
Se acaban de cumplir 500 años de la llegada de Juan Ponce de León a la península de Florida. Con tal motivo (1/4/2013) T. D. Allman ha publicado en el New York Times el artículo «Ponce de León, exposed». No es su ignorancia, de proporciones fantásticas, similares a las que atribuye a Ponce de León, lo que llama la atención. La audacia de la ignorancia de los hombres no sorprende, a menos que uno sea un extraterrestre. No, lo que sorprende es que hubiese aparecido en la página editorial de este periódico, sin duda el órgano de opinión más serio de los USA. Toda página editorial del NYT es cuidadosamente escrudiñada en busca de errores y prejuicios. Ensayos que insulten a grupos étnicos no tienen cabida. Si un ensayista como Allman hubiese presentado a Jefferson o a poblaciones afro-americanas como imbéciles no tendría agentes literarios ni acceso a periódicos de nota. Estaría dedicado a otros menesteres, quizás a miliciano, o a distribuidor de pizzas, o a senador de los Estados Unidos. No es el caso de Allman. Sus escritos y sus prejuicios ahora retumban en la caja de resonancia del NYT. Disturba también que los comentarios de lectores en su página sean, en su gran mayoría, celebratorios.