Halperin Donghi en Argentina en el Callejón (un magnífico título, el libro es de 1964) culpa del estancamiento a la indigestión histórica, el que Argentina suela elegir “como objeto de sus ilusiones la imagen rediviva de un pasado que juzga mejor que su presente”.
Para muchos, la época de oro son los años 20. Tomás Eloy Martínez cuenta que aprendió a leer de unos inmensos tomos de una enciclopedia de su abuelo, en donde también se enteró del futuro que se le profetizaba a su país (corrían los años 30): “Por sus recursos naturales, por su posición geográfica, por la educación de sus habitantes, la Argentina está llamada a ser, en el año 2000, la única potencia capaz de competir con los Estados Unidos”. Otros a lo que vuelven es a la década del primer Perón, 1946-55. En 1948, desde luego, había más teléfonos que en Japón e Italia y más autos que en Francia. De entonces datan también las pretensiones nucleares del país vecino, con sabio austríaco incluido en la isla Huemul del lago Nahuel Huapi; así es, suena a guión, mezcla entre Our Man in Havana y Dr. Strangelove.
Para muchos, la época de oro son los años 20. Tomás Eloy Martínez cuenta que aprendió a leer de unos inmensos tomos de una enciclopedia de su abuelo, en donde también se enteró del futuro que se le profetizaba a su país (corrían los años 30): “Por sus recursos naturales, por su posición geográfica, por la educación de sus habitantes, la Argentina está llamada a ser, en el año 2000, la única potencia capaz de competir con los Estados Unidos”. Otros a lo que vuelven es a la década del primer Perón, 1946-55. En 1948, desde luego, había más teléfonos que en Japón e Italia y más autos que en Francia. De entonces datan también las pretensiones nucleares del país vecino, con sabio austríaco incluido en la isla Huemul del lago Nahuel Huapi; así es, suena a guión, mezcla entre Our Man in Havana y Dr. Strangelove.