóficos de la nación, de la nación en el sentido en que yo empleo el concepto, están desagregándose. Atravesamos una crisis económica en la que la solidaridad resulta imprescindible, a menos que quieran afrontar grandes catástrofes.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>P.</strong> ¿Y no será que esos fundamentos se están desagregando porque hay menos que redistribuir? La política alemana, por ejemplo, está generando graves problemas en la Europa del Sur.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>R.</strong> Cuando se estableció el euro se perdió de vista que una moneda común no era solo un instrumento de regulación, sino también de solidaridad. Como instrumento de regulación, el euro funciona correctamente. Pero no ocurre lo mismo por lo que respecta a esa segunda dimensión. Al hablar de Europa hay una cifra que no puede olvidarse: desde la entrada en vigor del Tratado de Roma, el presupuesto común nunca ha superado el 1% del PIB europeo. Todo lo que la Unión puede redistribuir entre los miembros se reduce a ese porcentaje.</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>P.</strong> ¿Sobrevivirá el euro?</span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><strong>R.</strong> En economía se suele producir la paradoja de que hay quien prefiere perder 4.000 millones de euros antes que gastar mil en beneficio de todos. Si esta paradoja se confirmase también ahora, el euro no tendría garantizada su existencia.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="margin-bottom: 15px; text-align: right;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><a href="http://cultura.elpais.com/cultura/2012/10/23/actualidad/1351011572_284875.html">publicado en www.cultura.elpais.com/cultura/2012/10/23</a></span></div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-31009991125730137102012-11-05T00:43:00.000+01:002012-11-05T00:44:40.587+01:00No es que fallen, mienten | Alfredo Jocelyn-Holt<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlPfksI5tDtIgH61lMXYVBHKjKr9Y5cm70U2Baf0wuLBoyf2dkWkoOXnUUhpSNaQFxpHl0_huMsFTjy_NkpOwu1S1plMdTBAA1aNerT_b877SAK68M5dDFNEPARyZEAVj6JuAqSg/s1600/Captura+de+pantalla+2012-10-21+a+las+04.48.43.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="287" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlPfksI5tDtIgH61lMXYVBHKjKr9Y5cm70U2Baf0wuLBoyf2dkWkoOXnUUhpSNaQFxpHl0_huMsFTjy_NkpOwu1S1plMdTBAA1aNerT_b877SAK68M5dDFNEPARyZEAVj6JuAqSg/s400/Captura+de+pantalla+2012-10-21+a+las+04.48.43.png" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Inducen a error. Cómo serán de dudosas las encuestas que en inglés (en cuyos mundos parlantes éstas se han desarrollado más) se usa el mismo término “polls” para referirse tanto a votos legítimamente emitidos y en urnas como, intencional el equívoco, a estas otras mediciones pitonisas. Según J. B. Priestley, el dramaturgo inglés, son pueriles; “los sondeos de opinión son como los niños en el jardín, excavan cosas todo el tiempo para ver cómo están creciendo”.</span><br />
<a name='more'></a></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Sus fallas más graves serían epistemológicas. Las encuestas pretenden medir científicamente una subjetividad que puede variar, puede que nunca haya sido explícita o vaya a saber uno cómo los responsables se hicieron de la supuesta evidencia. La desconfianza viene de muy atrás. Los antiguos tachaban de “doxa” la mera opinión vulgar, para ellos no un conocimiento certero. Burke y De Tocqueville advertían sobre la “tiranía de la opinión” cuando, por ejemplo, un emisor, reacio a opinar, desacostumbrado a usar ciertas palabras o a situarse en el contexto de la pregunta que se le hace, reproduce solícitamente la actitud (interesada, solapada) de quien le pide su opinión. De Tocqueville fue hasta más lejos; cuestionó que en EE.UU. pudiese existir libertad de opinión, dada la propensión de ese país por consensos generalizados.</span></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De ahí, entonces, que a menudo las jornadas electorales suelan desmentir cualquier pretensión “objetiva” previa en querer captar el pulso social de mayorías, además, volátiles e impredecibles. La presidencial de 1948 en EE.UU. es el más bochornoso caso conocido. Los sondeos daban por muerto a Harry Truman. El Chicago Tribune adelantó ejemplares con “Dewey derrota a Truman” a toda plana el día después de la elección, y que el presidente se refociló en exhibir ante las cámaras; la foto dio vuelta al mundo. Una década después seguía refregándoles el obituario a agoreros tan poco serios: “Hasta este día sus reputaciones no han sido totalmente repuestas y su influencia está muy reducida” (<i>Memoirs</i>, 1946-1952, vol. II).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Habermas, en su conocido libro sobre la historia y crítica de la opinión pública, vincula estos sondeos a la industria del marketing político, a técnicas de investigación de mercado post Segunda Guerra Mundial, a propagandistas camuflados de “neutrales publicitarios”, interesados en “vender política impolíticamente” y generar “climas de opinión” que, luego, las elecciones, a lo sumo, “plebiscitan”. La mejor prueba de esta aniquilación de la opinión pública es lo que ha venido ocurriéndoles a la sociología y ciencia política, disciplinas alguna vez lúcidas, indispensables, pero que, de tanto dedicarse a indexaciones vacías de fundamento cualitativo, han perdido crédito. Actualmente, los sociólogos y cientistas políticos son a la política lo que los ingenieros comerciales son a la economía.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por último, por qué no pensar las elecciones en función de quienes pierden, no quienes ganan. ¿Quién gana elecciones hoy? ¿Qué significa ganar? ¿Ganó Bachelet el 2006? (en menos de dos meses de asumir vino el “Pingüinazo”). ¿Ganó Obama el 2008? (¿qué ha hecho?). ¿Piñera el 2010? (perdió la Concertación). ¿Rajoy y el PP el 2011? Las encuestas no predicen “escenarios post” confusos, a la postre decisivos; de ahí que sirvan también de muy poco.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
<a href="http://www.latercera.com/noticia/opinion/ideas-y-debates/2012/11/895-491473-9-no-es-que-fallen-mienten.shtml">publicado en www.latercera.com/noticia/opinion/ideas-y-debates/2012/11</a></div>
</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-55917521921878751972012-11-05T00:36:00.000+01:002012-11-05T00:38:34.294+01:00“Las redes sociales no harán la revolución” | Entrevista al antropólogo Marc Augé (Mónica Andrade)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhk8wL5GgPideOLheYc55bmI6AkS1kADiavALYxxHkhH-j3XyLP_jTQW3oa9XrCcA2JdW_HBZTahX60KDhemIiqneBu3VlL3TfNlsUFJ-JPQbWqnlmOmvHUpdAbl_nKXvyg5O1vyw/s1600/futuro-marc-auge_iZ5737XvZmXpZ1XfZ28968300-433099245-1.jpgXsZ28968300xIM.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="362" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhk8wL5GgPideOLheYc55bmI6AkS1kADiavALYxxHkhH-j3XyLP_jTQW3oa9XrCcA2JdW_HBZTahX60KDhemIiqneBu3VlL3TfNlsUFJ-JPQbWqnlmOmvHUpdAbl_nKXvyg5O1vyw/s400/futuro-marc-auge_iZ5737XvZmXpZ1XfZ28968300-433099245-1.jpgXsZ28968300xIM.jpeg" width="256" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 22px;"><i>Futuro</i></span><span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 22px;"> es el título del libro de Marc Augé que Adriana Hidalgo Editora acaba de publicar en la Argentina. Allí, el antropólogo francés ofrece una visión menos pesimista de lo que cabría esperar en estos “convulsos tiempos de crisis” y propone el modelo científico como única vía para construir una sociedad en la que la meta sea el conocimiento. Augé conjuga ciencia y futuro para combatir los miedos que nos atenazan y nos hacen vivir en un eterno presente. </span></div>
<span style="background-color: white;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 22px;"><br /></span></span></div>
<span style="background-color: white;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;">Después de acuñar términos como sobremodernidad y no lugar, defiende la búsqueda de la verdad para dominar el porvenir y dar sentido a la vida.</span><span style="line-height: 22px;"> </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
Infatigable viajero por Africa y América Latina, vive ahora en París y da continuos saltos a Italia, donde ha publicado primero su última obra. Los avances tecnológicos, la construcción de la identidad individual y colectiva y el papel de la educación en el progreso de la humanidad son los ejes de la conversación que mantuvimos con él en el Jardin de Plantes parisino. Su pensamiento fluye entre breves disquisiciones mientras continúa interrogándose por las cuestiones fundamentales del hecho humano.<br />
<a name='more'></a></div>
</span><div style="text-align: justify;">
<strong style="background-color: white; line-height: 22px;"></strong><br />
<div style="display: inline !important;">
<div style="display: inline !important;">
<strong style="background-color: white; line-height: 22px;"><strong>-¿Qué caracteriza a la sociedad en estos primeros años del tercer milenio y qué papel juega el arte dentro de ella?</strong></strong></div>
</div>
</div>
<strong style="line-height: 22px;">
<div style="text-align: justify;">
<strong><br /></strong></div>
</strong><span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
-Vivimos una crisis de dimensiones planetarias que trasciende la economía. No es sólo financiera o sólo política o sólo social, ni tampoco empezó ayer. El tercer milenio ha llegado cargado de miedos y no podemos excluir que en el futuro los historiadores hablen algún día de una Crisis de los Cien Años refiriéndose a este período. La escala de la vida es ahora planetaria pero sólo en algunos aspectos porque la sociedad no es planetaria y sí lo son la tecnología y la economía. Esa diferencia, que provoca grandes miedos, es la que hoy está mostrando el arte. El arte debe ser capaz de expresar a la sociedad, el mundo en el que vivimos. La gran dificultad estriba en tomar distancia con respecto a un estado de sociedad que, sin embargo, debe expresar para que pueda ser comprendido. Las formas de arte contemporáneo, al proponernos lo que vemos todos los días, nos perturban; transforman los objetos usuales y familiares en objetos de reflexión y, por eso, lejos de sublimar lo real, lo subvierten. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<strong style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
<strong>-¿Qué nuevos rostros adopta la cultura hoy en Francia?</strong></div>
<div style="text-align: justify;">
<strong><br /></strong></div>
</strong><span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
-Detecto una gran vitalidad de la cultura y creo que los artistas están jugando un papel importante en el que proponen muchas preguntas y responden muy pocas. A menudo voy a exposiciones de arte contemporáneo, sobre todo de jóvenes artistas, y observo cómo están tomando conciencia de las contradicciones, de los aspectos problemáticos del mundo contemporáneo y cómo tratan de explicarlo a su manera. Me llama también la atención el hecho de que en el teatro se hagan más performances que obras en el sentido clásico de la palabra. En general, las artes plásticas están poniendo en escena los nuevos medios de comunicación e interrogándose sobre ellos. Algunos artistas resultan desconcertantes, sorprenden, no trasladan un mensaje, no ofrecen respuestas, sólo proponen preguntas y, además, lo hacen de manera indirecta. Son un poco como los etnólogos, se sorprenden, observan.</div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<strong style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
<strong>-¿Cómo influyen los nuevos formatos en las características culturales en el nuevo milenio, en la sociedad de la información?</strong></div>
<div style="text-align: justify;">
<strong><br /></strong></div>
</strong><span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
-Por un lado, los medios tecnológicos nos hacen creer que vivimos en un tiempo en el que son posibles la ubicuidad y la instantaneidad. Son instrumentos muy potentes, una creación magnífica pero que, por otro lado, pueden suscitar ilusiones… enseñar cosas a quienes ya las saben. No son un instrumento pedagógico ni es posible que lo sean y, desde este punto de vista son una fuente de ilusión. Además son instrumentos de identidad pasiva y lo peor es que nos hacen perder la dimensión del tiempo y del espacio. Como dice Paul Virilio, la instantaneidad del tiempo está matando el espacio, el tiempo real de las transmisiones en directo devora el espacio, la geografía. En cierto sentido, son una negación del espacio y del tiempo. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<strong style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
<strong>-¿Qué consecuencias se derivan de esa negación?</strong></div>
<div style="text-align: justify;">
<strong><br /></strong></div>
</strong><span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
-Es decisiva para la identidad, sea ésta individual o colectiva, nacional o de cualquier otro género. La cuestión es importante porque estamos en un mundo global para las identidades colectivas y en un mundo donde la individualidad se expresa a través del consumo. Cualquier identidad se crea a través de una negociación perpetua con la alteridad. Tenemos padres, parientes, orígenes, relaciones de amistad, etc. y todo eso nos constituye pero, a través de lo que llamamos redes sociales, no establecemos relaciones de verdad sino comunicación, hechos de comunicación. Una relación se construye a través del tiempo y del espacio. La prueba es que incluso los grandes mandatarios del mundo, a pesar de que disponen de todos los medios tecnológicos, necesitan verse y reunirse de vez en cuando. Tienen la intuición de que eso significa otra cosa. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<strong style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
<strong>-¿Estamos concediendo demasiado poder a esas redes sociales?</strong></div>
<div style="text-align: justify;">
<strong><br /></strong></div>
</strong><span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
-Les estamos otorgando unos poderes que no tienen. Esos medios de comunicación son medios, no son una finalidad, no crean un mundo por sí mismos. Por supuesto no hay que condenarlos pero sí entender qué podemos esperar de ellos. No te permiten ser más sabio, ni tomar más conciencia sobre tu propia vida. Lo cierto es que la identidad se construye a través de la alteridad y que las relaciones son hoy todavía más importantes porque tenemos que construir un mundo, un mundo planetario que todavía no lo es y que se va a construir a través de la historia, que todavía no ha acabado y que nunca fue una cosa simple ni tranquila ni pacífica. Por eso, tenemos que establecer relaciones a nivel local, nacional, internacional y necesitamos utilizar esos medios como lo que son, simples medios. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<strong style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
<strong>-¿Cómo se construye ese mundo, con qué herramientas?</strong></div>
<div style="text-align: justify;">
<strong><br /></strong></div>
</strong><span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
-Esa construcción solo puede llevarse a cabo a través de una política sistemática de educación. Es lo que llamo la utopía de la educación. Nuestra aspiración debe ser que cada uno estudie lo que quiera y lo haga durante el mayor tiempo posible. Sé que el modelo que propongo cuesta mucho dinero, pero si no lo hacemos, al menos parcialmente, es probable que nos encontremos con una catástrofe. En Europa se dice a menudo que la universidad tendría que preparar para el trabajo. No es así. La universidad tendría que ser un lugar de formación, de reflexión, sin ningún interés concreto. Por supuesto que entiendo que los jóvenes tienen que trabajar pero el trabajo debe ser una consecuencia, no una finalidad inmediata. La universidad no es el espacio para aprender un oficio. Para eso ya están las escuelas profesionales y esas las hemos reservado a las clases pobres con la orientación cada vez más precoz. Esta es la desigualdad fundamental y por eso yo propongo esa especie de utopía en la que las personas puedan estudiar lo que quieran durante largo tiempo. Entiendo que alguien me diga que eso no es realista, pero podría ser real y dar paso a una realidad más justa, más plural y plena para todo el mundo… una utopía</div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<strong style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
<strong>-En Francia, el presidente François Hollande convirtió la educación en el eje central de su campaña y ahora ha anunciado la contratación de miles de profesores...</strong></div>
<div style="text-align: justify;">
<strong><br /></strong></div>
</strong><span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
-Sí, es verdad, pero esto no es suficiente. Es verdad que se puede empezar con pequeñas iniciativas pero yo hablo de la educación en el sentido del conocimiento. Detecto una terrible progresión de la ignorancia, incluso en países muy desarrollados como Estados Unidos. Algunos estudios han puesto de manifiesto una enorme ignorancia entre amplias capas de población. Esa ignorancia es la que luego da pie a las supersticiones, un fenómeno que se desarrolla a medida que desaparecen las enseñanzas de filosofía, literatura, cultura clásica… </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<strong style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
<strong>-¿Provoca también que se simplifiquen los mensajes políticos?</strong></div>
<div style="text-align: justify;">
<strong><br /></strong></div>
</strong><span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
-No estoy seguro de que los políticos lo hagan a propósito. Creo más bien que es una expresión de su tiempo. Me llama la atención el escaso nivel del debate político en los Estados Unidos de cara a las elecciones presidenciales. Se trata de elegir al jefe del mundo y, la verdad, da miedo. Por otro lado, creo que la tendencia a creer que todo el poder de un país o de una región están en manos de una sola persona es algo pueril. Hay algo no democrático en este fenómeno. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<strong style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
<strong>-En Futuro habla de los nuevos miedos que caracterizan a nuestra sociedad.</strong></div>
<div style="text-align: justify;">
<strong><br /></strong></div>
</strong><span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
-Sí, ha desaparecido el miedo a una guerra convencional pero han aparecido otros. Miedos económicos, a las catástrofes ecológicas, al terrorismo informático… Además, la brecha social entre pobres y ricos se agranda cada día tanto en los países emergentes como en los denominados desarrollados y las clases medias temen perder su posición y entrar en la tercera clase. Esta es una de las caras más visibles de la contemporaneidad.</div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<strong style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
<strong>-Una consecuencia más de la crisis económica…</strong></div>
<div style="text-align: justify;">
<strong><br /></strong></div>
</strong><span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
-Hemos otorgado el poder a la especulación financiera. Detrás de los mercados, tan frágiles y susceptibles, hay una realidad que es la especulación. La economía real no es la que domina el mercado sino las finanzas, su dimensión especulativa. Hace 30 años había una realidad más visible de la economía real y creo que hay una relación entre esa tecnología y la especulación financiera. He leído que es posible especular no sólo instantáneamente sino con una antelación, vender algo antes de comprarlo…Compras y vendes a través de ordenadores y, de vez en cuando, ocurre una catástrofe. Estas prácticas son escandalosas, provocan catástrofes sociales y no tienen nada que ver con la producción.</div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<strong style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
<strong>-¿Podemos aprovechar esta crisis para extraer alguna consecuencia positiva?</strong></div>
<div style="text-align: justify;">
<strong><br /></strong></div>
</strong><span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
-Mucha gente ha tomado una conciencia más clara de lo que es la riqueza y observa con preocupación las enormes diferencias salariales. El salario ¿es acaso la medida del mérito? Hollande ha introducido un impuesto para rentas superiores al millón de euros anuales. ¿Un millón de euros? ¡Qué barbaridad, cuando el salario mínimo no llega en muchos casos a los 1.000 euros! ¿Qué pensamos de un profesor que después de 20 años de trabajo gana 2.000? ¿Lo despreciamos?. Si nos moviéramos en un solo país y no en una escala planetaria, diría que estamos en una situación prerrevolucionaria. Pero ahora todo es más complicado; las redes sociales no van a hacer la revolución. Cuando se dice que estaban en el origen de los movimientos de la primavera árabe… es una afirmación muy parcial porque había mucha gente, muchos pobres que no tenían acceso a ninguno de estos medios y que pudieron ser movilizados por ejemplo por los imanes. Digamos, de manera muy general, que en los países árabes coexisten dos hechos contradictorios, el de una desigualdad social muy grande y una religiosidad que puede ser utilizada debido a la pobreza.</div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<strong style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
<strong>-Propone la ciencia como modelo para la política y la vida social. </strong></div>
<div style="text-align: justify;">
<strong><br /></strong></div>
</strong><span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
-Es el único dominio a propósito del cual se puede hablar de progreso, de progreso en el conocimiento. A veces se habla de cientismo pero eso no es la ciencia. La ciencia es un modelo de modestia frente a muchas demostraciones de orgullo. La historia de la ciencia es la del desplazamiento progresivo de las fronteras de lo desconocido, con sus correcciones y rectificaciones. El único sector de la actividad humana donde la noción de progreso, en el sentido de acumulación de conocimientos, deriva de la evidencia es también aquel donde se cuestionan sin cesar las nociones de certeza, verdad y totalidad. Funciona un poco como un existencialismo, cuando la existencia precede la esencia. Podríamos utilizar este modelo en la vida política y proyectar un modelo de forma más empírica y científica a partir de unos principios y luego medir la progresión.</div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<strong style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
<strong>-¿Cuáles deberían ser esos principios?</strong></div>
<div style="text-align: justify;">
<strong><br /></strong></div>
</strong><span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
-La igualdad de los individuos y el conocimiento. Dar absoluta prioridad al conocimiento que es algo que ahora no hacemos. Cuando hablamos de desarrollo nos referimos muchas veces a la investigación en las empresas y esta no es investigación fundamental sino algo que tiene que ver con la innovación, con la mejora de los productos para hacer progresar el consumo. Desde luego, no es la que va a responder a nuestras preguntas sobre nuestra presencia y actividad en el mundo. Hemos progresado mucho en el conocimiento sobre el universo pero, como decía Pascal, el silencio infinito de estos espacios infinitos me asusta. </div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<strong style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
<strong>-¿Por dónde pasa hoy el verdadero conocimiento?</strong></div>
<div style="text-align: justify;">
<strong><br /></strong></div>
</strong><span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
-Pasa por la unificación de todos los saberes incluida la ciencia. No debemos oponer la literatura a la filosofía, a la ciencia. Estoy seguro de que los grandes sabios científicos son también filósofos. Debemos dirigirnos hacia una sociedad en la que el conocimiento sea la meta y la prosperidad una consecuencia. La ciencia avanza tan rápido que no podemos imaginar cuál será el estado de nuestro conocimiento dentro de 50 años pero lo que es seguro es que vamos a progresar en dos direcciones: el conocimiento sobre el universo y sobre la naturaleza del ser humano. El hecho humano permanecerá, sean cuales fueren los avances de la ciencia. ¿Qué es la vida?, ¿qué es la conciencia? Es una aventura fascinante y hablaremos de ello dentro de unos siglos.</div>
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 22px;"><br /></span></div>
<strong style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
<strong>-¿Cómo ve el futuro de Europa?</strong></div>
<div style="text-align: justify;">
<strong><br /></strong></div>
</strong><span style="line-height: 22px;"><div style="text-align: justify;">
-Espero que de la crisis nazca una Europa más fuerte. No puedo imaginar un retroceso, sería algo terrible, un fracaso. Como el resto, Europa está mundializada y no puede existir fuera de las reglas del mercado capitalista. Ahora todos los desafíos son planetarios y Europa podría jugar un papel muy importante en el planeta pero a condición de que siga existiendo como tal. El problema de Europa es que se agrandó antes de saber lo que sería. La construcción se hace lentamente, Europa tiene que pensar su unidad. Es la historia, pero claro, un siglo no es nada en la escala de la historia aunque lo es todo en la escala de un individuo. Ese es nuestro problema, que no llegaremos a ver muchas cosas, aunque no se trate de utopías.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
<a href="http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/redes-sociales-haran-revolucion_0_799720051.html">publicado en www.revistaenie.clarin.com/ideas/redes-sociales</a></div>
</span></span></span>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-80123882123344756242012-11-05T00:29:00.001+01:002012-11-05T00:29:58.745+01:00"La capucha es el rostro del pueblo" | Alfredo Jocelyn-Holt<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNFyl0U9x70k3eM-RNes-7FzaOnZ0aZfT68oMXAEyJ2rNg5YPq3wQCJd2_hAlhzVYv03KPGJX9tiodRzbvafn3XYu5xwN40tadb0YgPeAuMuj3GMyM42yCfFqLU9WQM7RT0Vpp2Q/s1600/9177_1319845473.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNFyl0U9x70k3eM-RNes-7FzaOnZ0aZfT68oMXAEyJ2rNg5YPq3wQCJd2_hAlhzVYv03KPGJX9tiodRzbvafn3XYu5xwN40tadb0YgPeAuMuj3GMyM42yCfFqLU9WQM7RT0Vpp2Q/s400/9177_1319845473.jpeg" width="225" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La consigna que me sirve de título corresponde a un rayado callejero afuera de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Chile que quedara tras el paso de una de las tantas marchas estudiantiles a que se nos tiene acostumbrados. Seguramente proviene de la misma mano detrás de otros excesos verbales -“Somos la Jungla”, “Caos Sosial” (sic)- y de un sinnúmero de actos violentos por todos conocidos.</span></div>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
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El que estos rayados anónimos se sitúen fuera del campus Beauchef podría hacernos pensar -seamos generosos- que quienes llaman a estas manifestaciones están exentos de responsabilidad. Así y todo, ¿también debemos librar de responsabilidad a la comunidad académica que acepta que se exhiban murales y “animitas”, de dudoso valor estético e ideológico, que ensalzan a estos “encapuchados” y a la vía armada (v. gr. una mujer-metralleta y un “con amor y rabia los recordaremos”) en el patio central de otro de los campus de la misma universidad? Aludo a la Facultad de Filosofía y Humanidades, en el campus Juan Gómez Millas.<br />
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Es que, más grave aún, en esta facultad, la semana pasada, un profesor fue brutalmente agredido por encapuchados. Sufrió un intencional botellazo con pintura, quebrándole la nariz y comprometiendo un ojo. Amenazaron con matarlo y, no menos desafiantes, vociferaron que incendiarían la facultad. Auto y acompañantes rumbo a la clínica fueron también atacados.</div>
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Consternación y condenas no han faltado. Ello no obstante, algunos académicos culpan a Carabineros, apostados afuera del recinto, por no interceder. Académicos que, seguro, serían los primeros en repudiar cualquier atropello de la supuesta “autonomía” territorial. Por su parte, grupos anarquistas en sus blogs han tildado al profesor de colaboracionista porque habría tratado de impedir a los “capuchas”, de ahí que “no se la sacara barata”; “quienes quieren actuar como policías han de ser tratados como tales… ya sabemos qué hacer con esos hombrecillos”, proclama el blog.</div>
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Encapuchados, barricadas, vandalismo, quema de buses y enfrentamientos periódicos con Carabineros no son ninguna novedad en Gómez Millas. Se ha asaltado depósitos de libros para luego quemarlos. Autoridades han sido amenazadas de muerte. Profesores que objetan estas prácticas han sido “funados” por redes sociales; a otros se les insulta en la cara. Tengo entendido (o si no corríjanme) que ningún alumno ha sido sumariado y expulsado por estos actos. Al contrario, autoridades suelen negar la participación de universitarios, lo cual contradice lo que otros académicos (ninguno reaccionario) afirman en privado. Y, bueno, sí, están también las “animitas” y un ubicuo espantapájaros encapuchado (ángel guardián) que recién mencionábamos.</div>
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Unos “memoriales” cuyo sustento ideológico hemos de entender como ¿exógeno, extra académico?; o más torcido el argumento, ¿puramente “académico”? ¿Nadie de “adentro” permite, fomenta, celebra, este clima y sesgo ultrista? ¿Nadie alberga la esperanza y convicción de que la Universidad de Chile puede, debe, convertirse, gracias a esta coyuntura convulsionada en la que estamos, en una institución puramente “popular”, y este campus en su vanguardia más de punta? La celebración del “capucha” comprometido, hasta ayer, seguía donde mismo.</div>
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<a href="http://www.latercera.com/noticia/opinion/ideas-y-debates/2012/10/895-488064-9-la-capucha-es-el-rostro-del-pueblo.shtml">publicado en www.latercera.com/noticia/opinion/ideas-y-debates/2012/10</a></div>
</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-32856778863604670872012-11-05T00:22:00.000+01:002012-11-05T00:23:22.929+01:00Las razones del federalismo | Ramón Máiz<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBnbk368OG8p5zrZT5Lj0ze0MKFWRqxzOcWePSgOVFGVLFtasRLo3cb9WHJlK4IHeIl5DvI52ff55R7aC7BnZe-nFN-f6lRPI8W9VIm_KuEr1HE-c4vtN7i1MsoZMNr5_pfIloPw/s1600/el-federalista.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="261" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBnbk368OG8p5zrZT5Lj0ze0MKFWRqxzOcWePSgOVFGVLFtasRLo3cb9WHJlK4IHeIl5DvI52ff55R7aC7BnZe-nFN-f6lRPI8W9VIm_KuEr1HE-c4vtN7i1MsoZMNr5_pfIloPw/s400/el-federalista.jpeg" width="400" /></a></div>
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<div style="background-color: white; line-height: 20px; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Hemos estado haciendo federalismo sin saberlo o sin decirlo durante demasiado tiempo. La apertura e indeterminación de la Constitución española de 1978, la autonomía como un principio dispositivo susceptible de muy diversas concreciones fue, sin duda, un gran acierto de la Transición. Otorgó un gran protagonismo a los actores (Gobiernos central y autónomos, partidos políticos) que permitió diversos ritmos y niveles de autogobierno. Sin embargo, esta inicial virtud devino en fuente de crecientes problemas y las mismas razones de su éxito original se convirtieron en fuente de innegables disfuncionalidades y recentralizaciones.</span><br />
<a name='more'></a></div>
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<div style="line-height: 20px; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Esta contingencia crónica ha generado tres efectos muy negativos. En primer lugar, la confusión, cuando no la tergiversación, de lo que supone el federalismo como sistema y tradición política democrática. España es, de hecho, el único país del mundo en el que para buena parte de la opinión la federación no implica la construcción de una Unión federal, sino la “balcanización” y la “fractura” del Estado. Habrá que sospechar, sin embargo, que alguna suerte de virtualidad política tendrá el federalismo cuando más del 55% de la población mundial (65% del PIB global), vive bajo distintos arreglos federales. En segundo lugar, ha impedido que los españoles nos reconozcamos como ciudadanos de un sistema que ha llegado a ser de hecho —a saltos y con déficits— un sistema político federal. La federalización del Estado de las autonomías es innegable, y así se reconoce en las investigaciones de política comparada, pues posee el núcleo esencial de toda federación: niveles sustantivos de autogobierno y Gobierno compartido garantizados constitucionalmente. En tercer lugar, tan reiterada ambigüedad ha impedido asimismo no solo entender cabalmente el funcionamiento del sistema, sino disponer de un proyecto de futuro que, basándose en un análisis riguroso de sus principales problemas, señale un horizonte de reformas preciso y contrastado en otros países federales.</span></div>
<div>
<div style="background-color: white; line-height: 20px; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¿A qué nos referimos cuando hablamos de federalismo? En primer lugar, al <em>abandono del concepto y vocabulario de la soberanía,</em> que implica la exorbitante exigencia de un centro monopolizador del poder político, indelegable e indivisible. La visión federal de la democracia reemplaza la concepción jerárquica y piramidal del poder político —“mando y control”— por otra bien diferente: horizontal, de competencias repartidas, en red, pero coordinadas (federadas). En su propia etimología, el federalismo remite a la construcción política de la confianza <em>(fides)</em> mediante pacto entre iguales <em>(foedus).</em> Si la soberanía siempre constituyó un imposible sueño de la razón en la historia del pensamiento, en el ámbito de nuestro sistema político multinivel, la Unión Europea, carece simplemente de sentido. Demasiado caro está pagando Europa haber abandonado el aliento federal originario, para abandonarse a las resistencias “soberanas” de Estados inanes ante los mercados financieros. En segundo lugar, el federalismo postula la construcción de un Estado de Estados, o lo que es lo mismo la <em>articulación de autogobierno y gobierno compartido.</em> Esto es, un equilibrio negociado y respetado que concilie la mayor autonomía política de las partes con la inclusión participativa en una voluntad común. Las evidencias empíricas disponibles en nuestro país contradicen las percepciones sobre la ruinosa complejidad de este modelo. En lo que respecta al autogobierno, la proximidad de las autonomías a las preferencias de los ciudadanos ha permitido aumentar la calidad de las políticas públicas, disminuir los costes de su provisión, experimentar soluciones diferentes, innovar y competir. La merma de control en razón de la mayor dificultad en la atribución de responsabilidades se ha resuelto parcialmente mediante aprendizaje cívico y voto sofisticado. En lo que atañe al gobierno compartido, los estereotipos sobre el fracaso de las relaciones intergubernamentales multilaterales tampoco se sostienen: es constatable un aumento continuo (si bien heterogéneo) de la actividad de los órganos multilaterales, con predominio de estrategias de búsqueda de soluciones. Surge también una demanda de no duplicación y coordinación no jerárquica de la Administración y Gobierno centrales. Se suele hablar a estos efectos de federalismo cooperativo y es evidente que el sistema español ha generado mecanismos valiosos de cooperación. Debe, sin embargo, discutirse muy bien su alcance, porque el “federalismo cooperativo” de impronta alemana se basa en una peculiar tradición de Gobierno neocorporativo y de consenso que no solo diluye las responsabilidades políticas de los diferentes niveles, sino que genera continuas trampas de decisión conjunta y alberga una innegable recentralización de las competencias estatutarias.</span></div>
</div>
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<div style="line-height: 20px; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En tercer lugar, federalismo implica <em>unidad en la diversidad cultural y nacional,</em> un concepto pluralista, no nacionalista de nación. El federalismo, en contra de lo que se suele creer no concierne solo al “Estado”, no deja a la nación como campo libre a los nacionalismos de varia índole, sino que posee su propia alternativa. Especialmente cuestiona la vieja ecuación: “Un Estado, una nación” (Estado nacional), o su mímesis: “Una nación, un Estado” (Principio de las nacionalidades). El federalismo defiende abiertamente la neta superioridad ético-política de la convivencia de varias naciones en el seno del mismo sistema en un proyecto de tolerancia, lealtad, confianza y respeto mutuo. Supera el vocabulario de las esencias nacionales, de la cosificación defensiva de las identidades, no las blinda ni las aísla volviéndolas excluyentes. Atendiendo el (muy desigual y plural) valor político y cultural de la nación para los ciudadanos, propone una perspectiva de identidades superpuestas, una federación plurinacional, una nación de naciones.</span></div>
<div style="line-height: 20px; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En cuarto lugar, el federalismo postula, como eje central de su modelo, la <em>igualdad y la solidaridad interterritorial.</em> La evidencia empírica de la política comparada muestra con claridad que el federalismo no dificulta la igualdad entre los territorios. En España también en esto las evidencias contrastan con las percepciones: los estudios más solventes prueban que la igualdad no se ha visto dañada por la diversidad cultural y política, que las distancias entre los diferentes niveles de bienestar entre comunidades autónomas han disminuido. Pero con un coste y esfuerzo fiscal muy mal repartidos. Propone el federalismo una igualdad compleja, ajena a la uniformidad, en razón del autogobierno y experimentación que defiende, pero que sitúa en la base del proyecto común la cohesión territorial a partir de algunos postulados básicos: suficiencia financiera, corresponsabilidad fiscal, transparencia y proporcionalidad (ordinalidad).</span></div>
<div>
<div style="background-color: white; line-height: 20px; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El federalismo no es una panacea, sino un programa que defiende una cultura política, principios y valores propios, así como un eficacísimo diseño institucional muy adaptativo a contextos cambiantes. Unos y otras pueden ser reinterpretados desde diversas ideologías democráticas (liberalismo, socialismo, nacionalismo o ecologismo). Y aporta, además, un espacio de encuentro para una discusión muy aquilatada y contrastada sobre la ingente experiencia institucional disponible en muchos países y diferentes contextos económicos y sociales. Puede proveer de un horizonte razonable a una mayoría de españoles. Una solución federal explícita a nuestros problemas federales que requiere la reforma de la Constitución, pues la vía evolutiva a través de los Estatutos ha sido clausurada por el propio Tribunal Constitucional.</span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 20px; margin-bottom: 15px; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Podría aducirse que no es este el momento, que en estos momentos ni las buenas razones federales pueden competir con la exaltación política de las pasiones nacionales, ni la ocasión es propicia para esgrimirlas, dado el contexto de crisis económica que reclama muy otras prioridades. Todo lo contrario, es preciso recordar que, por una parte, el federalismo promueve sus propias pasiones políticas, anteponiendo la empatía al resentimiento entre comunidades; y que, por otra, en el seno de la crisis presente, el inaplazable retorno de la política frente a “los mercados” nos reclama la visión federal: más política y más Europa.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
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<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><a href="http://elpais.com/elpais/2012/10/08/opinion/1349692622_661786.html">publicado en www.elpais.com/elpais/2012/10/08</a></span></div>
</div>
</div>
<div class="derecha" id="sumario_2|html" style="display: inline; float: right; margin: 0px 0px 30px 15px; width: 200px;">
<a href="http://draft.blogger.com/blogger.g?blogID=32898985" name="sumario_2" style="background-color: white; color: #8f9f29; outline: none;"></a><span style="background-color: white;"></span></div>
</div>
<div class="derecha" id="sumario_1|html" style="display: inline; float: right; margin: 0px 0px 30px 15px; width: 200px;">
<a href="http://draft.blogger.com/blogger.g?blogID=32898985" name="sumario_1" style="background-color: white; color: #8f9f29; outline: none;"></a><span style="background-color: white;"></span></div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-53501863446357872772012-11-05T00:13:00.001+01:002012-11-05T00:15:06.017+01:00Hollywood y su impacto en Chile | Pablo Riquelme Richeda<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyRQQQK3zb1gM5QpThgcmlnxLNxh0FbSI7s_43gK_IJTLPf8yFj8njN_xfhxZ8LVASyoXLjKolT6kJY-Eec645OCOzJIvRpuRoHXH91gkILFx334ev7orOBD0FQp9oPaQd1pWY2w/s1600/portada-pelicula-hollywood-su-impacto-chile_grande.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiyRQQQK3zb1gM5QpThgcmlnxLNxh0FbSI7s_43gK_IJTLPf8yFj8njN_xfhxZ8LVASyoXLjKolT6kJY-Eec645OCOzJIvRpuRoHXH91gkILFx334ev7orOBD0FQp9oPaQd1pWY2w/s400/portada-pelicula-hollywood-su-impacto-chile_grande.jpeg" width="250" /></a></div>
<br />
<div style="background-color: white; border: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1.2em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">“Cuando me vio, James Bond salió arrancando”, dijo en abril de 2008 Carlos López, alcalde de Sierra Gorda, tras ser detenido por irrumpir en un Honda Accord en el rodaje de <i>007: Quantum of Solace</i>, protagonizada por Daniel Craig. El edil manifestó así su molestia porque la localidad antofagastina y sus habitantes aparecerían en la cinta no como chilenos, sino como bolivianos. Si esto hubiera ocurrido un siglo antes, probablemente habría formado parte del análisis que hace Fernando Purcell, director del Instituto de Historia UC, en <i>¡De película! Hollywood y su impacto en Chile 1910-1950.</i></span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1.2em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El libro aborda la vertiginosa irrupción y consolidación del cine estadounidense en los inicios del siglo XX, poniendo especial atención a los mecanismos utilizados por Hollywood (“la más notable de las industrias culturales del siglo XX”) y el gobierno norteamericano -a través de los departamentos de Comercio y de Estado- para consolidar la hegemonía de su industria en detrimento del cine europeo.</span><br />
<a name='more'></a></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1.2em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Desmenuza las maneras en que Hollywood fue recibido y apropiado desde Chile. Sostiene que, desde sus comienzos, Hollywood se convirtió en el nuevo referente de modernidad para la clase media, remplazando gradualmente el modelo europeo del siglo XIX y sentando las bases del proceso de “norteamericanización” de la sociedad local.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1.2em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Detalla cómo la industria fílmica estadounidense aprovechó la I Guerra Mundial, catastrófica para el entonces dominante cine europeo, para posicionarse en el mundo. Hollywood elaboró una agresiva estrategia comercial que contó con el apoyo de Washington y sus redes diplomáticas, en el marco de lo que Woodrow Wilson llamó la “conquista pacífica del mundo”. El cine fue una vitrina inmejorable para exportar el estilo de vida, la cultura y las manufacturas estadounidenses en los rincones más alejados del planeta. Los actores del <i>star system</i> -Douglas Fairbanks, Greta Garbo, entre otros- se convirtieron en los mejores embajadores de EE.UU.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1.2em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">En Chile, el proyecto hollywoodense fue abrazado por unas clases medias que, en plena formación de una cultura de masas, valoraron la modernidad “estilo norteamericano” (los rascacielos, los autos, la música, la emancipación femenina) y el desafío que ésta le planteaba a los paradigmas de modernidad europeos del siglo XIX. El rechazo provino desde los sectores más conservadores, generalmente ligados a la Iglesia Católica, que vieron amenazados los valores tradicionales e intentaron, por medio de la censura y la propaganda, evitar que el cine “corrompiera a la sociedad chilena”. Pero el cine estadounidense supo adaptarse a las circunstancias internacionales incorporando las sensibilidades de los mercados, y finalmente se impuso.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1.2em; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Esa plataforma fue aprovechada en el agitado contexto político de los años 30 y 40 -la crisis del capitalismo y el ascenso de Hitler-, cuando Hollywood dejó de ser un mero instrumento de apoyo para el comercio y se convirtió en una herramienta diplomática de Washington. Primero, en el marco de la “política del buen vecino” de Franklin D. Roosevelt, que apuntó a mantener una alianza hemisférica pacífica con América Latina, y luego durante la II Guerra Mundial, tratando de ganar la “batalla por las mentes y los corazones” de los países latinoamericanos, evitando que se alinearan con el Eje. Purcell grafica esto con <i>Chile: una nación valiente</i>, cinta que comparaba la Reconquista española con el régimen nazi y que finalmente se descartó porque La Moneda rompió relaciones con el Eje antes del rodaje (enero de 1943), y con la gira de 1941 de Walt Disney por el Cono Sur, donde ejerció de embajador cultural y de cuyo viaje salieron películas y personajes, uno de ellos basado en Pedro Aguirre Cerda, que evidenciaron las tensiones identitarias de un Chile mesocrático, que se debatía entre la modernidad ofrecida por Hollywood y el ideal criollo campesino, encarnado en la creación de Condorito, en 1949.</span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32898985.post-22739862733634285332012-10-08T20:03:00.001+02:002012-10-08T20:08:35.786+02:0011-09-73: Entre Brasilia y La Habana | Pablo Riquelme Richeda<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiAZvIvHI61dmRDTeYk_91k0nxZPMtlVwevJMjkX4uvf3U7iaUTqSnuUg2hqYG7ssvYXGDEKxvW_GNpPrPx-SeM1TLabrH3yGL8Itnh7Ti3Mpnyhl3_Vk6tiTyDbj-YJ_UOp-aMw/s1600/allendes+chile.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiAZvIvHI61dmRDTeYk_91k0nxZPMtlVwevJMjkX4uvf3U7iaUTqSnuUg2hqYG7ssvYXGDEKxvW_GNpPrPx-SeM1TLabrH3yGL8Itnh7Ti3Mpnyhl3_Vk6tiTyDbj-YJ_UOp-aMw/s400/allendes+chile.jpeg" width="265" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">“Por distante y pequeño que sea –señalaba en 1974 un informe clasificado de la embajada estadounidense en Santiago–, Chile ha sido considerado desde hace algún tiempo y de forma general como una zona para llevar a cabo experimentos económicos y sociales. Ahora el país se encuentra, en cierto sentido, en la primera línea del conflicto ideológico mundial”. El mensaje, cuyo destinatario era el secretario de Estado Henry Kissinger, sintetiza el lugar al que había llegado Chile en el contexto de la Guerra Fría desde septiembre de 1970, cuando Allende ganó las elecciones presidenciales con un programa revolucionario que echaba por la borda la noción de que el socialismo nunca sería compatible dentro de un sistema democrático y que ofrecía un modelo de desarrollo que desafiaba abiertamente al sistema norteamericano. </span></div>
<br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
</span>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¿Cuál fue el impacto que tuvieron los actores internacionales en la política chilena durante los mil días de la Unidad Popular? ¿Qué tan relevante fue la “vía chilena al socialismo” en el contexto mundial de esos años y específicamente en el continente americano? Son las principales preguntas que se hace Tanya Harmer en <i>Allende’s Chile and the Inter-American Cold War </i>(El Chile de Allende y la guerra fría interamericana), un libro que amplía nuestra comprensión al aportar nuevos datos sobre lo que ya sabemos (que Estados Unidos boicoteó sostenidamente a Allende) y al incorporar nuevos actores en el análisis, básicamente Brasil y Cuba. Ambos países fueron fundamentales en lo sucedido en Chile a partir de 1970 y representan las fuerzas de choque de un conflicto continental que se zanjó acá.</span><br />
<a name='more'></a></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La tesis de Harmer –académica de la London School of Economics y especialista en historia internacional– es que, más que una lucha entre Washington y la Unión Soviética –temporalmente “en espera”, en un momento de distensión y pragmatismo entre las superpotencias, y reacia a involucrarse en una zona que “pertenecía” a Estados Unidos–, la administración Allende asumió en el marco de una “guerra fría interamericana” que enfrentó a gobiernos revolucionarios y antiimperialistas, como los de Castro y Allende, con gobiernos de derecha y contrarrevolucionarios, como el de Brasil, aliado de Washington y que desde 1964 vivía bajo un régimen militar similar al chileno a partir de 1973. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Harmer sitúa al gobierno de Allende en un proceso amplio (“la larga década de los 60”) que se inicia en 1959 con la Revolución cubana y que termina el 11 de septiembre de 1973, con el golpe militar chileno. La revolución de Castro, dice la historiadora, habría modificado las relaciones del sistema regional americano, generando una disputa entre Washington y La Habana por mantener la zona de influencia política-económica, por un lado, y por exportar el proceso revolucionario, por el otro, y cuyo primer punto de giro a favor de Estados Unidos fue el fracaso del Che Guevara en Bolivia. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El triunfo de Allende en 1970 reavivó el conflicto al sacar del aislamiento diplomático a Cuba e hizo que Nixon renovara sus esfuerzos por estimular a las fuerzas de derecha y contener a las de izquierda. En ese contexto se acercó a Brasil, que podía velar por los intereses de Estados Unidos en el Cono Sur sin que Washington tuviera que exponerse. A mediados de 1971 Brasil jugó un rol fundamental en el derrocamiento del general boliviano Juan José Torres, que lideró un gobierno militar de izquierda similar al de Perú, y también en la derrota del Frente Amplio en Uruguay. </div>
<div style="text-align: justify;">
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El eje Brasilia-Washington quedó formalmente establecido en diciembre de 1971, cuando el general Emílio Garrastazu Médici, Presidente de Brasil, visitó la Casa Blanca, apenas unas semanas después de que Castro abandonara Chile tras su prolongada visita oficial. Harmer documenta que fue Médici quien llevó a Nixon a poner la agenda anticomunista sobre la mesa, y que el general le dijo a Nixon que Brasil tenía militares en el Ejército chileno que estaban trabajando para un golpe de Estado. “Hay muchas cosas que, como país sudamericano, Brasil puede hacer y que Estados Unidos no puede”, le dijo Nixon, quien luego afirmaría públicamente que “donde Brasil vaya, América Latina le seguirá”. Así sería, de hecho, y sigue siéndolo hasta el día hoy. </div>
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Harmer inserta el viaje secreto del almirante en retiro Roberto Kelly a Brasilia, a mediados de agosto de 1973, en este contexto. Los objetivos eran informar a Brasil que un grupo de militares chilenos había decidido derrocar a Allende y recabar inteligencia sobre las consecuencias internacionales del levantamiento. La preocupación de los conspirados era Perú, de quien se temían represalias. El viaje de Kelly –que volvió a Santiago con luz verde para la operación– ilustra hasta qué punto Estados Unidos, si bien creó las condiciones, no manejó la conjura. El golpe, como bien demuestra Harmer, se gestó en Chile según lógicas internas (influenciadas por las externas, claro) y el modelo a seguir fue el golpe brasileño de 1964. (de hecho, aunque el libro sólo lo sugiere, a la hora de crear la DINA, luego del golpe, el aparato de seguridad e inteligencia brasileño [SNI] también sería usado como modelo). </div>
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Otro de los aspectos destacables del libro es que zanja el mito de que Allende fue un peón soviético o cubano tratando de arrastrar a Chile a una dictadura comunista. Allende, a diferencia de Castro, creía en la democracia chilena y en el constitucionalismo de los militares, lo cual le produjo problemas al interior de su coalición. Si se acercó a Moscú, a finales de 1972, fue para amortizar la desesperada situación económica chilena y tratando de encontrar un tanque de oxígeno para su proceso; la negativa soviética, por lo demás, la sintió “como una puñalada por la espalda”. Los múltiples intentos de Castro de convencerlo de tomar el camino de las armas se encontraron con negativas rotundas y demuestran que él estaba al mando del proceso, no Fidel. El hecho de que el día del golpe partiera a La Moneda y no se retirara a las afueras de Santiago con sus tropas leales a defender el proceso hace pensar que se mantuvo invariable en esa línea. </div>
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El golpe militar del 11 de septiembre de 1973 fue un mazazo para el Tercer Mundo. La derrota de Allende fue también la derrota de un modelo para sacudirse de las ataduras del imperialismo y generó una serie de lecciones para la izquierda mundial. Se demostró que ese objetivo no estaba tan cerca ni era tan fácil. Ya no habría tanto espacio para la estrategia del choque frontal y vendría una nueva época de pragmatismo, negociaciones y contrarrevoluciones. Por otra parte, el golpe vino a cerrar el proceso revolucionario que había iniciado Cuba en 1959. Después de 1973, La Habana concluyó que las “condiciones objetivas” para la revolución en América Latina ya no existían. En ese cuadro, la gran pregunta era si la misma revolución cubana iba a poder sobrevivir.</div>
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